María Carolina de Borbón-Dos Sicilias, sobre su prima Leonor: "Admiro cómo afronta la atención pública"

El comienzo de una nueva década viene cargado de retos y responsabilidades. Pero también de muchos planes personales y profesionales. Así lo confiesa María Carolina de Borbón-Dos Sicilias, hija de Carlos de Borbón y Chevron-Villette (60) -duque de Castro- y Camila Crociani (52), en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL al cumplir 20 años. Convertida en una it girl, la futura jefa de la Casa de las Dos Sicilias sopló una vela más en la tarta este pasado viernes, 23 de junio, tras una breve escapada a Madrid. 

Aunque lo celebró en el sur de Francia, su estancia en la capital también formó parte de su agenda de festejos. María Carolina, prima lejanda de la princesa Leonor (17) viajó a Madrid para acudir a una boda, pero también tuvo la oportunidad de disfrutar de las obras arquitectónicas de su antepasado Carlos III de España. La joven desciende de una de las ramas menores de la Casa de Borbón, actual casa reinante en nuestro país y en el Gran Ducado de Luxemburgo. Su padre es el jefe de la Casa de Borbón-Dos Sicilias, cuya denominación proviene del nombre de la casa principal -Borbón- y del Reino de Sicilia y el Reino de Nápoles.

El duque de Castro asumió el cargo por herencia, en 2008, tras la muerte de su padre, Fernando de Borbón y Zamoyski, jefe de la Casa de las Dos Sicilias. El tío abuelo de Carlos de Borbón y Chevron-Villette, Fernando de Borbón, falleció sin descendencia, por lo que su hermano Carlos tuvo que sucederle, pero éste renunció a sus derechos por amor y finalmente, fue su hermano Rainiero -bisabuelo de María Carolina-, quien se convirtió en el legítimo heredero.

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María Carolina de Borbón-Dos Sicilias en su recorrido por las obras del rey Carlos III de España. Pablo Robles Cedida a EL ESPAÑOL

A los 20 años se deja oficialmente la adolescencia y empieza una etapa de más responsabilidades. ¿Qué retos asume en esta nueva década?

¡Ah! ¡Los 20 años! El comienzo de una nueva década llena de aventuras y desafíos. Es como subir a una montaña rusa emocional sin cinturón de seguridad. En esta etapa de la vida uno se enfrenta a un mar de responsabilidades, pero también a un mundo de oportunidades. Los 20 años llevan consigo la misión de encontrar su propio camino en el mundo de los adultos y los desafíos que hay que afrontar son muchos: ganar la independencia financiera, afrontar las responsabilidades laborales, equilibrar la vida personal con los compromisos sociales, y todo esto tratando de evitar las trampas de la ansiedad y la confusión. No puedo esperar para sumergirme en estas nuevas aventuras que me prepara la vida y dar lo mejor para dejar una huella imborrable en este mundo. 

¿Siente que al ser una persona pública y con títulos dinásticos tiene más responsabilidades que cualquier joven de su edad?

Sin duda implica tener responsabilidades adicionales. Desde muy joven he tenido la oportunidad de aprender la importancia de mi posición y papel en la sociedad. Ser miembro de una Familia Real implica representar la tradición y una historia que es mucho más grandes que yo y mis 20 años. A pesar de ello, me siento muy involucrada en tratar de preservar y compartir la cultura, las anécdotas sobre nuestro pasado y los valores que me han transmitido. Por supuesto, hay momentos en los que la presión y las expectativas son más intensas, pero trato de enfrentarlas con equilibrio y serenidad. Todos tenemos nuestros propios desafíos y responsabilidades en la vida que nos hacen crecer.

¿Cómo va a celebrar su cumpleaños?

Lo voy a celebrar en el sur de Francia con mi familia, en el mítico Palais Bulles de Pierre Cardin. Hace unos días también estuve en Madrid, por una boda, y tuve la oportunidad de ver a varios amigos y celebrar con ellos. Madrid es realmente una ciudad hermosa, llena de jóvenes y con una vida social muy internacional. Además, siempre me impresiona la sorprendente arquitectura y todos los hermosos monumentos que creó nuestro antepasado Carlos III, que te hacen sentir tan pequeño comparado con lo que ha construido.

María Carolina junto a su hermana, María Chiara, en su recorrido por Madrdi. Pablo Robles Cedida a EL ESPAÑOL

¿Qué ha pedido de regalo?

Por mis 20 años decidí hacerme un regalo. Estoy trabajando en una colección de NFT que lanzaré en unos meses, donde un porcentaje de los ingresos irá a obras benéficas para promover la igualdad de género y en particular, para detener la violencia y la injusticia contra las mujeres. Es un proyecto muy emocionante y descubrir los entresijos de la tecnología es realmente fascinante. No puedo esperar para compartir más detalles. 

Su cumpleaños coincide con la llegada del verano. ¿Qué planes tiene para esta temporada?

Seguramente intentaré avanzar en mis proyectos. Además de concentrarme en el desarrollo de mis NFT, estoy creando, junto con mi hermana Chiara, un concepto para una docuserie que nos gustaría filmar en unos meses. También estamos avanzando en la creación de nuestra propia acreditación para poder colaborar con diversas marcas. Por último, espero descubrir nuevos lugares en los que nunca he estado, como Grecia o Mallorca, a donde voy a finales de julio para celebrar un cumpleaños.

En los últimos tiempos ha viajado con frecuencia a España. ¿Qué es lo que más le gusta de nuestro país?

Estuve allí hace unos días y fue realmente hermoso. España es un país maravilloso. Lo que más me gusta es su historia y patrimonio cultural. Desde sus majestuosos monumentos como el Palacio de Cibeles o la Catedral de la Almudena. Es un país lleno de arquitectura y edificios increíbles que cuentan historias fascinantes. La gastronomía también merece una mención especial, es simplemente deliciosa. Exquisitas tapas, paella (yo me comí ocho en dos días) y postres como el flan y el churro. La cocina española es un verdadero festín. ¿Quién está de acuerdo en que es imposible resistirse a una buena paella valenciana?

En su familia se ha vivido una especie de Juego de tronos, como la serie. ¿Hay alguna solución posible a esta disputa?

La palabra "juego" es incorrecta. Es triste porque nuestros propios primos reclaman algunos títulos, al no aceptar lo que firmó su abuelo Carlo Tancredi. Pero la cuestión ya había sido aclarada por unos acontecimientos históricos que todos conocemos bien. Hubo una renuncia de Carlo Tancredi al casarse con la infanta de España, asumiendo en esa ocasión la nacionalidad y calidad de príncipe español, renunciando para sí y para sus herederos a cualquier derecho de sucesión a la Corona de las Dos Sicilias. Entonces el título de jefe de la Casa Real siempre ha sido duque de Castro, que actualmente es mi padre, mientras que el título de su heredero es duque de Calabria, en mi caso duquesa de Calabria.

María Carolina de Borbón-Dos Sicilias frente a la Plaza Neptuno de Madrid. Pablo Robles Cedida a EL ESPAÑOL

Tiene más de 100.000 seguidores en las redes sociales. ¿Cómo lo gestiona? ¿Es muy cuidadosa con lo que publica o prefiere ser natural y espontánea?

Siempre prefiero la espontaneidad. Creo que hoy más que nunca es importante ser auténticos y transmitir sinceridad en las redes sociales porque a menudo promueven un ideal de perfección que es absolutamente inalcanzable e incluso dañino para muchas personas. En Instagram sólo vemos el lado positivo de la vida de los demás, pero detrás de cada imagen perfecta hay desafíos, imperfecciones y momentos difíciles que todos enfrentamos en la vida real. Es muy importante mantener una perspectiva equilibrada, especialmente durante la adolescencia, cuando no siempre se está muy seguro de sí mismo, y comprender que la realidad va más allá de lo que se muestra a través de una pantalla.

La princesa Leonor forma parte de su generación. Este año cumple la mayoría de edad y afronta una nueva etapa en su camino como Reina. ¿Qué opinión tiene de ella?

La princesa Leonor es una joven extraordinaria. Estoy fascinada por su compromiso y dedicación al papel que le tocó. Su educación y formación parece haberla preparado muy bien para los desafíos que se le presentan. Admiro mucho cómo afronta su exposición mediática y la atención del público. Es extremadamente difícil estar constantemente en el centro de la atención, desde la infancia, y al alcance de las críticas o comentarios de unos y otros. El valor y la fuerza que Leonor demuestra al transitar en este entorno tan exigente es realmente admirable. Siempre mantiene una compostura impecable al dedicarse a sus responsabilidades reales, a pesar de todas las presiones y expectativas.