Image: Andrew Haigh: “Me gusta explorar un solo personaje en mis películas”

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Cine

Andrew Haigh: “Me gusta explorar un solo personaje en mis películas”

18 mayo, 2018 02:00

Andrew Haigh

Tras sus estudios de la pareja en Weekend y 45 años, Andrew Haigh cambia de tercio con Lean on Pete, una bellisima película sobre la adolescencia.

Saltó al éxito internacional con Weekend (2011) y se confirmó como un cineasta de gran valía en 45 años (2015), película que obtuvo un gran éxito de público en nuestro país. Andrew Haigh (Harrogate, Reino Unido, 1973) es un hombre de modales exquisitos y notable talento que, después de explorar el mundo de la pareja en dos fases muy distintas -sus inicios y en un matrimonio de ancianos-, cambia totalmente de tercio con Lean on Pete, una bellísima película que trata sobre un niño que vive en un entorno más bien pobre con un padre soltero que lo quiere pero es pendenciero mientras se gana unos dólares trabajando para un criador y apostador de carreras de caballos de tres al cuatro al que da vida Steve Buscemi. El niño, Charlie, de unos 13 años, en el despuntar de la adolescencia, encuentra consuelo precisamente en uno de los equinos de su jefe, al que se aferra cuando las cosas se ponen muy feas. Rodada con estilo poético y una mirada tan limpia como la del joven, dice Haigh que los chavales probablemente preferirán ir a ver Los vengadores y que esta es una película "para adultos sobre un capítulo de la infancia". Sería una pena que los jóvenes no fueran.

P.- ¿Cómo llegó a esta historia?
R.- Mi compañero leyó la novela de Willy Vlautin y le encantó. Me dijo que la leyera y me enamoré de la historia. Me puse en contacto con mis productores para ponerlo en marcha y después de un tiempo conseguimos hacerla. Me gusta mucho el personaje principal, su resiliencia, las dificultades a las que debe hacer frente pero también la esperanza que hay en él a pesar de ello. También me interesa el contexto más amplio de América, con todas sus contradicciones y fallas en el sistema.

P.- La relación del niño con un animal es un clásico, ¿cómo lo aborda?
R.- Creo que lo interesante del libro es que juega con el hecho de que existen estas historias tan clásicas para situarlo en un contexto realista. No tiene un tono sentimental ni está necesariamente pensado para los niños porque más bien es una película de adultos. Me gusta que no infantilice en ningún momento la historia.

R.- ¿Es esta una película para niños y adultos?
P.- Los niños no verán la película y los adolescentes irán a ver Los vengadores. Me temo que las cosas funcionan así, hay películas hechas para adultos y otra para jóvenes, eso es una pena. En mi infancia tengo la impresión de que los jóvenes teníamos más acceso a otro tipo de películas. No creo que sea una película para niños sino una película para adultos que cuenta la experiencia de un chico. Pienso que les gustará a los adultos que sientan ese instinto de protección que despierta Charlie.

P.- ¿Ve la historia como una fábula?
R.- El problema de las fábulas tradicionales como los viejos cuentos de hadas de la Edad Media es que estaban insertadas en ambientes muy duros pero siempre había un componente muy grande fabulador. Al mismo tiempo, eran una manera que tenía la sociedad para hablar de asuntos importantes como la pobreza o el dolor, eso me gusta mucho de las fábulas. Y también el hecho de que al suceder en América eso te permite jugar con la iconografía del país.

P.- ¿Cuál es el papel de la iconografía estadounidense?
R.- Tradicionalmente las historias del viejo Oeste americano trataban sobre alguien que penetra en tierra salvaje para conquistarla o encontrar su libertad. Sin embargo aquí lo que vemos es un chaval que hace un recorrido de Oeste a Este, porque ese es el rumbo que sigue en la película. No está buscando libertad sino seguridad y protección. Eso me pareció una metáfora bastante buena de lo que es América porque al mismo tiempo alardean de su libertad pero también tienen esa necesidad de sentirse protegidos. Hay un conflicto constante en esa cultura entre estos dos conceptos.

P.- ¿Está de acuerdo en que Weekend, 45 años y Lean on Pete son películas que tratan sobre la intimidad?
R.- Me gusta que una película intente explorar un solo personaje. Y en las tres películas hay un protagonista muy claro, nunca penetras en las vidas de otras personas. Eso en realidad es bastante raro en el cine de hoy en el que suele haber varios personajes. A mí en cambio me gusta que el espectador acabe la película entendiendo si no todo, al menos algo de un solo personaje y eso lo consigues centrándote.

P.- ¿Ve la película como un drama?
R.- La clave del asunto es que de dónde viene no es necesariamente un buen lugar y adonde va tampoco. En los límites de su idea del mundo encontrarse con su tía es lo mejor que le puede pasar. Y, respecto a su padre, no era un padre horrible aunque tampoco era maravilloso, pero era el suyo y lo echa de menos. Me gusta que no vayamos de algo maravilloso a algo horrible y al revés, la vida con frecuencia consiste en ir pasando a diferentes partes esperando lo mejor y apechugando con lo que hay.

P.- ¿Diría que en todo su cine hay nostalgia?
R.- No sé si nostalgia o melancolía que son emociones parecidas. Hay definitivamente una tristeza en todas estas historias. Probablemente de lo que van es sobre la diferencia entre las expectativas que tienes en la vida y la realidad de la misma. Y esa brecha puede crear melancolía porque quizá deseas ser más feliz o que tu vida pueda ser mejor.

P.- ¿Hay algo dickensiano en ese mundo de delincuentes de poca monta que retrata?
R.- Leí a Dickens en la escuela pero hay algo del espíritu británico definitivamente en la película. Mi país es muy clasista en el mal sentido y hay algo en los directores británicos que tiene que ver con la idea de explorar las diferencia sociales y eso está en el filme.

P.- La película tiene un look muy particular, ¿cómo lo trabajó?
R.- Hablamos mucho sobre ese asunto y qué colores y qué look buscábamos. Fue un aspecto al que dedicamos mucha atención y mucho tiempo. Quería que tuviera un tono realista pero que también hubiera poesía sin que resultara demasiado "bonito". En términos del estilo visual lo que queríamos era estar cerca de Charlie durante toda la historia y que la cámara lo expresara. A medida que pasa la película utilizamos otras lentes y nos vamos acercando a él con planos más cortos.

P.- ¿Ahora que es un director muy famoso y exitoso ya no hace película de tema gay?
R.- Nunca tuve la intención de ser un director gay, busco historias que me interesan. Además, no hay ninguna razón para decir que Charlie no es gay, de hecho para mí probablemente lo es. Creo que no es necesario hacer una película claramente gay para que pueda entrar dentro de lo que yo entiendo en un sentido amplio por ello. No me cuesta nada imaginar que después de los hechos que cuenta el filme Charlie será gay. Me gusta esa idea.

@juansarda