El estado de Arabia Saudí se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de las últimas horas, especialmente en el mundo del deporte. El reino con capital en Riyad ha sido objeto de un nombramiento que ha generado una gran polémica y una importante controversia.
El país será el organizador de los Juegos Asiáticos de Invierno del año 2029. Un destino cuanto menos peculiar ya que este emplazamiento no destaca precisamente ni por sus bajas temperaturas, ni por sus zonas nevadas ni por ser un país que tenga una gran tradición en cuanto a deportes de invierno se refiere. De hecho, lo hace más por sus vistas al mar Rojo y por sus enormes y cálidos desiertos.
Sin embargo, el ministro de Deportes saudí, Abdulaziz bin Turki, fue el encargado de anunciar esta impactante noticia a través de un comunicado oficial: "Nos enorgullece anunciar que hemos ganado la candidatura para albergar los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029 que se celebrarán en Trojena. Somos el primer país de Asia occidental en lograrlo. Esto seguirá colocando al reino como uno de los países líderes en el deporte".
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Una noticia que ha generado un enorme estupor y una gran sorpresa, ya que se trata de un nombramiento histórico como afirmaba el propio ministro de deportes saudí. Esta elección ha recibido numerosas críticas, ya que la sombra del dinero y de los petrodólares ha vuelto a hacer acto de presencia. Pensar que la candidatura ha terminado siendo exitosa por el peso del dinero es casi inevitable para muchos.
El 'lavado' de Arabia
El hecho de que Arabia Saudí haya sido elegida como sede para unos Juegos de Invierno ha dado mucho de qué hablar. Y ha hecho sospechar a muchos que se trata de una elección comprada a base de miles de millones de euros salidos del grifo del petróleo para seguir lavando la imagen de un estado que no es precisamente ejemplo en el respeto de los derechos humanos o de las libertades.
El anuncio oficial de la decisión llegó a través de una reunión de la Asamblea General del Consejo Olímpico de Asia, la cual se celebró en la ciudad de Camboya. Arabia presentó su candidatura en el mes de agosto y el Consejo ha tardado poco en dar luz verde a un proyecto que ha generado multitud de críticas, ya que muchos consideran que este nombramiento desvirtúa la esencia misma de unos Juegos de Invierno y apuntan a que solo se trata de una cuestión puramente económica.
El revuelo generado en torno a esta polémica concesión va más allá de estos Juegos Asiáticos del año 2029. La tendencia generalizada que están llevando los diferentes países árabes, con el estado de Salman bin Abdulaziz a la cabeza, de adueñarse de muchas competiciones y de incluirse en los circuitos más importantes del deporte, invita a pensar que esta es solo la primera parte de un gran proyecto. Una especie de avanzadilla.
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El gran reto de Arabia Saudí sería llevarse unos Juegos Olímpicos de Invierno a nivel mundial, ya que la potencia económica de este tipo de estados y de gobiernos no entiende de límites. Y probablemente, los del Comité Olímpico Internacional tampoco vayan a ser los que les frenen si se puede llegar a una vía de entendimiento facilitada por el grifo de los petrodólares del que no paran de salir miles de millones de euros.
Después de haber creado un circuito de golf paralelo al PGA, de haberse llevado competiciones como el Rally Dakar o de haber entrado de lleno en deportes como la Fórmula 1 o el fútbol de primer nivel, el siguiente reto parece ser atacar la sede de unos Juegos Olímpicos de Invierno después del aperitivo de 2029. Una situación que han criticado deportistas de la talla de Kilian Jornet: "O al Consejo Olímpico de Asia o al COI sólo les importa el puto dinero o son unos genios y saben que en 2029 no habrá nieve en ningún sitio y el esquí sólo se practicará sobre arena".
Otros ejemplos que evidencian esta línea de actuación son los dejados por Qatar, quien ya se adentró en disciplinas como el atletismo, MotoGP o la Fórmula 1 antes de lanzarse a organizar el Mundial de Qatar 2022 como previo paso a formar parte de las candidatas a acoger unos Juegos Olímpicos. Su proyecto llegará en 2036 teniendo a la ciudad de Doha como su núcleo. Arabia Saudí no se queda atrás y apuesta por el frío y la nieve.
Los siguientes en disputarse serán los del año 2026, que tendrán lugar en Milán y Cortina d'Ampezzo. Los próximos en elegirse serán los de 2030, para los que España iba a ser candidata hasta que Aragón decidió romper el gran proyecto presentado por el COE y que pretendía llevar a la comunidad aragonesa junto a Cataluña de la mano. Por lo tanto, Arabia Saudí podría tener así su gran oportunidad en 2034, adelantándose así a Qatar y consiguiendo ganarle a su estado 'enemigo' otra gran guerra.
El proyecto Neom-Trojena
Otro de los puntos calientes del proyecto, además de las críticas recibidas por motivos obvios, es la localización elegida. Una sede que podría considerarse incluso fantasma, ya que se trata de una ciudad que por el momento no existe y que está en proyecto de construcción. Ahora tiene la meta de estar finalizada antes de que se celebren esos Juegos Asiáticos de Invierno del año de 2029.
Esa fecha supone un hecho clave en el proyecto ya que el final de esta faraónica creación de Neom, la ciudad en la que se celebrarán los Juegos Asiáticos de Invierno, era el 2030. De esta forma, se adelanta unos meses la salida a la luz de una de las mayores creaciones de la historia moderna de la humanidad. Una ciudad levantada desde cero en tiempo récord y a golpe de talonario con un gran proyecto urbanístico detrás que tiene un coste previsto de 500.000 millones de euros. Para hacerse una idea del dispendio, el presupuesto de España en 2021 fue de 456.074 millones de euros.
Neom es una ciudad futurista que se edificará en una zona de montañas de Arabia Saudí a unos 2.600 metros de altitud. Cerca de la frontera con Jordania y junto al pico Jebel al Lawz. Forma parte del magnánimo proyecto que intenta que el país se modernice y se remodele por completo y que recibió el nombre de Vision 2030. Así pues, dentro esta gran urbe se creará Trojena, un inmenso complejo turístico de invierno donde se podrán practicar todo tipo de deportes como el esquí o los saltos con más de 30 kilómetros de pistas.
De esta forma, Arabia Saudí quiere conseguir el ambicioso y pretencioso reto de llevar unos Juegos de Invierno a una ciudad que todavía no existe y que estará situada frente al desierto y con vistas al mar Rojo. Este proyecto, Trojena, está impulsado por Mohamed bin Salman, príncipe heredero saudí y nuevo primer ministro, y fue lanzado el pasado mes de marzo con un coste multimillonario.
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El reto ahora es conseguir llevar algunas de las mejores pistas de esquí del mundo hasta una zona marcada principalmente por las áridas dunas de arena del desierto y por las temperaturas moderadas. Trojena, además de estar ideada para ser un paraíso artificial de los deportes de invierno, está llamada a ser un gran reclamo turístico del país y un lugar nuevo de residencia para miles de personas. Se espera que cuando esté a pleno rendimiento pueda recibir a más de medio millón de turistas cada año.
Contará con hoteles de lujo, un enorme lago de agua artificial y un complejo residencial, entre muchas otras instalaciones. Este es uno de los proyectos más ambiciosos que ha llevado a cabo Arabia Saudí hasta el momento y está enfocado principalmente en un espectacular desarrollo urbanístico que mira hacia el turismo, los negocios y la ecología.
En total, se calcula que serán más de 100 actividades deportivas y turísticas las que se podrán llevar a cabo en Trojena debido a su infinito abanico de posibilidades. Tendrá casi 4.000 habitaciones de hotel de máxima categoría y será residencia habitual de unos 7.000 nuevos habitantes que llegarán hasta sus fronteras en la próxima década.
El proyecto tiene a Philip Gullett al frente, su director ejecutivo, y también a dos importantes estudios de arquitectura australianos, Lava Architectures y Bureau Probert. Neom, y por ende Trojena, forma parte del gran proyecto urbanístico que está llevando a cabo Arabia Saudí y que cuenta ya con otros grandes buques insignia como Oxagon o The Line.
Sin embargo, en el caso de Neom, la ciudad ya ha recibido importantes críticas porque su construcción trae consigo la expulsión de unos 20.000 miembros de la tribu beduina huwaitat. Además, la promesa del gobierno saudí de establecer en estas ciudades un nuevo código de leyes al margen de las del país como muestra de aperturismo no inspira mucha confianza en el exterior. Todos esperan que sus trabajadores ejerzan bajo pésimas condiciones y que la edificación de estos 'gigantes' no suponga ningún beneficio para la población saudí media.
Los primeros turistas empezarán a llegar a partir de 2026 y, aunque no estaba previsto que estuviera terminado antes de 2030, la nueva fecha impuesta por los Juegos Asiáticos obligará a acelerar todos los procesos. Algo posible para el enorme caudal económico del estado del Golfo Pérsico.
Se espera que Trojena cuente con una de las villas de esquí más exclusivas del mundo y con un largo artificial inmenso de agua dulce que tendrá un acantilado de unos 15 metros. Este se abastecerá a través de una enorme tubería que llevará agua desalada desde el mar Rojo hasta esta zona montañosa. También servirá para crear toda la nieve artificial que se necesite.
Este espectacular enclave contará con un pueblo vertical en plena montaña en una fusión rompedora de tecnología, entretenimiento e infraestructura hotelera y con las más modernas instalaciones también para la práctica de deportes acuáticos o de modalidades como el ciclismo de montaña. Además, contará también con una reserva natural interactiva, otra de sus grandes innovaciones.
Así será Trojena, el complejo de lujo que nacerá en la ciudad del futuro de Neom que Arabia Saudí ha diseñado para llevarse los Juegos Asiáticos de Invierno ante el estupor del resto del planeta. Mientras el estado se abraza al deporte para continuar su lavado de imagen, este tipo de proyectos sirven también para cimentar el éxito futuro de un reino que sabe que su fuente de ingresos, el petróleo, tiene fecha de caducidad. Por eso, buscan mediante estos retos, formas de reducir su dependencia sin perder poderío financiero, objetivo principal del programa de desarrollo Vision 2030.