El principal lema para atacar la Superliga Europea surgida el pasado abril de 2021 fue que era una competición cerrada que atentaba contra el mérito deportivo. Los clubes ingleses que la apoyaron acabaron dando un paso atrás por la presión. Sin embargo, ahora se han negado a firmar la carta de propietarios de la Premier League para defender la clasificación para Champions League basada en "méritos deportivos actuales". Un movimiento que ha llamado la atención.
Manchester United, Manchester City, Liverpool, Chelsea, Tottenham y Arsenal forman el conocido como 'Big Six' de la Premier League. Todos ellos dieron el visto bueno a la Superliga en su día. Y todos ellos han vuelto a unirse para no firmar la nueva carta de propietarios en la que llevaba trabajando un tiempo la Premier League. Tal y como ha informado The Times, sin haber unanimidad no puede salir adelante.
El principal problema que han visto dichos clubes es que se quiera limitar la clasificación a "méritos deportivos actuales". Una situación que, si no prospera la normativa de la UEFA, puede acabar por poner en aprietos a más de uno de estos clubes históricos. Por ello, sin acuerdo entre todas las entidades no habrá nueva carta de propietarios que aleje la idea de una Superliga Europea para siempre.
La UEFA, cabe recordar, está estudiando modificar aún más su formato de la nueva Champions incluyendo clasificaciones según un coeficiente histórico. Este haría que clubes con mayor trayectoria continental, como es el caso de los seis grandes de la Premier, tuvieran más fácil amarrar un puesto en competición europea.
El 'Big Six' no se la quiere jugar y el acuerdo con todos los clubes de la Premier tendrá que esperar. Como informa The Times, los seis han rechazado limitar su forma de clasificación a resultados actuales. Unos privilegios que rechazaron con la Superliga, pero que ahora quieren recuperar con la carta de propietarios.
Presiones y amenazas
El proyecto de la Superliga vio la luz el pasado mes de abril con 12 grandes clubes de Europa apoyándolo. A medida que pasó el tiempo, las presiones y amenazas hicieron rectificar a nueve de ellos. Todos los de la Premier League dieron un paso atrás y se convirtieron en el principal muro contra la competición.
En un primer momento, gracias a la reacción de la afición. Los hinchas de todos los clubes afectados fueron capaces de saltar a la calle y manifestarse contra la Superliga. Incluso llegaron a asaltar estadios como el de Old Trafford para mostrar su enfado. Poco después llegó el movimiento político, pues Boris Johnson consiguió situarse como el principal enemigo de la Superliga junto a Ceferin.
Y finalmente se produjo la decisión de la Premier, que por medio de esta carta de propietarios intentó establecer una normativa que espantara cualquier Superliga. El plan, sin embargo, no ha contado con el apoyo de los seis grandes clubes. Así han pasado de la defensa del fútbol por méritos deportivos a poner por delante su superioridad histórica frente a aspirantes como el West Ham o los Wolves.
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