Froilán de Marichalar no está en Abu Dabi: desvelamos qué hacía mientras su familia se dividía entre Galicia y Grecia

Este pasado fin de semana ha sido de lo más agitado para la Familia Real y para la Familia del Rey. Felipe VI (56 años), la reina Letizia (51) y la princesa de Asturias, Leonor de Borbón (18), compartieron el viernes 27 de septiembre un encuentro "privado y familiar", como lo denominó la Zarzuela, con el rey Juan Carlos (86) en la Escuela Naval de Marín, donde la heredera se forma como guardiamarina.

Sin que constara en su agenda oficial de actos institucionales, Felipe y Letizia viajaron a Galicia para celebrar, junto con los compañeros de promoción del Rey, el 40º aniversario de su jura de bandera en el patio de la Escuela Naval de Marín, donde ahora Leonor cursa su segundo año de formación militar. Como miembros de la Familia Real, solo faltaron la infanta Sofía (17), que se encuentra estudiando 2º de Bachillerato en Gales, y la reina emérita Sofía (85), que estaba en Grecia.

De hecho, gran parte de la Familia del Rey estaba en Atenas con motivo de la celebración de la boda de Teodora de Grecia (41), hija de los últimos reyes helenos, Constantino y Ana María (78). Junto a la reina Sofía, llegaron a la Catedral de la Anunciación de Santa María las infantas Elena (60) y Cristina (59), y tres de los hijos de esta última: Irene (19), Miguel (22) y Juan Valentín Urdangarin (25).

[El último fiestón de Froilán tras volver de Abu Dabi: el vídeo que muestra su paradero tras meses 'desaparecido']

Felipe Juan Froilán junto al rey Hamad Bin Isa Al Jalifa y su abuelo, don Juan Carlos I Gtres

Pero, ¿dónde estaba Felipe Froilán de Marichalar? EL ESPAÑOL ha podido confirmar en exclusiva que el sobrino mayor del rey Felipe no estaba en Galicia, Atenas ni Abu Dabi, donde reside desde hace más de año y medio, sino en Madrid. Al filo de las 12:30 horas de la mañana de este domingo, 29 de septiembre, el primogénito de Jaime de Marichalar (61) paseaba junto a un amigo por la calle Blasco de Garay, en el castizo barrio de Chamberí.

Según ha podido confirmar este diario, Felipe vestía una camiseta básica blanca oversize, unos pantalones pitillo de color negro, unas zapatillas deportivas y una de sus características gorras. Para protegerse de las cambiantes temperaturas que azotan la capital estos días, llevaba una hoodie oscura sobre uno de sus hombros.

[Froilán, misión cumplida: más de un año sin escándalos tras la pelea con navajas y el tiroteo de su cumpleaños]

El cuarto en la línea de sucesión al trono de España caminaba junto a un amigo desde la mencionada dirección hacia la calle Galileo, donde hace unas semanas este periódico también localizó a su primo, Pablo Urdangarin (24), acompañado de otro grupo de amigos.

Al igual que su hermana pequeña, Victoria Federica (24), y su primo, Pablo Urdangarin, Felipe de Marichalar declinó la invitación a la boda de su prima segunda, Teodora de Grecia. A Victoria se la pudo ver en un concierto de Omar Montes (36) en la plaza de toros de Toledo, mientras que a Pablo se le vio jugando al balonmano con su equipo, el Fraikin BM Granollers, en Pamplona. 

Felipe y Victoria de Marichalar en la misa funeral en recuerdo de Juan Gómez-Acebo el pasado 8 de septiembre. Gtres

La última vez -que se sepa- que el hijo mayor de la infanta Elena estuvo en España fue el pasado 8 de septiembre cuando acudió a la misa funeral por la muerte de Juan Gómez-Acebo. Este viaje a España de Froilán de Marichalar coincide con el de su abuelo, el rey Juan Carlos, por lo que no sería descabellado pensar que ambos, una vez más, han puesto rumbo juntos a nuestro país a pesar de que el emérito no haya pisado la capital. Cabe recordar que Juan Carlos aterrizó el pasado lunes, 23 de septiembre, en el aeropuerto de Vigo.

El ex jefe del Estado llegó a Galicia, donde permanecerá hasta el próximo 6 de octubre, en un vuelo procedente de Vitoria, donde una vez más acudió a la clínica del doctor Anitua para pasar un chequeo médico. Antes de Vitoria, Juan Carlos I pasó unos días en Cascais, según informó El Mundo, ciudad portuguesa que conoce desde su infancia y donde conserva grandes amigos, como los Espirito Santo o los Champalimaud.