La gran relación que Juan Carlos I (84 años) tiene con los reyes y jeques árabes nunca ha sido un secreto. Desde joven, el emérito ha presumido de su cercanía a grandes mandatarios de Oriente Medio lo que, además de buenas amistades, le ha aportado grandes beneficios. De hecho, en la actualidad disfruta de uno de ellos al residir en una gran mansión en Abu Dabi valorada en unos 11 millones de euros y que pertenece al príncipe Mohamed bin Zayed Al Nahyan (61).
Unas relaciones que en más de una ocasión han sido objeto tanto de noticias como de polémicas y que han salido a relucir en el nuevo episodio del pódcast Corinna y el Rey. En el capítulo, llamado Falsa Navidad - Corrupción, espías españoles y un regalo de 65 millones de euros, Corinna Larsen (58) enumera tres de los regalos más sorprendentes que el Rey recibió de estas amistades.
"Juan Carlos siempre ha pedido ayuda a los monarcas adinerados, especialmente a los de Oriente Medio", se escucha decir a la examante del monarca español. "El Rey siempre dependió de la generosidad de otras personas, y otros monarcas siempre pensaron en él como alguien con menos dinero como con mucho poder", sigue, para desvelar que con los árabes llegó a una especie de acuerdo. "Siempre fue muy generoso a la hora de darles una plataforma y, a cambio, todos le daban los juguetes que pedía".
[La enfermiza obsesión de Juan Carlos, dispuesto a todo por estar con Corinna: "Daba escalofríos"]
Ático en Londres
Según la empresaria germano-danesa, poco antes de su abdicación Juan Carlos comenzó a preparar lo que le gustaría hubiera sido su retiro dorado: en un ático de lujo en una de las zonas más exclusivas de Londres, Belgravia, el mismo en el que ella residía.
"Me dijo que quería que fuera como mi piso de Londres, que se pareciera a mi casa", relata Larsen en pódcast, en el que se asegura que aunque era él quien iba a vivir en la vivienda, los gastos corrían de parte del sultán de Omán Qaabos Bin Said, fallecido en 2020.
Se trataba de una casa situada frente a la embajada de Omán en Londres, ubicada en un edificio de cinco alturas y cuya compra se oficializó el 2 de julio de 2014, dos semanas después de que el monarca renunciara oficialmente al trono. Con un valor estimado de 50 millones de libras (57 millones de euros), Juan Carlos I encargó a la que era su amiga que lo decorara para que se pareciese a la casa que ella tenía en la capital británica.
"Me dijo: 'Quiero que sea como tu piso de Londres. Los mismos diseñadores, que sea como tu casa: mismo sofá, persianas, suelos de mármol, el nivel de obsesión daba escalofríos...", relata Corinna, que sin embargo explica que al final la intención del emérito era que fuese un hogar solo para él. "Gracias a Dios estaba amueblando un piso de soltero solo para él".
La Mareta
"Hussein de Jordania le regaló una villa en España", afirma Corinna en otra parte del programa, refiriéndose a la conocida como La Mareta. Una impresionante casona situada en Lanzarote, a pie de playa, con la que el soberano jordano quiso agradecer a Juan Carlos I su amistad en el año 1989. Un inmueble que, sin embargo, nunca llegó a ser de su titularidad pues pasó a formar parte de Patrimonio Nacional dado que como jefe del Estado, oficialmente, no podía aceptar regalos.
Fue mandada a construir en los años 70 y reformada posteriormente por el artista local César Manrique, que le otorgó el sello propio de la arquitectura de Lanzarote: escasa altura y fachadas blancas con puertas y ventanas verdes. Se distribuye en una vivienda central, varios bungalows, dos piscinas, un lago central y un helipuerto. Además, tiene una zona de jardines muy extensa.
Entre sus paredes y en sus jardines la Familia Real ha pasado muy buenos momentos. En el año 2000, por ejemplo, el clan Borbón al completo celebró la llegada del año nuevo: los reyes Juan Carlos y Sofía (84), las infantas Elena (58) y Cristina (57) con sus respectivos maridos y sus primogénitos, Felipe de Marichalar (24) y Juan Valentín Urdangarin (23), el entonces príncipe Felipe, las hermanas de Juan Carlos, Pilar y Margarita de Borbón (83), con sus familias y la hermana de la reina Sofía, Irene de Grecia (80).
Junto a ellos, también se encontraba María de las Mercedes, la madre del rey Juan Carlos, quien falleció en el palacio apenas dos días después, el 2 de enero del año 2000. Un acontecimiento que marcó al rey emérito, que no ha vuelto.
[Pedro y Begoña, vacaciones en un palacio: así es la residencia 'maldita' de Patrimonio Nacional]
El yate Fortuna
Esta gran embarcación, en la que tantas veces navegó Juan Carlos con su familia, fue un regalo que le hizo su buen amigo el rey Fahd de Arabia Saudí en el año 1979 y que en 1981 pasó a formar parte de Patrimonio Nacional.
Con 29 metros de eslora y varios camarotes -que se ampliaron en 1980-, el yate Fortuna estuvo en activo hasta el año 2000, cuando dejó de ser utilizado tras la construcción de un nuevo buque -que también se llamó Fortuna- construido en los astilleros gaditanos de San Fernando.
Por su cubierta no solo se pasearon los miembros de la institución, también personalidades como José María Aznar (69), Bill Clinton (76) o el rey Carlos III (73) y Diana de Gales, quienes además fueron fotografiados por la prensa disfrutando de un día de mar en el verano de 1990.