La quesería alavesa que ha vendido media pieza de su queso por 5.000 euros
Los propietarios de La Leze han vuelto a consolidarse como una referencia en el competitivo mundo de los quesos elaborados con leche cruda de oveja latxa.
En un evento que ha puesto una vez más a la gastronomía vasca en el centro de la atención, la quesería alavesa La Leze, ubicada en Ilarduia, ha vuelto a conquistar los paladares de los expertos al hacerse con el primer premio en el prestigioso concurso de queso de Ordizia. No es la primera vez que Eli Gorrotxategi y Joxe Mari Jauregi, los propietarios de La Leze, logran este reconocimiento.
Ya en 2022 sorprendieron a los jueces con la calidad de su queso, y este 2024 han vuelto a repetir la hazaña, consolidándose como una referencia en el competitivo mundo de los quesos elaborados con leche cruda de oveja latxa o carranzana.
Un jurado de lujo y una tradición inquebrantable
El concurso, que celebró este año su 51ª edición, es un evento de renombre en la localidad guipuzcoana de Ordizia, donde los mejores productores de queso del País Vasco y Navarra compiten para mostrar su maestría.
En esta ocasión, 47 queserías —de las cuales 9 eran de Álava— presentaron sus mejores creaciones. El prestigioso jurado estuvo presidido por el chef Pedro Subijana y contó con la participación de figuras como Martín Berasategui, Elena Arzak y Hilario Arbelaitz.
Entre los jueces también se encontraban importantes representantes del sector gastronómico y periodístico, como Joxe Mari Aizega, director del Basque Culinary Center, y Miguel Ángel Oliver, presidente de la Agencia EFE.
Este tipo de quesos, elaborados con leche cruda de oveja, son una verdadera joya de la tradición vasca y navarra. La variedad de ovejas latxa y carranzana es clave para obtener la textura y el sabor únicos que definen a estos quesos, lo que los hace codiciados tanto a nivel local como internacional.
Tras ser anunciado como el vencedor del concurso, la media pieza del queso ganador fue subastada en el frontón Beti Alai de Ordizia, donde el grupo Azkue Gourmet pagó la impresionante cifra de 5.000 euros por ella. Este monto superó con creces el precio pagado el año pasado por Super Amara (3.550 euros), aunque está por debajo de los 13.000 euros que llegó a pagarse en 2014.
El significado detrás del galardón
Para La Leze, este galardón no es solo un reconocimiento a su habilidad como queseros, sino también un símbolo del esfuerzo familiar que hay detrás de cada pieza. Tras recibir el premio de manos de la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, y del alcalde de Ordizia, Adur Ezenarro, Eli Gorrotxategi y Joxe Mari Jauregi expresaron su alegría, dedicando la victoria a sus hijos, quienes son parte fundamental de este negocio familiar.
"Estamos muy contentos", afirmó Gorrotxategi, destacando cómo este tipo de eventos refuerzan la tradición quesera y motivan a seguir apostando por la excelencia en un sector tan competitivo como el de los quesos artesanales. La quesería, que sigue fiel a las técnicas tradicionales, ha logrado unir calidad y pasión, lo que se refleja en cada pieza que producen.
"Nuestro rebaño, de unas 400 ovejas latxas de cara rubia, se alimenta libre de transgénicos, de los pastos del entorno complementados con cereal, lo que nos garantiza una leche de calidad extraordinaria, rica en ácidos grasos insaturados, que son beneficiosos para la salud, y con la que elaboramos nuestros quesos entre los meses de enero y agosto. El resto del año, de agosto a diciembre, las ovejas pastan libres en la parte alta de la montaña, en la Sierra de Altzania" cuentan desde la quesería.
La competencia y el legado de Ordizia
Aunque La Leze se alzó con el primer puesto, la competencia fue feroz. Julen Arburua, de la quesería Kortaria en Lekaroz (Navarra), quedó en segundo lugar, quedándose a las puertas de ganar por tercera vez en la última década. En tercer lugar se situó Eneko Goiburu, ganador en 2023, de la quesería en Segura (Gipuzkoa), mientras que la quesería Loperena, de Egozkue (Navarra), ocupó el cuarto puesto. El quinto lugar fue para la quesería Urien-Anbe SZ, de Abadiño (Bizkaia).
El concurso de Ordizia no es solo una oportunidad para mostrar la calidad del queso vasco, sino que también es un recordatorio del profundo legado gastronómico que se ha mantenido vivo gracias a los pequeños productores que, como La Leze, dedican su vida a preservar las tradiciones.
El futuro del queso vasco
Con este nuevo reconocimiento, La Leze no solo ha reafirmado su posición como uno de los referentes en la producción de queso artesanal, sino que también ha contribuido a la promoción internacional de la calidad de los quesos vascos. Estos eventos sirven para reforzar el valor de productos elaborados con métodos tradicionales y que dependen del respeto a la naturaleza y a los animales que proveen la materia prima.