Todavía tenemos la resaca de la semana pasada encima. Entre la cena de gala en Madrid al presidente colombiano y la coronación de Carlos III (74 años), es normal que nuestras expectativas estén por las nubes.
Pero nuestra Reina no es una de esas de cuento que van todo el día con el vestido y la corona -en este caso pamela- y este martes, 9 de mayo, en Zagreb, hemos vuelto a la cruda realidad del look de working girl que es, en definitiva, en el que Letizia (50) se siente más cómoda y feliz.
La esposa de Felipe VI (55) ha viajado hasta la capital croata para asistir, como embajadora especial de la FAO, al Congreso sobre Prevención de la Obesidad Infantil. Y aunque el objetivo de su visita está claro, también ha sido recibida por el presidente del país, Zoran Milanović y su esposa, Sanja, en una cena previa celebrada en la noche de este martes.
Hemos cambiado de estilo cien por cien respecto al sábado pasado, como es natural, pero Letizia ha decidido seguir vistiendo la misma firma, Carolina Herrera. Para esta cena con el presidente croata, la Reina ha apostado por un traje de dos piezas, de la marca española, en color crudo o blanco roto.
La primera vez que se lo vimos fue en 2018 durante el acto de presentación del Diccionario Biográfico Electrónico de la Real Academia de la Historia. Se trata de un traje sastre superversátil y atemporal, que le sienta de lujo. Mientras que el pantalón es un diseño patrón de pinza y silueta campana, la chaqueta está armada en los hombros y se cierra con un solitario botón.
Un look con un aire setentero, un estilo que se lleva mucho las últimas temporadas. La esposa de Felipe VI ha querido combinar el traje de chaqueta con un sencillo top de algodón y encaje en la zona del pecho, firmado por Hugo Boss. Como ya hizo el otro día en la cena de gala de Buckingham previa a la coronación, la Reina ha roto el look de un solo color con unos complementos en tono metalizado: se trata de una cartera y unos salones slingback de la firma española Magrit.
Tampoco podíamos pedirle a Letizia que sacase a pasar todos los días las joyas de la corona española que tanto nos gustan, pero lo bueno es que no hemos vuelto a la bisutería, y para la cena con el presidente croata, ha lucido los pendientes de perlas australianas.
Lo maravilloso de estos pendientes es que se transforman y esta noche ha decidido llevarlos sin el diamante del lóbulo de la oreja y en vez de cuatro diamantes, los ha hecho más largos sumándole tres más. Por supuesto, si no faltó el sábado, no iba a faltar hoy: el anillo de Coreterno. En apenas unas horas, este miércoles por la mañana, volveremos a verla en la capital croata, en esta ocasión, inaugurando el Congreso sobre Obesidad Infantil, un tema al que ella le da suma importancia.