Javier Arce, ¿arte de usar y tirar?
A mil cuatrocientos metros de los dibujos rectificados
2 abril, 2010 02:00Vista de la exposición de Javier Arce en Max Estrella
El pintor traslada a los muros de la galería sus pinturas arrugadas
Tras la estela de Goya
La exposición presenta dos grupos de obras de montaje diferenciado, aunque ambos coinciden en "copiar" dos importantes ciclos de Goya. El espacio de entrada y la sala grande muestran los dibujos de formato mural en los que Arce reproduce escenas de las célebres Pinturas negras con las que Goya decoró la Quinta del Sordo, y que actualmente guarda el Museo del Prado, hecho que el pintor ha querido subrayar señalando, en el título mismo de la exposición, que las expresionistas obras goyescas se encuentran hoy en Madrid, a mil cuatrocientos metros de los dibujos rectificados, que son estos que se exponen en la galería Max Estrella.
Para presentar estas obras de gran formato, Arce ha querido esta vez aplicar su sistema de "estrujado" a las mismas paredes de la galería, recubriéndolas con una enorme "piel" de papel manipulado y abultado por mil pliegues deformes. Con este montaje de signo barroco se reduplican los juegos conceptuales entre plano y relieve, entre obra de arte y espacio de exhibición, entre estética pobre e imagen con aura, y entre lugares de alta y de baja cultura.
Original o copia
A su vez, en la pequeña sala interior se muestra directamente sobre los muros un conjunto de dibujos de formato pequeño, enmarcados en metacrilato y dispuestos de dos en dos. Este sistema le permite a Arce contraponer por parejas las copias que él ha hecho tanto de los grabados originales del ciclo Los desastres de la guerra, de Goya, como de las "versiones" que de esas mismas escenas han realizado recientemente los mediáticos hermanos Chapman. Con ello Arce amplía y tensa su sistema de apreciación crítica (e irónica) entre obra original, interpretación o copia primera y apropiaciones o copias segundas. Por ese camino concluye "defendiendo" el aura peculiar de sus diseños en tanto que son "copias originales", o sea, copias "de Arce", que llevan el dibujo a la frontera de la imagen fotocopiada, y que ironizan con el mercado y sus apreciaciones encomiásticas de los "múltiples" en tanto auténticas obras de "arte original (o sea, único) producido en serie". Un éxito.