El príncipe Harry recibe el apoyo de su familia materna mientras los Windsor celebran una fiesta en palacio

Muy sonriente. Así ha llegado el príncipe Harry (39 años) a la catedral de San Pablo. Este miércoles, 8 de mayo, es un día muy importante para él, ya que se conmemora el décimo aniversario de la fundación de los Juegos Invictus. Dicen que la profesión va por dentro, pero la realidad es que esta celebración es el único motivo que tiene para sonreír. 

La expectación era máxima en pleno corazón de la capital londinense. Seguidores, y también detractores, se han dado cita en el lugar en el que ha tenido lugar esta cita. Recibido con aplausos y vítores, y algún que otro pito, el duque de Sussex ha llegado en coche y no ha dudado en saludar a los allí presentes.

Parecía que esta iba a ser un evento en el que el príncipe Harry se iba a sentir muy solo, aunque rodeado de los compañeros del proyecto. Ni su mujer, Meghan Markle (42), ni sus hijos, Archie (5) y Lilibet (2), han viajado hasta Londres con él. Tampoco le ha acompañado su padre, el rey Carlos III (75), ni su hermano, el príncipe Guillermo (41). Sin embargo, ha recibido el apoyo de su familia materna. 

[La decepción del príncipe Harry al aterrizar en Londres: se cancela el encuentro con su padre, el rey Carlos III]

El príncipe Harry a su llegada a la catedral de San Pablo. EFE

Los hermanos de Diana de Gales, el conde Charles Spencer (59), Lady Sarah McCorquodale (69) y Lady Jane Fellowes (67) han querido acompañar a su sobrino en este día tan importante para él. Una asistencia que seguro ha supuesto una gran noticia para el príncipe Harry. Su tío siempre se ha mostrado de su lado y le ha apoyado en cada momento y paso de su vida. A pesar de la distancia, mantienen una estrecha relación. 

En este servicio de Acción de Gracias, el hijo menor del monarca ha sido el encargado de dar el discurso inaugural. Hasta hace dos semanas, su participación estaba en duda, pero finalmente ha querido cumplir con sus compromisos profesionales y ha viajado hasta la ciudad que le vio nacer. 

Su llegada a Londres no fue la que él esperaba. Nada más aterrizar, su portavoz comunicó que finalmente no se iba a dar el encuentro con su padre por motivos de agenda. "Comprende el diario de compromisos de su padre y otras prioridades y espera verlo pronto", comunicaba. 

Charles Spencer llega a la catedral de San Pablo. Gtres

Sí que quería tener este encuentro con él, pero no estaba entre sus planes ver a su hermano. A pesar del mal momento que está atravesando la familia, la relación entre ellos parece estar en la peor situación. A miles de kilómetros de distancia, solucionar los problemas es una tarea todavía más difícil. 

Entre los planes de Carlos III no está ver a su hijo, ya que no ha conseguido sacar un hueco en su agenda para su visita. Sin embargo, la imagen que ha dado la Familia Real este miércoles podría incluso perjudicarles. A escasos kilómetros de la catedral de San Pablo, en el palacio de Buckingham, ha tenido lugar una fiesta a la que han asistido la mayor parte de los miembros de los Windsor: desde los monarcas hasta los príncipes de Edimburgo pasando por la princesa Ana. Todos salvo los príncipes de Gales. 

El rey ha presidido la primera Garden Party del año, donde ha recibido el cariño de todos los presentes que han protagonizado un espontáneo aplauso en su honor. Poco a poco, el primogénito de Isabel II ha ido retomando su agenda después de que su médico personal diese luz verde a su regreso mientras continúa con el tratamiento contra el cáncer. 

La familia real británica en un acto que ha tenido lugar en el palacio de Buckingham. Gtres

No se conoce la fecha oficial en la que el príncipe Harry dejará Londres, pero a finales de esta misma semana se le espera en Nigeria, donde coincidirá con su esposa. Ambos han sido invitados para un viaje oficial con motivo de los Juegos Invictus.