La colaboración entre el cineasta griego Yorgos Lanthimos (Atenas, 1973) y la actriz estadounidense Emma Stone es una de las más sugerentes del actual Hollywood. Tras aliarse en La favorita (2018), una torrencial sátira sobre la sed de poder en la Inglaterra del XVIII con Stanley Kubrick como referente estético, pergeñar el cortometraje Bleat y ganar el León de Oro de Venecia con Pobres criaturas, que se acaba de estrenar en España, ya tienen rodado otro filme, Kind of Kindness, del que poco se sabe más allá de la presencia en el reparto de Jesse Plemons, Margaret Qualley y Willem Dafoe.
En Pobres criaturas, que ha obtenido 11 nominaciones a los Oscar y que ya ganó en los Globos de Oro los premios a mejor comedia y mejor actriz de comedia para Stone -imponiéndose al taquillazo Barbie (Greta Gerwig, 2023)-, director y actriz se alían en un filme inclasificable, mezcla de ciencia ficción, comedia y aventura.
La historia sigue a Bella Baxter, una mujer rescatada de la muerte por un científico loco, Godwin Baxter (Willem Dafoe), que le implanta el cerebro de un bebé. Ambientada en un futurista siglo XIX, la película presenta un exuberante universo por el que la protagonista deambula a lomos de un desenfrenado despertar sexual, convirtiéndose en una relectura del Frankenstein de Mary Shelley en clave feminista.
Pobres criaturas es una adaptación de una novela homonima de Alasdair Gray. “Nunca antes había leído algo así”, asegura Lanthimos. “Me sedujeron los personajes, los temas, el humor y la complejidad de la historia. También visualmente, porque Alasdair es pintor e incluyó ilustraciones propias en el libro”.
Para obtener los derechos, Lanthimos viajó a Glasgow en 2012 para convencer al escritor escocés. “Me dijo que había visto mi película Canino (2009) y que le había gustado”, explica el cineasta griego. Después de pasar el día juntos, Gray le dio su bendición, pero Lanthimos tuvo que aparcar el proyecto durante años al no encontrar productores que quisieran apoyar el filme.
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“Creo que para algunas personas la libertad que demuestra Bella en términos sexuales es demasiado, y tampoco sabían reaccionar ante la historia de una mujer con el cerebro de un bebé”, asegura Lanthimos. “Ha sido un camino largo en el que quizá la sociedad ha cambiado y se ha abierto una vía para hacer una película como esta. Puede que también pesara el hecho de que por entonces no tuviera en mi currículum ninguna película en inglés de gran presupuesto que hubiera triunfado. Tras La favorita tuve claro que tenía que hacer Pobres criaturas”.
Junto al guionista Tony McNamara, con el que ya trabajó en La favorita, Lanthimos desecho los distintos puntos de vista del libro para centrarse en el personaje de Bella, pero tratando de mantener el tono, el lenguaje, el humor y las intenciones del texto original. “Me había enamorado de Bella”, asegura el director. “Mientras leía el libro estaba continuamente preguntándome qué iba a hacer a continuación. La película básicamente trata de su reacción ante un mundo con el que no se conforma, y de cómo transforma a las personas que hay a su alrededor, principalmente a los hombres. Fue fascinante estructurar el guion”.
En el filme, los personajes masculinos se obsesionan instantáneamente con Bella. “Pero hay variaciones”, comenta Lanthimos. “Por ejemplo, el personaje de Dafoe comienza tratando de poseerla de alguna manera, pero madura a través de su interacción con ella y finalmente entiende que tiene que dejar que experimente el mundo. Con Harry Astley (al que interpreta Jerrod Carmichael) tiene una relación intelectual platónica y es el único que no intenta tener relaciones sexuales con ella. Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), en cambio, es el clásico hombre egocéntrico que quiere que sea suya”.
Para que el personaje de Bella no resultara forzado, el director optó por insertarla en un siglo XIX distópico, que le ha permitido lucirse en el aspecto visual. “Desde el principio, sentí que tenía que crear un mundo para que ella lo habitara”, explica. “No podía ser algo muy realista, por lo que nos permitimos experimentar e incluir elementos que fueran de ciencia ficción, anacrónicos o imaginarios, con el fin de acercarnos a un cuento de hadas o a una metáfora del mundo real. Al final se me ocurrió hacer una película de la vieja escuela, del estilo de Fellini, Powell o Pressburger, aunque también me inspiré en cineastas más contemporáneos, como Roy Andersson”.
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Esto provocó que, ante un mundo tan vasto -la película recrea Londres y Lisboa-, fuera imposible construirlo todo. “Hemos utilizado tanto fondos pintados como proyecciones y pantallas LED. Tuvimos suerte, o mala suerte, porque empezamos a prepararnos cuando llegó la pandemia y, tras un periodo inicial de investigación, nos vimos obligados a interrumpir la producción. Así, tuvimos tiempo de evaluar y repensarlo todo, y al final hemos logrado la película que queríamos hacer”.
Otro de los atractivos del filme es la camarilla de actores que secunda a Emma Stone. Para todos tiene buenas palabras Lanthimos: “Ramy Youssef, que interpreta a Max McCandless, es brillante y muy gentil; Mark Ruffalo encontró algo genial que yo no podría haberle pedido y lo capturó durante todo el rodaje, y Willem Dafoe fue muy generoso, estaba obligado a pasar horas en maquillaje y nunca se quejó, y ha sabido otorgarle a su personaje una amabilidad y una complejidad que difícilmente otro actor hubiese conseguido”.