La oportunidad perdida por Alcaraz en Australia: de un torneo notable a una crisis sin respuestas
El nivel tan alto que venía mostrando Carlos en Melbourne desapareció en uno de los peores inicios de partidos que se le recuerdan.
25 enero, 2024 02:15"No sé qué ha pasado". Así se mostraba un todavía desconcertado Carlos Alcaraz cuando compareció ante la prensa tras su derrota en el Open de Australia. Ni siquiera el propio tenista murciano tenía respuestas sobre lo ocurrido en los dos primeros sets de su partido contra Alexander Zverev, los cuales perdió en apenas una hora y once minutos. A partir de ahí, pasar a semifinales se le puso muy difícil, casi imposible.
No era, para nada, lo que se esperaba. Alcaraz estaba cuajando un gran torneo, solventando con facilidad los partidos -sólo perdió un set ante Lorenzo Sonego- y mostrando una mejoría en su tenis tras la pretemporada -especialmente en el saque-. Carlitos llegaba a los cuartos de final con un claro favoritismo respecto a Zverev.
Pero ese buen feeling desapareció de golpe y porrazo este miércoles, a pesar también de que Zverev llegaba con cuatro horas más de juego acumuladas en sus piernas. La derrota para Alcaraz, además de un aprendizaje -porque no hay que olvidar que sigue teniendo sólo 20 años- se sintió como una oportunidad perdida.
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Alcaraz sentía que podía lograr algo grande en Melbourne. Tanto que se atrevió a responder al vaticinio del mítico Rod Laver, que aseguró que podían ir inscribiendo ya el nombre de Djokovic en el trofeo de campeón. "Me llamo milagro", replicó un tenista que se sabía capaz de todos tras haber amarrado, a su edad, dos Grand Slam antes (US Open 2022 y Wimbledon 2023).
En realidad, su rendimiento le daba alas. Alcaraz había montado en las rondas previas una fortaleza en torno a su saque: de 56 juegos al servicio, había ganado 55. El único capaz de hacerle un break había sido Sonego, en el cuarto set de su duelo en segunda ronda. La efectividad de Carlitos era de un 98%. Además, en sus tres partidos previos a los cuartos (contra el propio Sonego, el chino Juncheng Shang y el serbio Miomir Kecmanovic) alcanzó una velocidad máxima de saque de 213 km/h.
Los números de Alcaraz
Pero ante Zverev fue otra cosa. Los primeros saques de Alcaraz se saldaron con una doble falta y el alemán le rompió el juego en blanco. El arranque del español fue el peor que se le recuerda en un partido de Grand Slam: en el set inicial tuvo un pobre porcentaje de puntos ganados con su primer servicio (50%, 6/12). Zverev, en cambio, sólo perdió dos puntos con su saque (88% al primer servicio).
"Sascha jugó un gran partido. Empezó como tenía que empezar y como yo creía que iba a hacerlo, agresivo al saque. No sé lo que ha pasado. Me encantaría decirlo, pero no me he encontrado con buenas sensaciones desde el inicio", analizaba a posteriori Alcaraz sobre su mal arranque contra Zverev.
Desde su banquillo, su entrenador Samuel López -que sustituyó a Juan Carlos Ferrero, que se sometió a una cirugía antes del torneo- y el resto de su equipo veían casi desorientado a Alcaraz en esta fase del partido: dudando de su colocación al resto, sin confianza en sus golpes...
Alcaraz, por juventud, ya había tenido problemas de desconexión en algunos partidos que acabaron en derrota. Sin embargo, en Australia estaba mostrando una estabilidad emocional sorprendente y no se esperaba que decayera como lo hizo ante Zverev. "A nivel mental, estos lapsus, de no encontrar el buen feeling, este tipo de cosas no me pueden pasar. Puedo jugar peor, pero no tener 0 feeling con mis golpes. Esto no debe ocurrir. Lo tengo que mejorar", reconocía el propio Alcaraz.
Una reacción tardía
Su reacción llegó de milagro. Alcaraz salvó en el tercer set un 5-2 en contra, llegando a ir Zverev 30-30 con su saque en el 5-3. Luego resolvió en un brillante tie-break, dejando en el aire la pregunta de qué hubiera pasado si Carlitos hubiera jugado así desde el inicio.
Aunque, como bien resaltó Alcaraz, Zverev tuvo mérito importante sobre cómo se dieron las cosas. Hay que destacar que en los dos primeros sets, el alemán de ganar cinco juegos en blanco (cuatro con su saque y otro al resto). El tenista murciano acumuló demasiados errores no forzados, hasta 20 más que su rival en el partido (45 a 25).
Alcaraz se despidió de Melbourne con una reflexión: "En el tercer set volví a jugar un gran tenis. Encontré la manera de romperle y volver al partido, tuve mis opciones con 3-4 en el cuarto y no las aproveché. Creo que hice un buen tenis en el cuarto set, aunque no a mi mejor nivel. Hubo muchas subidas y bajadas en mi tenis. No he encontrado un buen saque en todo el partido. Ha sido difícil jugar con esa presión a la que me metía en cada juego a mi saque. Veremos en el futuro, pero es una pena no haber podido mostrar mi nivel hoy. Toca aprender".