'El abrazo' de Juan Genovés, símbolo de la Transición, se instala en el Congreso
El famoso cuadro de Juan Genovés El abrazo, símbolo de la Transición, llega este jueves al Congreso de los Diputados, "su verdadera casa". Así lo siente su autor, que pintó en 1976 este lienzo de 151 x 201 cm que representa a un grupo de hombres abrazados de espalda al espectador. "Lo pinté yo, pero pertenece a todos los españoles. Es muy agradable saber que el cuadro estará por fin en su sitio, después de 40 años en los sótanos del Reina Sofía y de su antecesor, el Museo Español de Arte Contemporáneo de Ciudad Universitaria". El cuadro se colgará en el vestíbulo de la cámara baja en un acto al que asistirán su presidente, Jesús Posada, el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, y el artista.
Genovés recuerda con orgullo el cartel para la campaña en favor de la amnistía que promovió la Junta Democrática en 1976, ilustrado con la reproducción de su cuadro. Por este motivo, el artista fue detenido e incomunicado durante una semana en la Dirección General de Seguridad. En aquellos años se hizo medio millón de copias del cartel y se convirtió en icono de la lucha por la democracia. Algunos admiradores le decían al artista: "Tengo en mi salón un cuadro suyo, ¿quiere venir a verlo?", aunque obviamente se referían al cartel. Además, en esta obra se basó la escultura que desde 2003 recuerda en la plaza madrileña de Antón Martín a los abogados laboralistas asesinados por un grupo de extrema derecha en 1977.
El pintor explica a El Cultural el curioso periplo del cuadro. Lo compró a finales de los setenta un coleccionista estadounidense, pero gracias a las gestiones del gobierno de Suárez, que consideraba que la obra debía ser patrimonio de todos los españoles, su dueño aceptó cambiarlo por otra del mismo artista con la mediación de Marlborough, la galería habitual del artista a la que el Gobierno de España compró el cuadro.
El abrazo por fin llegó a Madrid, pero inexplicablemente se perdió. Debía llegar al Museo Español de Arte Contemporáneo de Ciudad Universitaria (aún no existía el Reina Sofía), pero la dirección del centro aseguró que nunca había llegado a su destino. "Conocía a unos compañeros de Comisiones Obreras que trabajaban en el museo y me dijeron: 'Si el cuadro está aquí, lo encontraremos'. Tardaron varias semanas, pero al fin lo encontraron, escondido en el último rincón del museo, metido en una caja dentro de otra caja...". El asunto saltó a la prensa y se convirtió en un escándalo.
Años después, el cuadro fue depositado en el Reina Sofía, pero siguió oculto. "Es una falta de ética enorme que todos los directores del museo lo hayan mantenido escondido tantos años", afirma Genovés sin reparos, aunque se considera amigo de algunos de ellos. Además, dice que "ni siquiera lo prestaban para exposiciones de otros museos", aunque lo cierto es que sí fue cedido en 2014 para la exposición Mitos del Pop del Museo Thyssen.
Izquierda Unida llevaba años solicitando la petición del cuadro al Reina Sofía. Por fin en octubre la cámara inició los trámites para solicitar formalmente el cuadro al museo. El acuerdo contempla la cesión de la obra por tres años prorrogables. Genovés opina que "el Reina Sofía ha hecho suyo el cuadro, pero no le pertenece. Lo compró el Estado y es patrimonio nacional. El Reina Sofía es la casa de los amantes del arte, pero el Congreso es la casa de todos los demócratas y es allí donde debe estar".