Image: Trazando a Picasso

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Arte

Trazando a Picasso

El Museo Picasso de París abre sus puertas después de cinco años de obras y la destitución de su anterior directora Anne Baldassari

24 octubre, 2014 02:00

Vista de una de las salas de la exposición inaugural del reformado Museo Picasso de París (Béatrice Hatala © Musée Picasso-Paris 2014)

Picasso vuelve tener un sitio privilegiado en las exquisitas calles de París. Tras cinco años cierre por obras, el Museo de Picasso de París reabre sus puertas coincidiendo con una fecha singular; el que hubiera sido el 133 cumpleaños del artista. Tras varios años de remodelación de la infraestructura, de ser pospuesta su apertura en un par de ocasiones y después de la destitución de la anterior directora, Anne Baldassari por Laurent Le Bon, antiguo director del Pompidou de Metz, todo está a punto para que las paredes se vistan de largo y los cuadros dialoguen con los espectadores. Más de 5.000 obras, muchas de ellas donadas por la familia a la muerte del pintor, crean el mayor legado de Picasso en el mundo.

La colección se completa con miles de piezas de archivo. Su calidad y su alcance, así como la variedad de formas de arte que abarcan, muestran al Picasso más completo; desde sus pinturas, esculturas, grabados y bocetos hasta sus estudios, cuadernos y fotografías, películas y documentos que perpetúan y muestran el proceso creativo del artista malagueño. Se trata de un compendio creado a partir de dos donaciones hechas al Estado a través de los herederos del pintor en 1979 y, más tarde, en 1990 con los herederos de Jacqueline Picasso, que ampliaron la colección. Pero no solo se muestran lienzos y piezas del cubista sino que también hay algunas obras que él coleccionó a lo largo de su vida. Así, pinturas de artistas que apasionaron e influyeron en el artista, confluyen con las disciplinas desarrolladas del pintor de Las mujeres de Aviñón.

Dibujo de Françoise, 1946. A la izquierda, Paul en arlequín, 1924

No hay que olvidar las etapas que atravesó uno de nuestros artistas más internacionales. Antes de introducirse y abrir las puertas al cubismo más picassiano, deambuló por otros territorios. La etapa azul, la rosa, el primitivismo. Todo queda reflejado en el Hotel Salé convertido en sede del museo en el año 1985. La configuración de las salas propuesta por Baldessari prescinde del texto para ofrecer al espectador una imagen más fresca que propicie el diálogo con los cuadros. Asimismo, cronológicamente ordenadas, las diferentes salas acogen cada etapa con un discurso propio.

Desde su Autorretrato a La Celestina, el periodo azul, sus grandes desnudos a los matadores y músicos de su última etapa. Incluso el archivo de investigación y bocetos de algunas de sus obras más representativas. Las señoritas de Aviñón con sus cuadros preparatorios, su etapa dorada, la cubista, con Hombre con guitarra y Hombre con mandolina, ensamblajes y construcciones cubistas. Todos los temas de la etapa en la que vivía quedaron plasmados en sus lienzos. La guerra civil española, cuenta con su propia colección bajo el título Pinturas de guerra. Naturaleza muerta con silla de paja, del año 1912, fue el primer collage moderno y se muestra junto a una serie de ensamblajes, la clásica Grandes máquinas y una secuencia de pinturas surrealistas entre los años 1926 y 1930.

También hay espacio para su obra configurada por esculturas y cerámicas. Objetos de madera y bronce de la etapa proto-cubista, construcciones cubistas, modelos de montura metálica y la serie de bustos de yeso completados con figuras icónicas como Mujer en el jardín del año 1930 o la Cabeza de toro. Además, todo queda perfilado y jalonado con un documento fotográfico de Brassaï, un aliado natural para las obras que dejaron una huella indeleble en la historia del arte.

Masacre en Corea, 1951

Su actual comisaria, Anne Baldassari (dejará de serlo para el curso 2015 y será reemplazada por Le Bon) propone tres recorridos. El primero de ellos es un acelerado curso de 20 minutos que permite trazar lo imprescindible de Picasso. Un recorrido que transita por tres de los pisos del Museo. Se pueden comparar las técnicas empleadas por el pintor mediante sus colores y disciplinas de cada etapa. En una sala los retratos femeninos, en la contigua los masculinos, los desnudos y las monocromías. Todo está allí, en París. El lugar predilecto para todos los artitas de los años 20. Cómo olvidar sus grandes y embaucadoras obras de temática bélica ante las grandes disputas de su tiempo, el memento mori de bombardeos.

La renovación y remodelación de la pinacoteca parisina, que ha ascendido a 51 millones de euros (habían calculado al inicio unos 19), ha culminado y este será el primer y, tal vez, el último acto de Baldassari. Por su parte, Le Bon, ya empieza a idear nuevas exposiciones de cara al curso que viene como una mirada y una invitación a observar de qué manera Picasso ha influido en los artistas actuales. El ahora de Picasso. Su actualidad.