Leclerc impone su ley en Mónaco y se lleva el triunfo por delante de Piastri y Carlos Sainz

Incontestable. Así se podría definir el fin de semana de Charles Leclerc en Mónaco. Sin fisuras desde los entrenamientos del viernes hasta la carrera del domingo y demostrando que la Fórmula 1 está en uno de los momentos más igualados de los últimos tiempos. [Así hemos vivido el triunfo de Leclerc en el GP de Mónaco].

El monegasco, que corría en casa frente a su público, ahuyentó los fantasmas del pasado en el trazado de Montecarlo y dominó por completo la octava cita del campeonato. Esta vez no cometió errores. Hizo la mitad del trabajo el sábado con una majestuosa pole y culminó la faena el domingo con una carrera sin fisuras.

Y eso que tuvo que afrontar dos veces la salida, posiblemente el único punto en el que es posible perder posiciones. En el primer intento salió muy bien, pero un aparatoso accidente de Pérez y los dos pilotos de Haas en la tercera curva hizo que todo se iniciara de nuevo.

Más de media hora después los pilotos volvieron a colocarse en sus respectivos de salida y, de nuevo, Leclerc salió de forma exitosa y aguantando la presión de Piastri. A partir de ahí fue coser y cantar. Dominó sin problemas la carrera y cruzó la línea de meta en primera posición para afianzar su segunda plaza en el Mundial y meter algo de presión a Max Verstappen.

Tras él finalizó Óscar Piastri. El piloto australiano de McLaren vivió tranquilo durante toda la carrera y se dedicó a salvaguardar una más que preciada segunda plaza. Cerró el podio Carlos Sainz. El español tuvo un susto en la primera curva con un pinchazo, pero la resalida por culpa de la bandera roja le salvó el Gran Premio. Sufrió en los últimos giros con Norris, pero cerró todas las puertas al británico y firmó la tercera plaza.

El líder, Max Verstappen, no tuvo una carrera fácil. Salió sexto y terminó sexto. No pudo adelantar y pasó el último tercio de la carrera encorsetado entre los dos pilotos de Mercedes. Russell, que finalizó justo delante suya, hizo un esfuerzo titánico con sus neumáticos en las lonas y mantuvo a raya al tricampeón del mundo. Por su parte, Fernando Alonso se quedó fuera de los puntos al finalizar en undécima posición.

Inicio accidentado

El Gran Premio de Mónaco comenzó con muchos sobresaltos. Primero, Sainz sufrió un pinchazo tras tocarse con Piastri que le hizo pasarse de frenada. Segundos después, Pérez era embestido por Kevin Magnussen provocando un aparatoso accidente entre el mexicano de Red Bull y el piloto de Haas. 

No tardó en salir la bandera roja y la carrera se mantuvo parada durante más de media hora. Leclerc, que había defendido bien su posición en la salida, tuvo que volver a hacerlo por segunda vez. No falló y dio el primer paso hacia su primer triunfo en Mónaco, su casa.

Fue una carrera sin demasiadas alternancias. Adelantar en el trazado del circuito de Montercarlo es casi misión imposible y una de las únicas maneras de hacerlo era sorprendiendo a tus rivales en la parada en boxes. 

Eso es lo que intentó Max Verstappen para ganarle la posición a Russell en el último tercio de la carrera. Sin embargo, el británico de Mercedes no cayó en la trampa y se mantuvo en pista hasta el final a pesar de tener los neumáticos en las lonas en los últimos giros. Aguantó como un titán y dejó al campeón del mundo con la miel en los labios.

Esa fue una de las pocas batallas que se vivieron durante las casi dos horas y media de carrera. También hubo algo de emoción en la lucha por el podio con el agobio de Norris a Sainz en la últimas vueltas. El español no vio peligrar su tercer puesto, pero tuvo que mantener la concentración ante las acometidas de su amigo Lando. 

Al final, todo acabó tal y como comenzó. Era de esperar. Leclerc cruzó la línea de meta en primera posición, tras él lo hizo Piastri y Sainz cerró el podio, el cuarto de la temporada para él. Fernando Alonso finalizó undécimo. Salía muy atrás y apenas pudo hacer nada por escalar posiciones y llegar a los puntos. Próxima parada, el Gran Premio de Canadá el 9 de junio.