Tensiones de Ibon Aranberri
Gramática de Meseta
30 julio, 2010 02:00La valentía y el riesgo característicos de estas exposiciones se afilan especialmente esta vez, en que Ibon Aranberri, dentro del "proceso de continuidad" de su trabajo, presenta un montaje complejo que, bajo el título de Gramática de meseta, combina escultura, documentación y arquitectura. El tema se centra en fenómenos de destrucción y daño del patrimonio histórico-artístico ocasionados como efecto de grandes proyectos de infraestructuras públicas: embalses, autopistas, estaciones de esquí... La temática se completa con las apreciaciones críticas que Aranberri dedica a desplazamientos de monumentos y a recuperaciones descontextualizadas de restos y ruinas que, a veces, hacen los poderes públicos para nuevos "usos simbólicos". Se trata, pues, de un trabajo que genera un camino propio para enriquecerse a largo plazo, pero que produce, desde sus inicios, un conjunto de obras de naturaleza escultórica (objetos y fragmentos) y documental (planos, fotografías, proyecciones y archivos).
En lo formal, para mostrar un conjunto tan reflexivo y "poner en obra" las piezas del trabajo, Aramberri ha recurrido aquí a construir un montaje (él nunca habla de "instalación") entre arquitectónico -una sucesión fluida de habitáculos- y de diseño de "lugar de muestras" -un conjunto de pantallas de metal y de metacrilato, que sirven de paredes y sitio de exposición de fotos y planos-. Esta moderna construcción expositiva (dispuesta dentro del granero o cilla monástica de Silos, intentando establecer un diálogo con su antigua y venerable arquitectura) va precedida de una pieza escultórica, una estela procedente de la necrópolis de Muelas del Pan (Zamora), y se cierra luego con un lugar de proyección de diapositivas documentales, entre las que reaparece la imagen de la misma vieja talla funeraria zamorana. Se trata de una propuesta llena de interés, tensada entre lo opaco y lo transparente, o sea, entre la escultura del pasado y la documentación reunida hoy y, asimismo, entre los antiguos muros románicos y las pantallas actuales que se translucen, al igual que las imágenes del relato que en ellas se cuenta.