La bechamel es la base fundamental de unas deliciosas croquetas caseras en España. Por lo que, si quieres conseguir que tu bechamel no tenga grumos, anota en un cuaderno todos nuestros secretos culinarios.
Son muchas las personas que han puesto en marcha nuestros consejos para conseguir una bechamel suave y sin grumos para sus croquetas. Además, nuestra bechamel la podrás hacer con:
- Mantequilla.
- Harina.
- Leche.
- Sal.
- Una pizca de nuez moscada.
Como ves, los ingredientes son muy básicos y los podrás encontrar en cualquier supermercado de confianza. De hecho, preparar una excelente bechamel no es complicado. Tan sólo necesitas conocer algunos trucos para evitar la aparición de los molestos grumos.
[Esta es la receta de las mejores croquetas de jamón de la historia]
Incluso, podrás comprobar que una vez finalizada tu bechamel es mucho más suave y deliciosa que la que estabas acostumbrado a comprar ya preparada.
Ahora es el momento de desvelarte como preparar una bechamel sin grumos. Aunque si ya la has hecho y quieres eliminar los grumos existentes, también te enseñaremos a hacerlo. ¿Estás listo para conocer nuestros secretos?
La importancia de las cantidades
El error que cometen muchas personas a la hora de realizar bechamel, es que no miden las cantidades y lo hacen a ojo de buen cubero. Sin embargo, si quieres que tu bechamel tenga siempre la textura y consistencia correctas, lo mejor es fijarte en las cantidades ideales.
[Croquetas de pollo asado, las más famosas para aprovechar sobras]
De hecho, si las cantidades de harina, mantequilla y leche son las correctas, tu bechamel será menos propensa a la creación de grumos.
Las cantidades correctas son:
- 80 gramos de harina.
- 80 gramos de mantequilla.
- 700 ml de leche entera.
Si te gusta la bechamel más líquida siempre puedes añadir 100 ml más de leche a tu bechamel. Por otro lado, para que la mantequilla se fusione bien con la harina, es necesario que la derritas previamente en una sartén.
El secreto del roux
Si no sabes que es el roux, te diremos que es el procedimiento mediante el cual se liga la harina con la mantequilla. Según los franceses, el secreto de una buena bechamel consiste precisamente en hacer una buena roux. Si quieres hacerlo correctamente deberás:
- Derretir la mantequilla a fuego bajo en una sartén.
- Seguidamente añade la harina poco a poco mientras la remueves para evitar que se formen grumos.
De hecho, si ves que se forman grumos, deberás eliminarlos antes de seguir arrojando más harina. Lo importante es ir elaborando una buena bechamel de manera homogénea.
¿Cómo conseguir la harina perfecta?
Para que no se formen grumos cuando agregues la harina con la mantequilla es importante que previamente la hayas tamizado. No importa si no posees un tamizador de harina profesional. Con la ayuda de un colador de malla también podrás conseguir una harina suelta y sin apelmazamientos.
[Las croquetas de sepia, súper cremosas y sabrosas, que no te sirven en ningún bar]
¿Cómo remover la bechamel?
Este hecho siempre pasa desapercibido, pero si quieres que tu bechamel tenga la suavidad que se merece, debes remover la harina con una varilla de mano. La varilla de mano facilitará que la harina no se apelmace y por consiguiente, evitará la aparición de grumos indeseados en tu bechamel.
[Cómo hacer unas croquetas de berenjena súper cremosas y crujientes]
No obstante, es de vital importancia que no dejes de remover la salsa bajo ningún concepto porque si lo haces se podrían crear nuevos grumos. Afortunadamente, no tendrás que esperar demasiados minutos para conseguir la textura deseada. Sin embargo, presta atención de que la salsa no se quede adherida en la base de la sartén, pues se suele pegar con facilidad.
¿Cómo debe ser la leche para la bechamel?
Para una correcta bechamel, siempre debes utilizar leche entera. Aunque lo más importante es añadirla tibia para que la salsa no note contrastes de temperatura. Piensa que, si arrojaras la leche fría a la salsa, ésta formaría grumos. De esta forma, es aconsejable calentarla un poco antes de arrojarla a la mezcla.
[Croquetas de cocido, una receta tan simple como deliciosa]
Por otro lado, introduce la leche tibia poco a poco, para que se vaya integrando lentamente con el resto de ingredientes. Eso hará que tu salsa quede suave y deliciosa. Incluso si lo deseas puedes agregar una pizca de nuez moscada a la salsa.
Te recomendamos que para las croquetas utilices entre 600 y 700 ml de leche, ya que la bechamel no debe ser demasiado líquida.
¿Sabías que las croquetas son tan importantes en nuestra gastronomía que hasta tienen un Día Internacional de la Croqueta, que es el 16 de enero?
¿Cómo conseguir la bechamel perfecta para croquetas?
Si quieres obtener la mejor bechamel para croquetas es importante que tras haber seguido los trucos anteriores, guardes la bechamel en el frigorífico para el día siguiente. Lo mejor para que tu bechamel se conserve en buen estado, es cubrirla con papel film o un envoltorio de cera de abeja.
[Cómo hacer croquetas frías de langostinos: la mejor receta para el verano fácil y rápida]
Sin embargo, el secreto está en colocar el papel film o de cera de abeja justamente tocando la salsa. Si haces esto, lograrás evitar la formación de costra, porque conseguirás eliminar la cámara de aire. De esta forma, al día siguiente podrás utilizar tu bechamel como si estuviera recién hecha, evitando con ello, los grumos que se formarían si hubiese tenido costra.
¿Cómo arreglar la bechamel con grumos?
Si a pesar de seguir los trucos anteriores, tu bechamel ha salido con grumos, siempre puedes pasar la salsa por una batidora o robot de cocina. Aunque si los grumos son pequeños o hay poca presencia de ellos, también será efectivo pasar la salsa por un colador chino.
Ahora que ya conoces los secretos para crear la mejor bechamel para tus croquetas ¿a qué esperas para invitar a unas croquetas a tus amigos?