Es una de las mejores exposiciones de PhotoEspaña, y seguramente la más divertida. El título de la exposición ya da pistas: "patio de recreo", una incitación lúdica que nos viene muy bien en pleno periodo estival. El humor blanco y absurdo lo proporcionan las partituras o instrucciones para recrear libremente acontecimientos (Event Score) fluxus interpretadas por la fotógrafa y videoartista finlandesa Elina Brotherus (Helsinki, 1972). Despliega en estas series su faceta más busterkeatoniana, con la expresión indiferente en su rostro en situaciones descolocadas, que contradicen el utilitarismo que nos define como sociedad. Una bocanada de aire fresco y de desenfado que se reitera en variaciones muy ingeniosas en vídeos y fotografías, con un acertado montaje en el que no hay correspondencias simultáneas, sino que encontramos casi como por azar imágenes que ya habíamos visto en otro formato, como una suerte de reconocimiento, acertijo y repesca.
La muestra es amplia, pero abarcable y realmente muy entretenida. Con seis decenas de fotografías y veinticinco vídeos, que van del medio minuto (la mayoría) al cuarto de hora. Calculen para visitarla un tiempo que se les va a pasar muy deprisa, en una experiencia de sana renovación mental. Los resortes son sencillos: descontextualización de objetos y lugares, acciones exageradas por instrucciones tomadas al pie de la letra, confusiones de identidad con objetos, posturas bobas… Elina Brotherus, a quien conocimos en España poco después de iniciar su carrera, en la edición de PhotoEspaña de 2002, y después hemos visto crecer en numerosas exposiciones individuales y colectivas –también en su galería madrileña Cámara Oscura que le dedica estos días una muestra paralela–, sin duda, ha llegado felizmente a su madurez. Desde 2016 colabora con la bailarina y coreógrafa Vera Nevanlinna y se codea en sus acciones con los artistas austriacos Erwin Wurm y VALIE EXPORT.
Una bocanada de aire fresco que se reitera en variaciones muy ingeniosas en vídeos y fotografías
Ahora todo encaja: como el falso carácter autobiográfico de su trabajo, subrayado en el título de la retrospectiva It’s Not Me, It’s A Photograph en la Kunst Haus de Viena el pasado año. Y el feminismo implícito desde el principio, cuando se retrataba como una joven erasmus insegura, a sus versiones del artista y la modelo revisitando la historia del arte, hasta su compromiso explícito prestando una foto para acompañar la carta abierta de la activista Marie Docher en el diario Libération con el que denunciaba el escaso 20 % de exposición de fotógrafas en la pasada edición de los Encuentros de Arles. Realmente empoderada, Elina Brotherus dice no tomarse hoy en día muy en serio, una de las conclusiones para apropiarse después de visitar esta exposición.
Además de las versiones de piezas de Tristan Tzara, John Cage, Georges Brecht, Yoko Ono, Walter de Maria, John Baldessari y Fischli & Weiss, también interpreta eventos de otros menos conocidos, como las artistas y compositoras japonesas Mieko Shiomi y Takehisa Kosugi y su coetáneo finlandés Tuomas Timonen. Y no todo es humor: hay imágenes y acciones plenas de lirismo, como el vídeo homenaje a Sylvia Plath, donde Brotherus y Nevanlinna juegan con una gran sábana de papel de aluminio flotando en el bosque.