Diferencias entre un huevo blanco y uno marrón
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Seguro que en algún momento os habéis preguntado por qué hay huevos marrones y huevos blancos, qué diferencia hay entre ellos y cuáles son mejores. Dicen que los huevos marrones son mejores para el consumo y que además contienen más nutrientes que los blancos, hay incluso quién dice que saben mejor y que son más indicados para cocinar determinados alimentos, como quiches, mientras que los blancos son mejores para repostería. Depende a quién preguntes y dónde lo mires, te dirán una cosa u otra, un lío total.
Pues nada de eso, no hay absolutamente ninguna diferencia entre ellos, ni de sabor, ni de nutrientes, ni de nada. Bueno sí, en el color, unos son marrones y otros blancos. Sean de un color o de otro, no quiere decir que sean mejores o peores y los platos que cocines con ellos saldrán igual de buenos.
Quizá hayas observado que el grosor de las cáscaras de unos y otros es diferente, pero puede ser casualidad. Dicho grosor suele ser consecuencia de la edad de la gallina, las más jóvenes suelen poner huevos con cáscaras más gruesas que los de las gallinas de más edad, pero esto ocurre tanto para las ponedoras de huevos blancos como marrones.
¿Por qué dicen que los huevos marrones son mejores?
Pues esto es un mito muy extendido y es culpa, en gran parte, de su precio en los supermercados. Tendemos a asociar que algo que cuesta más, tiene una mejor calidad y, aunque a veces se cumple, éste no es el caso. Aunque la genética decide en último lugar el color del huevo, hay una gran relación en que las gallinas con plumaje y lóbulos rojos ponen huevos marrones, mientras que las que tienen plumaje y lóbulo blanco, ponen los huevos blancos. Las primeras, tienden a ser más grandes y comer más, por tanto son más caras de mantener y es por eso que el mayor gasto en alimentación repercute directamente en el precio final de los huevos.
Del mismo modo, os preguntaréis por qué siguen manteniendo la producción de huevos marrones si las gallinas son más caras de mantener. La razón es que, como la gente creen que son mejores, se compran más, así de simple. En cuanto a los argumentos que dicen que tienen un sabor distintos, no se fundamentan en nada. El sabor de un huevo, e incluso el color de la yema, depende tanto de la alimentación que haya seguido el animal, como del lugar.
Otro asunto interesante aquí es la supuesta desaparición de los huevos blancos. Aunque es cierto que cada vez se encuentran menos, no se han extinguido ni nada por el estilo, pero como está tan extendido el mito de que los marrones son mejores, parece ser que comercialmente se decidió que vender huevos blancos no era lo más rentable.
Así que la próxima vez que vayáis al supermercado, no tengáis miedo de coger unos u otros, el plato que vayáis a preparar saldrá riquísimo con cualquiera de ellos, incluso si decidís convertirlos a color verde para hacer huevos fritos.