"Kosovo es el corazón de Serbia: detengan la violencia". Eso fue lo que escribió en la cámara Novak Djokovic tras ganar al estadounidense Aleksandar Kovacevic en su debut en Roland Garros. La firma del ganador, una tradición en el tenis, ha ido evolucionando hacia una oportunidad de dar un mensaje al mundo. A veces personal, como el "Va por ti, mamá. Feliz día. Te quiero" que escribió Carlos Alcaraz tras ganar su último título en Madrid. A veces político, como ha sido el caso del tenista serbio.
Djokovic explicó luego en rueda de prensa el motivo de su reivindicación: las nuevas tensiones creadas por los disturbios surgidos en tres municipios del norte de Kosovo, cuando manifestantes serbios intentaron impedir el acceso a los ayuntamientos a los alcaldes albanokosovares elegidos en abril.
"Esto es lo menos que podría haber hecho. Siento la responsabilidad como figura pública, no importa en qué campo, de brindar apoyo... Especialmente como hijo de un hombre nacido en Kosovo, siento la necesidad de brindarles mi apoyo a ellos y a Serbia. No sé qué deparará el futuro para el pueblo serbio y para Kosovo, pero es necesario mostrar apoyo y demostrar unidad en este tipo de situaciones", dijo el número tres del mundo.
El mensaje de Djokovic recibió críticas y surgieron rumores sobre una posible sanción por parte de la organización. "Hasta ahora no ha sido el caso y espero que siga así. No sé qué va a pasar, escuché que ha habido muchas opiniones en las redes sociales, no sé si seré castigado… No me voy a contener, lo haría de nuevo", se defendió el tenista.
Más tarde, Roland Garros expresó su postura mediante una escueta declaración: "No hay reglas oficiales de Grand Slam sobre lo que los jugadores pueden o no pueden decir. La FFT (Federación Francesa de Tenis) no hará ninguna declaración ni tomará ninguna postura sobre este asunto".
Más que pedir la paz
"Mi postura es clara: estoy en contra de las guerras, la violencia y cualquier tipo de conflicto, como siempre lo he dicho públicamente. Empatizo con todas las personas, pero la situación con Kosovo es un precedente en el derecho internacional… Lamento mucho la situación en la que nos encontramos: Kosovo es nuestra piedra angular, nuestra fortaleza, nuestros monasterios más importantes están allí", explicó Djokovic.
Sin embargo, su declaración va más allá de una petición de paz y vuelve a reconocer Kosovo como una parte más de Serbia. En el otro bando, Djokovic ya ha suscitado críticas en otras ocasiones. El ministro de deportes kosovar colgó días atrás un mensaje revelador despué de que Nole dijera en una entrevista que querría bautizar a sus hijos en el territorio: "No-Vax No entry (Sin vacuna, no hay entrada)", dijo.
Nuevas tensiones
Las elecciones que han generado tensiones fueron organizadas por el régimen albanés de Pristina (capital de la región) después de que los representantes de los serbokosovares se retiraran el pasado noviembre de las instituciones de Kosovo para denunciar la discriminación que, aseguran, sufren por parte del Gobierno central.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses, proclamó en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce. Ambos países negocian la normalización de sus relaciones sobre un nuevo plan de la Unión Europea, apoyado por Estados Unidos, en un proceso interrumpido con frecuencia por el estallido de tensiones.