Ilustración: Ulises
Editor fronterizo pero “no equidistante”, Juan Casamayor (Madrid, 1968) recibe el homenaje de la FIL de Guadalajara al mérito editorial por “su militancia, empeño y especialización en torno al cuento”.
¿Qué libro tiene entre manos?
¿Libro? ¡Libros! Estoy leyendo y disfrutando la novela
Vibrato, de la chilena Isabel Mellado, que saldrá después de Navidad en España, y
Cuestión de tiempo, de Carmen Peire. Releo estos días un poemario muy necesario:
Las naciones hechizadas, de la argentina Viviana Paletta.
¿Ha abandonado algún libro por imposible?
Varios, algunos en ese estado larvario que es un manuscrito.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Sin duda, con el
profesor Souto. Y estaríamos de acuerdo en que nos acompañaran Ángeles Encinar y
Merino.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura, lee en tableta, en papel, lo hace por la mañana, por la noche...?
Papel, exclusivamente papel, y lo he intentado con otros formatos. Puedo leer a cualquier hora, pero tengo un hábito lector muy placentero ligado a mis muchos viajes. Un vuelo transoceánico con un libro es viaje que vale por dos.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiase su manera de ver la vida.
Leer el cuento
La señorita Cora de
Julio Cortázar ingresado en un hospital y con una enfermera cerca. Un verdadero cambio en mi percepción de la lectura.
Para un editor ¿qué es más importante, la complicidad del lector o de sus autores?
Andrés Neuman dice del lector que es una "figura mitológica narrada por los editores" y del editor que es un "benefactor que parece un enemigo que parece un amigo". Yo tengo una gran complicidad con mis autores y persigo que esa “figura mitológica” sea real y cómplice del autor y su obra. Ahí sí radica la verdadera importancia.
Si el catálogo de una editorial es su mejor biografía, ¿qué dice de usted el de Páginas de Espuma?
Creo que habla de la obstinación aragonesa, de cierto perfil lector con formación filológica y de cierto gusto por la variedad, la estética también. Si el
cuento rompe sus costuras, como explica
Eloy Tizón, el catálogo es un telar caprichoso que cuando lo valoro después de estos años puedo decir que no me he equivocado en mi vocación.
¿Con qué libro se ha llevado la mayor alegría, y por qué?
Con la antología a cargo de un jovencísimo Andrés Neuman,
Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español (2002). En ella está la semilla del actual catálogo de Páginas de Espuma. Me atrevo a decir que allí se cocinó algún ingrediente del buen momento del cuento en España.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Soy profano en la materia, aunque exploro, leo y me informo. Soy merodeador de exposiciones temporales y grandes colecciones permanentes de muchas partes del mundo. No comprendo visitar ciudades y no aproximarme a su arte, sus galerías, sus museos, esos mausoleos que respiran, unas veces, un orden geométrico, y otras, un estudiado desorden. Y suele emocionarme lo que percibo.
¿Qué música escucha en casa?
En la casa de mi infancia, mi padre siempre escuchó música clásica. Sentimentalmente sigo anclado en el rock de los 70 y los 80. Todos tenemos un pasado y en mi caso ese pasado musical sigue sonando.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Estos días he repetido una cita de Cadalso incluida en sus
Cartas Marruecas: "tengo por cosa muy accidental el haber nacido en esta parte del globo, o en sus antípodas, o en otra cualquiera". Dicho esto: España me gusta como realidad que debe regenerarse y transformarse continuamente. Ojalá mi labor como editor ayude a ello.
Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Un plan integral de lecturas en nuestra educación (asignatura pendiente en este país) en el que participen de un modo activo, profundo, “bibliodiverso”, sostenible, duradero y real administraciones y el mundo del libro, es decir, del escritor al librero. Algunas voces dirán que esto ya se hace. Insisto: de un modo duradero y real.