Little Richard: el documental que demuestra por qué fue el inventor del rock
Lisa Cortés encumbra en 'I Am Everything' la figura del músico con imágenes desconocidas de sus apariciones públicas y con testimonios de reconocidos "alumnos" como Mick Jagger, John Waters o Tom Jones.
26 enero, 2024 17:43No se puede rodar un documental musical sin creer incondicionalmente en el protagonista. A Martin Scorsese le hubiera resultado imposible mostrar a The Band (El último vals, 1978) o a Bob Dylan (No Direction Home, 2005) sin pensar que los canadienses y el de Duluth no dieron algo fundamental a la música y a la cultura contemporánea.
Qué decir de D. A. Pennebaker, con sus monumentos filmados del citado Dylan (Don’t Look Back, 1967), David Bowie (Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, 1979) o Depeche Mode (101, 1989), entre otros muchos.
Es un género que tiene algo de religioso, de incondicional si se prefiere. Nadie quiere hurgar en la vida de un músico si no ve en él un motivo de comunión. Por eso, Sydney Pollack y Alan Elliott hicieron Amazing Grace (1972) o Malik Bendjelloul levantó Searching for Sugar Man (2012) sin ninguna intención apóstata.
A muy poco tiempo de su muerte, el documental sobre Little Richard paga una deuda que teníamos con su memoria
Saben que arderán en el infierno si su trabajo no va guiado de pasión y de fe por los protagonistas. Ha pasado con 20.000 días en la Tierra sobre Nick Cave (Iain Forsyth y Jane Pollard, 2014), y con los cubanos Buenavista Social Club (Wim Wenders, 1999).
También en este Little Richard: I Am Everything, de Lisa Cortés (Milford, Connecticut, 1960), encontramos un rastro divino que nace de un elevado propósito consistente en reparar lo que la sociedad estadounidense hurtó al autor de Tutti Frutti, Long Tall Sally, Lucille o Good Golly Miss Molly.
Téngase en cuenta que Little Richard nos dejó tan solo hace tres años y en muchas conciencias vive aún la idea de que no se le pagó lo suficiente por haber encendido la mecha del rock, la música que transformó el mundo.
“Cuando yo nací no existía el rock”, anuncia Richard, casi evangélicamente, en I Am Everything. Quizá por eso, Cortés lo ha titulado en primera persona. Existe aquí, redoblada, la intención teológica que se le supone a los maestros Scorsese y Pennebaker pero no se percibe una búsqueda formal en el relato como ellos, sino un intento de ubicar en primer término de la historia de la música a Little Richard, ese cuásar, se dice varias veces en intervenciones como las de John Waters, Mick Jagger o Tom Jones, que provocó el big bang del rock en la década de los 50.
Por eso Cortés recurre en numerosas ocasiones, quizá demasiadas, a imágenes de galaxias y estrellas, subrayando así una supuesta procedencia sideral del cantante de Macon (Georgia).
[Little Richard, un salvaje arquitecto del rock and roll]
El viaje, cronológico, está plagado de imágenes muy poco vistas que contagian. Nos hacen vivir de nuevo los primeros tramos de un género “nacido del ritmo y del blues” y de un ser humano excepcional, negro y homosexual, que tuvo que luchar contra todo el mundo, también contra sí mismo.
Puede que la paternidad del rock and roll tenga que compartirla con nombres como Fats Domino, Jerry Lee Lewis, Bo Diddley, Chuck Berry o Elvis Presley, pero Cortés consigue aliviar la deuda que teníamos con su incomprendida grandeza.
Little Richard. I Am Everything
DIRECCIÓN Y GUION: Lisa Cortés. PARTICIPANTES: Lee Angel, Mick Jagger, Tom Jones, John Waters, Fredara Hadley, Keith Winslow, Nona Hendryx, Billy Porter. AÑO: 2023. ESTRENO: 26 de enero