Esther Ferrer: Autorretrato "Marxista", 1993 (Cortesía Galería Visor, Valencia)
Han pasado muchas cosas en el terreno del arte en 2014 pero seguramente lo recordaremos como el Año Greco. Las conmemoraciones culturales corren el riesgo de poner por delante del evento cultural la promoción turística y los intereses políticos pero en este caso podemos hablar de equilibrio; la inversión ha sido gigantesca aunque en buena proporción privada y con buen retorno social y comercial, y hemos tenido grandes exposiciones que han complacido por igual a público y crítica. Así, la lista de más votadas por los críticos de El Cultural pone a El Griego de Toledo, la exposición axial del centenario, en segundo lugar. Reconoce también la gran retrospectiva en el Museo Reina Sofía de Richard Hamilton, coproducida por la Tate, y la interesantísima revisión iconográfica, histórica y política, de Las Furias en el Museo del Prado. Además, una original muestra sobre la cara más oscura de la animación, históricos de la modernidad como El Lissitzky, Josef Albers y Yoko Ono, y sólidos referentes españoles: Juan Luis Moraza, Concha Jerez y Xavier Ribas.Recordaremos también este año por el fin de la "era Císcar" en el IVAM, donde ha aterrizado, previo concurso, José Miguel G. Cortés, que ha debido limar de urgencia algunas asperezas. Y por la renovación, por dos décadas más, del convenio de colaboración entre el Museo Guggenheim Bilbao y la Solomon R. Guggenheim Foundation de Nueva York. Esperemos que la Ley de Transparencia que acaba de entrar en vigor permita conocer todos sus detalles, desterrando la anterior opacidad.
Con los presupuestos siempre a la baja, sacar adelante programaciones dignas es todo un logro en nuestros museos y centros de arte. Para unos más que para otros. Y mientras algunos malviven, aún se hacen planes, con la que está cayendo, de nuevas infraestructuras, con propósitos claramente mercantilistas. Málaga sorprendió al anunciar un acuerdo con el Museo ruso de San Petersburgo, que tendrá sucursal en un área de fuerte atracción turística para los rusos de elevado poder adquisitivo. Albacete, mucho más modestamente, prepara un museo del realismo español para el que, de momento, no hay más que una sede a medio reformar: ni equipo ni colección. Otros proyectos avanzan lentamente: la explanada de los museos en Montjuïc va para largo, al igual que el Hermitage del puerto de Barcelona, e incluso el Centro Botín, por otras causas, ha sufrido un considerable retraso.Recordaremos 2014 como el
La apertura del enorme Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, en Córdoba, queda también para el año que viene, ya veremos con qué clase de director, pues se ha convocado una ¡licitación! para cubrir el puesto. Ha habido otros concursos con mucho "misterio": el del pabellón de España en la próxima Bienal de Venecia tardó meses en dilucidarse (lo ganó Martí Manen) y aún está por resolverse el de la dirección del CGAC de Santiago de Compostela mientras el contrato de su actual director, Miguel von Hafe, expira ya este mes. Desde allí se ha trasladado al Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles, por fin, la Colección Fundación ARCO. En la feria madrileña, por cierto, tuvimos como invitada a Finlandia.
En general, el mundo del arte, mercado incluido, está en área de espera. No han faltado las polémicas, en todo el arco histórico-artístico: desde el enfrentamiento entre los científicos que aprueban y que se oponen a la reapertura parcial de las cuevas de Altamira, hasta la demanda de la Asociación Española de Abogados Cristianos al director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, por la famosa caja de cerillas de Mujeres Públicas en la exposición Un saber realmente útil. Será también 2014 el año de la devolución de premios y distinciones oficiales; en artes plásticas ha sido Colita, Premio Nacional de Fotografía, la que ha protagonizado el desaire. Sí han aceptado sus galardones Esther Ferrer (el Premio Velázquez), y Jordi Teixidor (el Nacional de Artes Plásticas) y nos hemos alegrado, además, por la concesión del Premio Joan Miró, por primera vez, a un artista español, Ignasi Aballí. Ha habido relevos en el exMinisterio de Cultura, con la llegada a la Dirección General de Bellas Artes, desde el INAEM, de Miguel Ángel Recio, que ha dado paso a un por ahora provisional Subdirector de Museos Estatales, Miguel Ángel González Suela. Se zanjó allí, muy a la baja, la espera de la repetidamente pospuesta Ley de Mecenazgo que se quedó en reforma fiscal con ligeras mejoras.