España no es un país de deportes de invierno, pero siempre ha querido serlo. Así lo demuestra la candidatura que pretende llevar los Juegos Olímpicos del frío, la nieve y el hielo hasta el Pirineo en el año 2030. De conseguirlo, sería un hito histórico para un país que solo ha albergado una cita semejante en toda su historia, los Juegos de Barcelona en el año 1992. Si finalmente se logra este reto, abriendo todas las instalaciones deportivas podría haber una estatua de Regino Hernández.
El deportista español es una de las mayores leyendas de España en cuanto a Juegos Olímpicos de Invierno se refiere. Su nombre está asociado a la nieve y al éxito como pocos lo ha conseguido a lo largo de la historia de nuestro país. Sin embargo, todo tiene un principio y un final y la carrera de Regino está muy cerca de poner su punto final.
El snowboarder ceutí tendrá su último baile en los Juegos Olímpicos de Pekín 2022, cita que ha elegido minuciosamente para decir adiós al deporte, al menos de manera profesional, ya que corre por sus venas con tanta fuerza que nunca podrá arrancárselo definitivamente, ni siquiera cuando los achaques de la edad le impidan subirse a su tabla.
Con el adiós de Regino se va una de las carreras más brillantes que ha tenido el snow en España y un nombre que iba muy estrechamente ligado a los Juegos Olímpicos de Invierno para nuestro país. No había olimpiadas sin Regino y no había Regino sin años de sacrificio para seguir cumpliendo sus retos y sus sueños.
Su momento de gloria, y el de muchos aficionados castigados y maltratados por la falta del calor mediático, llegó en el año 2018, en la impronunciable Pyeongchang. Allí se celebraron los últimos Juegos Olímpicos de Invierno y hasta allí llegaron 92 países y 2.920 atletas. Para los analistas, Noruega fue la ganadora, pero para la historia del deporte nacional, España dio un salto de gigante como no se había producido otro.
La primera participación de España en unos Juegos Olímpicos de Invierno llegó en el año 1936, en Garmisch-Partenkirchen, Alemania. Solo hubo seis participantes para dos deportes y Jesús Suárez-Valgrande Díaz fue el abanderado. Hubo que esperar casi cuatro décadas, hasta 1972, para que 'Paquito' Fernández Ochoa le diera a España su primera medalla en esquí alpino. El oro ganado en Sapporo, único hasta el día de hoy, abrió uno de los caminos más complicados de la historia del deporte español.
20 años después fue Blanca Fernández Ochoa quien dio a España en Albertville su segunda medalla, también en esquí alpino. Y después, hubo que esperar 26 años después para que Regino Hernández le diera a España su tercera medalla en una cita olímpica de invierno, la primera que llegaba en el snowboard.
El éxito conseguido por el ceutí le encumbraba al Olimpo del deporte español consiguiendo un hito pocas veces visto y además abría la senda del éxito, ya que en Pyeongchang se consiguieron dos medallas, sumando la de Javier Fernández en patinaje artístico, lo que suponía doblar lo conseguido hasta el momento en 21 participaciones y más de 80 años.
Una carrera de leyenda
Regino lleva más de 15 años brillando en el mundo del snowboard y siendo una referencia absoluta para los más jóvenes que aman este deporte y que no recibe el cariño de los focos como lo hacen otros. Por ello, su retirada como profesional supone un palo muy grande que bien merece un eterno reconocimiento a una leyenda, categoría que alcanzó tras su bronce olímpico.
Ahora, a pesar de que solo tiene 30 años, Regino ha decidido dar un paso al lado y anunciar que se retira, que pone fin a su carrera profesional y que lo hará compitiendo. Hernández sueña con un último baile y así es como se tomará los Juegos Olímpicos de Pekín 2022, el momento en el que se le podrá ver en acción por última vez. Retirarse con un éxito sería el broche soñado, pero solo poder hacerlo sobre la nieve ya es motivo de celebración después de una época complicada.
Tras tres lustros dedicados al snowboard, deporte para el que se ha convertido en uno de sus mejores embajadores en territorio nacional, Regino deja un palmarés considerable con éxitos muy notables. Su figura siempre irá ligada a la élite de la mano también de la de otro gran campeón como es Lucas Eguibar, con quien ha compartido equipo en multitud de competiciones.
En su palmarés brilla con luz propia ese bronce ganado en Pyeongchang en el año 2018, pero no es su único gran título. En la Copa de Europa ha conseguido sumar tres medallas de plata, una en 2009 y otras dos en 2011. A nivel nacional ha sumado cinco oros en los años 2011, 2014 y 2019, y también dos platas en el año 2009. En la Copa de Sudamérica sumó una medalla de oro más 2019, mientras que en la Copa del Mundo consiguió una medalla de plata en el año 2014. Además, en el año 2017 consiguió una medalla de plata en la prueba de campo a través por equipos junto a Lucas Eguibar. Títulos y éxitos de una auténtica leyenda del snowboard.
Lesiones, presión y retirada
Después de media vida dedicada al snowboard, Regino ha decidido decir adiós tal y como ha anunciado él mismo a través de una bonita carta donde repasa su carrera, con sus mejores y peores momentos: "Han sido muchos meses pensándolo y dándole vueltas y, finalmente, he decidido que una vez finalizados los Juegos Olímpicos de Pekín, pondré fin a mi carrera deportiva después de 15 años compitiendo al máximo nivel. Ha sido una decisión difícil porque el snowboard es mi vida desde que tengo uso de razón".
Así comenzaba su despedida un Regino que seguramente se ha emocionado antes de completar estas líneas con las que pone fin a una etapa brillante. Además, el deportista español ha reconocido cuáles han sido los motivos que le han llevado a tomar esta decisión, y es que las lesiones en los últimos años han lastrado en gran medida su rendimiento lo que poco a poco ha ido minando su moral y su confianza hasta llegar a perder la ilusión por volver a hacer todos los sacrificios que requiera la élite.
Por si esto fuera poco, Regino reconoce que la presión también le ha pasado factura y que en estos momentos se encuentra superado por la presión mental: "Para un deportista, si su mente no funciona, no funcionada". Por ello, Hernández se ha atrevido a dar un paso complicado, pero necesario, para comenzar un cambio que era una cuestión casi vital.
Regino ha pasado por muchos momentos durante toda su trayectoria, tanto buenos como malos. Pero han sido los más dolorosos los que han ido cargando su mochila de un agotamiento mental que ha superado al físico. Ahí, el fallecimiento del seleccionador nacional Israel Plana en el año 2017 tras sufrir un infarto cerebral, jugó un papel fundamental, ya que fue un palo que nunca ha llegado a superar del todo por el enorme dolor que causó en todo el equipo español.
Regino se define a sí mismo como un guerrero que siempre ha peleado con uñas y dientes por todo en la vida, filosofía que le inculcó el propio Israel, figura que le marcó de por vida. Ahora que Hernández enfila su adiós, quiere acordarse con un bonito gesto de todos aquellos que le dieron su aliento cuando pensó en rendirse.
"Quiero agradecer a todas las personas que han estado en las malas, en esos momentos en los que las cosas no iban bien, cuando me faltaban las fuerzas para seguir, cuando estaba a punto de tirar la toalla". Regino afirma que ese grupo de personas no le permitieron rendirse y fueron clave para que pudiera levantar el vuelo. Ahora, gracias a ellos y a él, a su talento y su esfuerzo, podrá decir adiós con la cabeza alta, como una leyenda, y desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2022 a pesar de esa presión y de tantas lesiones.
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