Error histórico de la Academia con el sobre del ganador a mejor película
Warren Beatty leyó el nombre de La La Land al abrir el sobre que contenía al ganador a la mejor película. Sin embargo, el premio era para Moonlight, que además se llevó mejor guion original y actor secundario para Mahershala Ali. El musical de Damien Chazelle recibió seis galardones, entre ellos mejor director, mejor actriz (Emma Stone) y los premios musicales. Casey Aflecck consiguió el premio al mejor actor y Viola Davis el premio a mejor actriz secundaria.
El error de Warren Beatty, a quien por lo visto le pasaron el sobre equivocado, provocó que el equipo de La La Land subiera al escenario a recoger su Oscar y celebrar la victoria, y para cuando se corrigió el entuerto y subió el equipo de Moonlight casi parecían unos impostores. Cuando la productora comenzó a soltar el "gran" discurso a favor de la diversidad de la película en ella misma parecía forzado mientras la gente no daba crédito. No solo perdió La La Land, también Donald Trump en una gala en la que el divorcio entre el presidente y el mundo del cine (una de las principales industrias del país) quedó más que patente.
Pero ha ganado Moonlight y eso es una buena noticia. No cabe duda de que el contexto político ha ayudado al filme, pero tampoco eso quita sus muchos méritos. Jenkins nos propone una mirada poética, no siempre realista porque reproduce la realidad más como un recuerdo o una fantasía del propio recuerdo, que de forma verista. Y lo hace de manera hermosa. Muy bella. De los gangstas de los años 90 a los chicos sensibles y soñadores de hoy, artistas como Jenkins o Kendrick Lamar ofrecen una nueva mirada sobre el mundo de los afroamericanos que reivindica el derecho a la debilidad. Jenkins también se llevó el Oscar al mejor guión junto a Tarell Alvin McCraney, autor de la obra original autobiográfica y coguionista de un filme que también vio coronado el talento de Mahershala Ali, como el carismático narcotraficante con buen corazón que sirve como guía y tutor del desorientado protagonista.
La La Land casi gana a mejor película y se ha llevado otros seis Oscars, incluyendo el de mejor director para Damian Chazelle, a mejor actriz para Emma Stone, maravillosa, y los musicales para Justin Hurwitz por su magnífica recreación de las melodías y ritmos que marcaron el cine de grandes como Stanley Donen o Vincente Minelli, a quienes homenajea el filme. La La Land ha arrasado en las taquillas y es una buena película sobre la nostalgia y sobre todas las vidas que podríamos haber tenido si hubiéramos tomado otras decisiones. El error con el sobre, ha hecho que la película parezca la perdedora y Moonlight no tan ganadora.
Todo empezó muy bien con Justin Timberlake agitando el gallinero y acabó con un final tan desconcertante que hace parecer a Shyamalan un aficionado a los giros de última hora. Un negro punto final a una gala que hasta entonces, último minuto, había destacado por su brillantez. Cabía la duda de si el presentador, Jimmy Kimmel, cargaría las tintas políticas y así fue con constantes pullas (y tuits en directo incluidos) de las que Trump no se dio por aludido y con momentos muy divertidos como la entrada en plena ceremonia de unos extraños que estaban haciendo la ruta "de las estrellas" del bus turístico que tuvo algo de situacionista.
Manchester frente al mar, con sus Oscar al mejor guión original para Kenneth Lonergan y al mejor actor protagonista, Casey Affleck, ha sido la otra triunfadora de la noche. La película, la historia de un hombre traumatizado por un trágico accidente del pasado que es incapaz de sobreponerse y su relación con un adolescente lleno de vida, es justa vencedora en ambas categorías. Affleck borda en el filme su interpretación de afligido cuarentón con escenas para la historia del cine como el intento de suicidio en la comisaría. Pocas veces un actor llega tan alto. Y Viola Davis ha ganado como mejor actriz secundaria por Fences, en la que da vida a la sufriente esposa de Denzel Washington en un drama familiar basado en una obra de teatro de éxito en Broadway.
El Oscar a la mejor película de habla no inglesa ha sido para la iraní El viajante, de Asghar Farhadi, en la que el director de Nader y Simin, una separación (por la que ya ganó en 2011) nos asombra y conmueve con una historia de agresión y venganza de enorme humanidad. Rodará en breve en Madrid, por cierto, con Javier Bardem, al que las cámaras enfocaron todo el rato y tuvo un gran protagonismo. Farhadi no ha viajado a Los Angeles a recoger su Oscar en protesta por el veto de Trump a los ciudadanos de siete países de religión musulmana. Muy aplaudido, Gael García Bernal, que protestó contra el dichoso muro con México, pasando por los productores de Zootropolis hasta llegar a los ganadores del mejor corto documental (que trata sobre los cascos blancos que ayudan a encontrar supervivientes entre las ruinas de la guerra).
La historia de Jimmy Kimmel, el presentador, con Matt Damon viene de lejos. La "venganza" de Damon a Kimmel, que lo humillaba en todos sus programas invitándole para finalmente no entrevistarle por falta de tiempo, fue magistral con ese famoso vídeo de "I am Fucking Matt Damon" que Damon grabó con la novia de Kimmel. El pique se perpetuó en la gala de los Oscar y por momentos parecía que la cosa iba en serio. Las chanzas con el actor funcionaron y todo parecía predecir una de las mejores galas de los últimos años. Hasta que llegó el error del sobre. Nadie es perfecto, ni siquiera en la ciudad de las estrellas.
@juansarda