Ignasi Aballí: “El lenguaje es tan dúctil que se puede transformar en lo que queramos”
El artista, que está a punto de viajar a la Bienal de Venecia, inaugura una exposición en el Museo Meadows de Dallas en la que sigue estudiando la relación entre la imagen y el texto
5 marzo, 2022 03:53Noticias relacionadas
Las palabras, su significado y la imagen que asociamos a cada una de ellas es el hilo conductor de la exposición que Ignasi Aballí (Barcelona, 1958) inaugura en el Museo Meadows de Dallas. La temporal reúne la serie Palabras vacías y consiste en una selección de 27 palabras que leemos en otras tantas planchas de hierro galvanizado. “Por un lado, son palabras que están vacías de imagen porque no se les puede asociar una o se hace con dificultad y, por el otro, porque están grabadas en las placas y el material de las letras ha sido eliminado”, cuenta el artista. A través de cada una de las plantillas vemos la pared y la luz que las atraviesa juega caprichosamente creando sombras y reflejos.
Este trabajo, cuenta Aballí, tiene su origen Sin imagen, un proyecto que le llevó a escribir palabras directamente sobre las paredes de un museo. “Mientras llevaba a cabo esta acción me di cuenta de que las plantillas mismas eran un objeto interesante”, recuerda. De modo que decidió aprovecharlas e incorporarlas para la obra que ahora muestra y que ha causado que “ya no sea posible escribirlas porque la distancia entre la placa y la pared imposibilita que la palabra quede bien escrita”.
En cualquier caso, todas ellas “son palabras que no llevan asociadas una imagen. Unknown, por ejemplo, es algo desconocido que no podemos ver cómo es, no se puede visualizar”, apunta. Todas tienen la característica en común de “anular la posibilidad de asociarles una imagen”. Aunque en ambos proyectos el artista ha trabajado de una manera diferente, considera que esta exposición es, quizá, “uno de los trabajos más completos de cuantos he hecho en relación a la imagen y el texto porque aquí las imágenes anulan el texto aunque ellas mismas se convierten en una imagen”, reflexiona.
La muestra se ha instalado en una de las salas del Museo Meadows de Dallas, centrado en mostrar el arte español, y para ello han construido un panel central con un doble objetivo: por un lado, dar fluidez a la visita y, por el otro, dar cabida a las 27 piezas de las que se compone la serie.
¿Cómo escoger el idioma?
Las palabras que leemos en la muestra son en inglés y la decisión de usar este idioma no ha sido algo fortuito. “Cuando usas el lenguaje como material surge la cuestión de qué idioma vas a usar. En este caso me influyó el ámbito de difusión al que quería llegar”, explica el artista. Por eso, “si lo hacía en catalán me quedaba en el ámbito local, si usaba el castellano lo hacía en un espectro mucho más amplio pero el inglés se ha convertido en el idioma internacional, sobre todo en el mundo del arte”, afirma Aballí.
Pero más allá de esta reflexión previa, el artista encontró otra razón para decantarse por el inglés y es que nuestro idioma contiene palabras que aceptan tanto el género masculino como el femenino (secreto o secreta), lo que le “provocaba una dificultad añadida”. El inglés, mucho más neutro, le permitía centrarse en el concepto genérico: lo invisible, lo secreto, lo desaparecido. La decisión, por tanto, la tomó basándose en la búsqueda de la “neutralidad respecto al género que podían incorporar algunas de las palabras”, añade.
El poder del lenguaje
Como bien dijo el poeta Hölderlin, “el lenguaje es el bien más precioso y a la vez el más peligroso que se ha dado al hombre”. Cabe preguntarse, por tanto, si es inocente. “Puede ser muy peligroso, es un material tan dúctil que se puede transformar en lo que queramos y puede ser utilizado de muchas maneras según el interés y las necesidades de cada uno”, considera el artista. En este sentido, puede resultar “positivo, algo que estimula y se transforma en algo poético pero también sirve para destruir y generar conflictos”, desarrolla. Imperceptible, unimaginable, absent, transparent o invisible son algunas de las palabras que se leen pero, tal y como asegura Aballí, las posibilidades son infinitas: “No tiene fin lo que podemos hacer con el lenguaje”.
Una apuesta por el arte español
La muestra, titulada Meadows / ARCO artista destacado: Ignasi Aballí, es el primer capítulo de MAS: Meadows / ARCO Artist Spotlight, un proyecto de seis años de duración que han puesto en marcha el museo texano y la Fundación ARCO con el objetivo de dar visibilidad a la obra de artistas españoles. Por eso, además de la muestra en sí misma se ha organizado un programa de actividades con el que Aballí entrará en contacto con estudiantes de la Facultad de Bellas Artes y con artistas de la zona. “Hay un programa preparado para que pueda explicarme, para que me conozcan y para que yo pueda conocer a las personalidades más relevantes del arte en Texas”, apunta.
En este sentido, Amanda Dotseh, directora interina del Meadows, espera que este proyecto “abra las puertas no solo a Ignasi Aballí sino a otros artistas españoles”. La pinacoteca, que cuenta en su colección con piezas de artistas como Calatrava o Plensa, persigue “crear conexiones para que otros museos de arte contemporáneo del estado tengan más en cuenta el arte español”.
Rumbo a Venecia
Ignasi Aballí está a punto de viajar a Venecia, ciudad en la que representa a España en la 59ª Bienal que se inaugura el próximo 23 de abril. Su intervención, titulada Corrección, “es un proyecto que tiene en cuenta la arquitectura del pabellón”, contaba el artista cuando se conoció la noticia de que sería quien viajaría a la ciudad italiana. “Nos proponemos girarlo y reconstruir su interior. Daremos un giro de diez grados a las paredes para ponerlo en paralelo a los pabellones vecinos”.
Aunque este trabajo es “formalmente muy distinto, uno siempre habla de las mismas cosas y hay muchos aspectos que conectan con el trabajo de Dallas, como la presencia de la luz, que va a ser muy importante. La idea de trabajar con lo invisible, con lo vacío, con la ausencia de la obra está presente en Venecia”, comenta. Por tanto, Aballí cree que se pueden establecer diferentes conexiones entre un proyecto y el otro y asume que “aun siendo una propuesta más arquitectónica”, incorpora de manera más o menos evidente muchos temas e intereses que ha ido desarrollando en los últimos años.