Javier Arce, tierra, ceniza y leche

Keep politics out of this picture #2, 2013

El último libro que ha caído en manos de Javier Arce (Santander, 1973) es, precisamente, La España vacía (2016), un ensayo de Sergio del Molino en torno a dos ideas que aparecen reflejadas también en los últimos trabajos del artista: la distribución desigual de la población en España y, sobre todo, la percepción bucólica que desde la ciudad tenemos del campo. Esta realidad, junto a una idea poética del paso del tiempo y un guiño al trabajo colaborativo, son los tres ejes sobre los que se vertebra Doblar la tierra, su primera exposición individual en la galería The Goma con la que regresa a Madrid después de cinco años de silencio. A través de varias instalaciones y dibujos de los últimos años (y un vídeo de 2006, la única obra "antigua") Arce reivindica otra manera de hacer, y se queja: "todavía me preguntan por los estrujados [la serie en la que redibujaba grandes iconos de la historia del arte que presentaba en papel arrugado] que son de 2011".

Seguimos viendo en sus propuestas referencias y apropiaciones de la historia del arte y un gusto por el dibujo en series como Paisajes políticos, sobre las inclemencias del campo, y en Grises, estos últimos, más abstractos, a base de líneas verticales y una capa de ceniza por encima. Pero quizá sean las instalaciones los trabajos más interesantes de esta propuesta. Destacaría El tercer paisaje (2014-2017), la pequeña escultura hecha con barras de carboncillo que reproducen con sus perfiles la planta de una cabaña donde varios insectos han ido acampando a sus anchas, y Keep the politics out of the picture #2 (2013) en la que una servilleta del centro de arte Dia: Beacon descansa sobre un vaso de leche fresca. Esta última se apoya en un display diseñado con mucho tino por otra artista, Belén (Valladolid, 1981), un delgado poste que ha forrado con paños de otros colegas pintores. Trabajo colaborativo al cuadrado.

@Luisaespino4