Dennis Hopper, 1971. Este retrato de Andy Warhol se incluye en la exposición Dennis Hopper. On the Road, que inaugura el Museo Picasso de Málaga.
Su trabajo funciona como un recorrido por la cultura pop norteamericana | La muestra reúne también obras de artistas pop de su círculo, fragmentos de sus películas, material documental...
La de Dennis Hopper es la historia clásica de Estados Unidos, la de un niño predestinado a crecer siendo un don nadie en una granja de Dodge City (Kansas) al que el destino le pone en suerte California. Un médico les había recomendado a sus padres que emigraran a la costa para mejorar la salud de uno de sus hermanos, así que al pequeño Hopper le cambian el horizonte de pastos, vacas y "tormentas de arena que duran años" por el cartón piedra y los focos de los grandes estudios. A partir de este giro, se interesa por la música, la escritura, la fotografía y la interpretación, debutando muy joven en el cine y alcanzado una pronta fama tras participar en dos películas protagonizadas por James Dean,
Rebelde sin causa y
Gigante.
Poco tiempo después, su primera mujer le regala una cámara fotográfica y el inquieto Hopper, que considera su creación como un todo, se dedica intensamente al retrato desde el año 61 hasta el 67. Seguía también con ello
un consejo de Dean ("seguramente algún día querrás dirigir películas y no puedes recortar una película, así que tienes que aprender a hacer un encuadre completo"), cuya muerte le afectó muchísimo. Como su propia biografía, sus fotos también son la historia del siglo XX en Estados Unidos, un recorrido por
las carreteras, los carteles publicitarios, los estudios, los actores aún desconocidos, los incipientes artistas que conformaron las filas del pop art, los poetas beats, el inventor del LSD, Albert Hoffman, las marchas antirraciales, los Ángeles del Infierno...
Nueva York (Chicos jugando al beisbol), 1961. Y Paul Newman, 1964
Ahora, el Museo Picasso de Málaga recupera la faceta fotográfica del actor fallecido en 2010 en la exposición
Dennis Hopper, en el camino, con más de 150 fotografías que, como señala el director de la institución y comisario de la muestra, José Lebrero, confirman su obsesión por estar en el lugar adecuado en el momento preciso. "
Su trabajo no se corresponde con el del fotógrafo documental o artístico, lo que le interesa es encuadrar y tirar, no los positivados. Fotografía de forma directa, sin formación", define Lebrero. Tras el éxito de su primera película como director,
Easy Rider, un clásico instantáneo y un condensador de la contracultura del momento que, además, inaugura el cine independiente en Estados Unidos, Hopper corrió peor suerte en Hollywood. Su espíritu rebelde y experimental no convenció a los popes de los estudios y entró en una fase turbulenta y de adicciones en la que volvió a refugiarse en la fotografía y en el arte, iniciándose también en el coleccionismo. "En la primera exposición de Warhol como artista [antes sólo era conocido por su faceta de ilustrador]
Hopper le compra uno de los cuadros de las latas Campbell. Además, se relaciona con Lichtenstein, Claes Oldenburg o Ed Ruscha...", expone Lebrero, que insiste en señalar la personalidad insurrecta del actor dentro del mundo del cine.
Esa insubordinación suya logra que las imágenes que podrán verse en Málaga, alguna de ellas inéditas precisamente por el desinterés de Hopper hacia los resultados de su trabajo, conserven la frescura, como fresca se mantiene la adoración por la cultura pop nacida en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX.
En sus imágenes se dan cita la Coca-Cola, el no lugar, la sociedad de consumo, el sueño americano que brinda la posibilidad de alcanzar la fama a un desconocido... "Es un eco, una memoria de una época que en España nos pilló todavía saliendo de otras negruras pero que hoy resulta muy atractiva. En sus fotos están los pilares de lo que luego se ha institucionalizado como la contracultura.
Ahora que se habla tanto de los hipsters, uno piensa que Hopper era ya uno de ellos, ese estilo está ya en
Easy Rider", amplía Lebrero.
Autorretrato, Los Angeles, 1963
La muestra está acompañada de la música de aquellos años, la misma con la que se construyó la banda sonora de
Easy Rider y la que habita también en las instantáneas de Hopper, que
retrató a James Brown, Tina Turner, Jefferson Airplane... Por otra parte, y a modo de flashback del pop art, la exposición incluye una selección de obras de artistas de su círculo, como Warhol, Lichtenstein, Oldenburg y Ruscha, así como una síntesis de su producción como creador plástico (entre ella, tres
billboards o vallas publicitarias realizadas por él) y material documental, entre el que los más fetichistas sabrán apreciar un borrador original del guión de
Easy Rider. La Cinemateca Francesa ha seleccionado, por otra parte, extractos de sus películas y, además, se proyectarán las pruebas cinematográficas que le hizo Warhol en 1964 y se exhibirá un conjunto de carteles de películas en las que Hopper.