Image: Cruz y Ortiz, arquitectos a escala 1/1

Image: Cruz y Ortiz, arquitectos a escala 1/1

Arquitectura

Cruz y Ortiz, arquitectos a escala 1/1

El Museo ICO inaugura en Madrid 1/200…1/2000, la retrospectiva de los arquitectos sevillanos, artífices del Rijksmuseum de Ámsterdam y del nuevo estadio del Atlético de Madrid

14 octubre, 2016 02:00

Antonio Cruz y Antonio Ortiz trabajando en su estudio sevillano

La horizontalidad marca la pauta en esta exposición de Antonio Cruz (Sevilla, 1948) y Antonio Ortiz (Sevilla, 1947). Ya en la fachada del Museo ICO, la fotografía del nuevo estadio de Atlético de Madrid tomada por José Manuel Ballester se proyecta como una sombra hasta la puerta de cristal que da acceso a la sala. Y nada más traspasar el umbral, una mesa larga y estrecha que muestra la maqueta de sus primeras viviendas construidas (1974-76) nos arrastra hacia dentro. 70 maquetas, dibujos, planos y alzados, varios vídeos en los que explican sus edificios, las cinco enormes fotografías que Ballester ha tomado de algunos de ellos y un libro anexo, en el que una docena de arquitectos en activo escriben sobre otros tantos proyectos, conforman un conjunto que nos sumerge por completo en la obra del estudio Cruz y Ortiz, cuyo último proyecto lleva el escudo atlético: el próximo mes de agosto se inaugurará el nuevo estadio, obra también de los sevillanos.

Ahora internacionalmente conocidos (y reconocidos) por su prodigiosa intervención en el Rijksmuseum de Ámsterdam (2001-2013), para el que rescataron un maltrecho edificio histórico, además de añadir con el respeto y elegancia que les caracteriza espacios de nueva planta, Cruz y Ortiz empezaron a trabajar juntos en 1974. Suyas son la Estación de Santa Justa de Sevilla (1988-1991), el pabellón de España en la Expo de Hannover (1999-2000) y la estación central de Basilea (1996-2003). Llevan juntos más de cuarenta años y juntos han visto cómo cambiaba casi todo a su alrededor. "Han cambiado más los medios y la manera de hacer que lo que hacemos. Ahora trabajamos con ordenadores, de un modo completamente distinto, con mayor exigencia, eso sí. Si hubiera que buscar algo que ha cambiado quizá sería eso, la profesionalización, antes hacíamos cuatro planos y el resto se improvisaba en la obra", explica Cruz. Una continuidad que ratifica Antonio Ortiz aludiendo a las viviendas de mediados de los 70 con las que se abre la muestra. "Podíamos estar arrepentidos de pecados de juventud, pero no. Tenemos una trayectoria muy lineal, muy serena".

Maqueta del estadio de La Peineta y el nuevo estadio del Atlético de Madrid

Y con la misma serenidad han abordado esta exposición en la que confiesan que llevan trabajando casi un año. Doce meses pensando y repasando su carrera, dibujo a dibujo. Visto con esta perspectiva, si hay una palabra o concepto que defina su trayectoria este sería la búsqueda de la intemporalidad. "Que los proyectos no respondan sólo a las circunstancias concretas del momento, y eso permite que reivindiquemos todavía proyectos muy antiguos". Y la atención a la posición, "al destino del edificio", añade Cruz. Mirando un antiguo catálogo de su estudio que hemos encontrado en una estantería de la sala de educación del museo, Ortiz reflexiona: "La arquitectura es un ejercicio de síntesis en el que intervienen muchos factores y es muy fácil que uno domine sobre los demás, que se hipertrofie y controle la escena. A nosotros nos gusta que todos esos factores se encuentren y se produzca una síntesis, una nueva situación de la que surge el edificio".

El título de la exposición hace referencia a la escala, al tamaño, las maquetas mostradas de la exposición van de 1/200 a 1/2000. Son los modelos en madera que realizan para cada proyecto que diseñan y algunas creadas específicamente para este Museo ICO. "Cuanto más pequeña es la maqueta más fascinante es como objeto", dice Ortiz. Pero hay otra escala que también está presente en esta sala del ICO que los arquitectos han modificado casi por completo para intensificar más esa sensación de horizontalidad. Y es la escala pública/privada. Porque, ¿cómo se pasa de las viviendas en Sevilla al Rijksmuseum? ¿Cómo mantener el equilibrio entre ambas? "Con mucha naturalidad -explica Ortiz-. Desde lo muy pequeño a lo grande, desde la tentativa inicial hasta un documento que debe ser pura solvencia técnica, pasamos con naturalidad". Lo cierto es que el cambio de escala es algo consustancial a su trabajo que, como dicen, siempre termina en la 1/1. Pero además, los trabajos de pequeña dimensión tienen un plus de experimentación que los grandes no permiten. Como dice Antonio Cruz, "los edificios más pequeños permiten abrirse a nuevos campos. Por eso es importante realizar cualquier proyecto con intensidad, sin pensar en números ni en fama".

Maqueta y dibujos del Rijksmuseum de Ámsterdam

La aventura holandesa

A pesar de todo está claro que el Rijks fue algo especial, no sólo por los 12 años que estuvieron trabajando en la remodelación del museo de Ámsterdam, ni por ser la casa de Rembrandt, sino por tener que intervenir en un edificio "machacado" que han convertido en uno de los proyectos más icónicos de su carrera. Ganaron el concurso en la primavera de 2001, trabajaron bien durante 2 años y luego empezaron los problemas, el trabajo se paralizó durante años. "Pero al final ha sido positivo. No es habitual que un museo cierre durante 13 años, reordene sus colecciones, restaure gran cantidad de sus obras maestras. La unidad que se consiguió gracias a este cierre prolongado es la clave del museo. Realmente era un edificio muy maltratado y destrozado así que no podíamos sino mejorarlo", bromea Antonio Ortiz. "No sé si un estudio holandés hubiera resistido la presión pero como nosotros no podíamos leer la prensa…". "Estos proyectos grandes se abordan ya pensando que hay cosas que se te van a escapar -añade Cruz-. Sabes que vas a perder batallas. Hay que llegar con gran capacidad de acuerdo, aunque sabiendo hasta dónde quieres ceder. También en la estación de Santa Justa de Sevilla tuvimos muchos problemas y tuvimos que ceder y reconsiderar parte del proyecto. La arquitectura es un arte muy mediatizado y hay que aceptarlo".

Aunque el Rijksmuseum no fue su primera obra en Holanda, donde empezaron a trabajar en 1994, sí fue lo que les anima a abrir su estudio allí. En 2000 realizaron unas viviendas en Maastricht, luego trabajaron en un puente mucho tiempo (un concurso que no ganaron) y en 2002, tras adjudicarse la remodelación y ampliación del museo más famoso de Holanda, inauguraron la oficina. "Era una necesidad que estuviéramos muy próximos a la obra", dice Cruz. "Era un edificio de finales del XIX -continúa Ortiz-, complicado, acumulativo y había que estar cerca. Ha sido una buena experiencia, mantenemos allí la oficina y seguimos con encargos interesantes holandeses".

Vista de la exposición en el Museo ICO

Hasta el Rijks no eran los sevillanos arquitectos de museos. Estaciones, estadios e intervenciones en edificios ya existentes eran "su especialidad". Uno de esos estadios que pueblan su currículum es el llamado de La Peineta. Un proyecto de 1989 realizado para la Comunidad de Madrid, un espacio para el atletismo que en 2010 tienen que empezar a adaptar para convertirlo en el estadio del Atlético de Madrid. Las maquetas, estas de mayor tamaño que el resto, la cubierta, los dibujos y planos tienen en la exposición un espacio especial que muestra también un interesante vídeo de parte de la obra. "Ha sido complicado porque hasta qué punto se toma uno en serio lo que uno ha hecho. Es más fácil intervenir sobre el trabajo de otro", señala Ortiz consciente, además, de que había que actualizar el edificio y enfocarlo a las necesidades de un club de fútbol. "El reto era hacer que el edificio que construimos en 1994 en San Blas, y que se ha convertido en referente para esa zona de la ciudad, siga estando allí y, al mismo tiempo, el nuevo edificio sea un conjunto y no la suma de dos edificios distintos, y creo que lo hemos conseguido", sentencia Cruz.

Y mientras en el vídeo colocan las enormes vigas que forman la cubierta del estadio rojiblanco los arquitectos se dejan llevar por la reflexión. "El ciudadano debería tomar mayor conciencia de que la arquitectura le afecta, y mucho. La ciudad es el medio en el que nos movemos y es la suma de las arquitecturas. Debería haber más demanda de buena arquitectura", dice Ortiz. "Y eso que hoy los arquitectos somos más conocidos que hace 30 años -añade Cruz-, pero la gente todavía asocia buena arquitectura con disparate y carestía, y no es así".

@PaulaAchiaga