Una persona comiendo un plato de sopa

Una persona comiendo un plato de sopa HMVart iStock

Sopas y cremas

La cena saludable que me hago cuando hace frío y no tengo ganas de cocinar: en 5 minutos y perfecta para el otoño

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Todos tendríamos que poder tener en la cocina un "armario de supervivencia", una suerte de botiquín para emergencias en el que guardar productos no perecederos que nos permitan improvisar una comida o una cena en pocos minutos.

En esa alacena de crisis, para mí, hay varios productos imprescindibles, atún, verduras y legumbres en conserva, tomate triturado, pasta, arroz, algún caldo en tetrabrik y sopa juliana deshidratada.

Para quien no conozca esta última, decirle que no es lo que conocemos como sopa de sobre, la sopa juliana -también conocida como sopa jardinera- deshidratada son hortalizas troceadas y deshidratadas, una mezcla de patata, zanahoria, chirivía, puerro, cebolla, col, apio y perejil que se utiliza para enriquecer todo tipo de sopas y caldos y, de paso, que no parezcan una sopa de hospital. Se puede comprar en supermercados grandes, hipermercados, herbolarios y en muchas tiendas de venta de productos a granel.

El proceso de deshidratación elimina por completo el agua de las verduras y hortalizas, lo que prolonga su vida útil y facilita su almacenamiento sin necesidad de refrigeración y ocupando un volumen mínimo. 

En cuanto a nutrientes, aunque los valores nutricionales son algo menores que los de las verduras frescas debido al proceso de deshidratación, la sopa juliana deshidratada sigue siendo una opción saludable y económica para enriquecer sopas y guisos.

  • Aporta vitaminas A y C y algunas del grupo B, también algunos minerales como potasio, hierro y magnesio.
  • Aporta fibra dietética que favorece la digestión y produce sensación de saciedad.
  • Es baja en calorías, pues las hortalizas de este producto están simplemente deshidratadas y no contienen grasas añadidas ni azúcares.

Puede utilizarse para multitud de platos, pero a mí me encanta tenerla a mano para hacerme una sopa calentita cuando hace mucho frío y no me apetece preparar la cena, pero sé que irme a la cama sin cenar tampoco es buena idea.

Ingredientes para hacer una sopa con verduras deshidratadas

  • Caldo de pollo o verduras, 400 ml
  • Fideos finos, 60 g
  • Sopa juliana deshidratada, 2 cucharadas soperas
  • Huevo, 1 ud
  • Sal, al gusto
  • Pimienta recién molida, al gusto
  • Queso parmesano rallado, opcional

Paso 1

Calentamos el caldo en una olla a fuego medio hasta que empiece a hervir.

Paso 2

Añadimos las dos cucharadas de sopa juliana deshidratada y removemos bien para que se integre. Dejamos que se cocine durante 3 minutos para que las hortalizas comiencen a rehidratarse y liberar sus sabores en el caldo.

Paso 3

Incorporamos los fideos al caldo y los cocinamos según el tiempo indicado en el paquete por el fabricante (normalmente de 2 a 5 minutos dependiendo del grosor).

Paso 4

Reducimos el fuego a medio-bajo y cascamos el huevo en un pequeño cuenco y lo dejamos caer con suavidad en el caldo, con cuidado de no romper la yema. Dejamos que se cocine durante unos 2-3 minutos, hasta que la clara esté firme pero la yema siga líquida.

Paso 5

Probamos la sopa y, si fuese necesario, ajustamos la sal y la pimienta según nuestro gusto.

Paso 6

Servimos la sopa caliente en un cuenco, con cuidado de no romper el huevo. Opcionalmente, podemos espolvorear un poco de queso parmesano rallado.

Algunas ideas más para utilizar verduras deshidratadas

En la mayoría de los casos, la sopa juliana se utiliza añadiéndola directamente a los caldos y guisos, aunque en otros casos puede ser necesaria una hidratación previa en agua caliente.

  • Potajes de legumbres. Puede añadirse a las lentejas o a los potajes de garbanzos para darles un toque de color y de sabor.
  • Cremas de verduras rápidas. Puede cocerse la sopa juliana deshidratada con caldo y, una vez tiernas, se trituran con una pizca de nata, queso rallado y especias como pimienta o nuez moscada para tener una crema de verduras rapidísima.
  • Arroces y risottos. También funcionan en todo tipo de arroces secos, melosos y caldosos, incluso en aquellos que también llevan carnes.
  • Tortillas. Para añadir una ración de fibra a una tortilla francesa, se puede saltear la sopa juliana previamente hidratada en agua caliente y bien escurrida para después sazonarla, mezclarla con el huevo y cuajar una tortilla.
  • Relleno de empanadillas. Solo hay que hidratar las hortalizas en agua caliente, escurrirlas, sazonarlas, mezclarlas con queso, huevo duro picado y especias al gusto. Puede usarse como relleno de empanadillas o quesadillas.

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