Iñaki Williams, el héroe más esperado del Athletic: un viaje exprés que hizo caer al Barça en la Copa
Realizó ayer un vuelo desde Costa de Marfil de 6.000 kilómetros y fue determinante en la prórroga al marcar el tanto de la victoria.
25 enero, 2024 02:15No podía ser de otra manera. El destino estaba escrito. Iñaki Williams debía ser el héroe que llevara en volandas al Athletic Club a su quinta final de Copa del Rey consecutiva y lo fue después de marcar un tanto agónico en la prórroga frente al Barça.
El Athletic y San Mamés esperaban con fervor a su máxima estrella para este duelo copero. Iñaki, a 6.000 kilómetros de distancia vio como sus compañeros derrotaban al Alavés en los octavos de final. Vio también desde Costa de Marfil como a su equipo le tocaba el rey de reyes de la Copa en los cuartos de final. No sabía si iba a poder estar. Pero estuvo, y fue determinante.
El mayor de los Williams llegó justo a tiempo. 24 horas antes del duelo en San Mamés, todos los hinchas rojiblancos miraban de reojo lo que sucedía en un Camerún - Gambia. Quien les iba a decir que iban a estar pendientes de la Copa África. Pero tenían una razón: si ganaba Camerún, Ghana se quedaba fuera de la competición e Iñaki Williams quedaría libre para volver con su club.
Y así fue. Los leones indomables ganaron y la selección ghanesa quedó apeada de la Copa África. A partir de ahí comenzó una carrera a contrarreloj para intentar que Iñaki llegara a tiempo para disputar el encuentro más importante de la temporada para el Athletic.
Williams tomó un vuelo privado desde Costa de Marfil directamente a París. Hizo escala en la capital gala antes de aterrizar en Bilbao. Su vuelo causó mucha expectación. Y es que, a través de Flightradar24, una página web en la que se muestran todos los aviones que ocupan el espacio aéreo, casi 4.000 personas siguieron el directo el rumbo del avión que trasladaba a su estrella a la capital vizcaína.
Rey sobre el campo
Iñaki llegó a tiempo para la eliminatoria de la Copa del Rey. Sin embargo, el respetable tuvo que esperar para ver a su ídolo. Ernesto Valverde decidió dejarlo en el banquillo, algo lógico ya que llevaba varias semanas fuera de la dinámica del primer equipo.
Comenzó a calentar tras el descanso y entró al terreno de juego minutos después del tanto de Sancet que puso el 2-2 en el marcador. Tenía media hora por delante para ser determinante. Y lo acabó siendo.
Pero no lo fue en los noventa minutos. Antes de la prórroga tuvo dos tímidos disparos, pero fue en el tiempo extra donde desarboló por completo a la zaga azulgrana. Su poderío físico se impuso a todos y a todo. Justo antes del descanso de la prórroga puso el 3-2 en el luminoso.
El tanto llegó en una acción al contragolpe. Iñaki recogió un balón rechazado en Sancet y disparó cruzado ante la salida de su tocayo Iñaki Peña. El remate tocó en el palo, pero voló de nuevo en dirección a su pie derecho. Esta vez no perdonó y mandó el esférico al fondo de la red. San Mamés estalló. Él también. El esfuerzo había merecido la pena.
La noche de los Williams
Quedaba cerrar la faena. El Barça lo intentó, pero fue el menor de los Williams quien se encargó de acabar con todas las ilusiones del barcelonismo. En una de las últimas acciones del encuentro, Sancet puso un balón al corazón del área. Allí esperaba Iñaki Williams, dispuesto a controlar y rematar con violencia para poner el 4-2 y completar la fiesta. Pero no lo hizo y el cuero se le escapó. No pasaba nada. Williams Jr lo arregló.
Nico se hizo con el balón. Controló con la pierna derecha y se sacó de la manga un precioso disparo con el exterior que se coló por la escuadra de la portería de Iñaki Peña. Un golazo. Un tanto que puso el broche de oro a una noche mágica en San Mamés y en la que los hermanos Williams volvieron a ser los héroes.