Josep Pàmies es un agricultor catalán que se ha hecho conocido en las últimas décadas por tener remedio para las enfermedades más complejas. Desde el cáncer hasta el VIH, Pàmies afirma ser capaz de poner fin a múltiples enfermedades con las plantas que cultiva o con el conocido como suplemento mineral milagroso (MMS, por sus siglas en inglés). Por supuesto, ninguno de estos remedios ha demostrado su eficacia y, por esta razón, ha sido multado en varias ocasiones. La última multa es la más abultada y ha llegado, precisamente, esta semana.
La Generalitat de Cataluña le ha impuesto una sanción de 1,2 millones de euros —600.001 euros a él a título personal y la misma cantidad a su asociación Dulce Revolución, de la que es administrador único— por promocionar el MMS como una cura para el autismo. Este hecho se produjo en el pasado mes de septiembre, cuando Pàmies realizó su conferencia El autismo es recuperable con MMS y otros protocolos, que había sido prohibida por CatSalut, después de haber sido denunciada por el Colegio de Médicos de Lleida.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el curandero recibe una de estas multas: en el año 2018, la Generalitat ya le impuso una sanción de 600.000 euros y en 2019, otra de 300.000 euros a él y otra de 90.000 euros a su asociación. Pàmies ha ido recurriendo estas multas con los años, pero hay establecidas sentencias firmes y tendrá que terminar respondiendo a ellas. Se corresponden a infracciones "muy graves" del artículo 5 de la Ley de Garantías y uso racional de medicamentos y productos sanitarios. "Seguramente, no sea la última multa que reciba. Pàmies tiene un largo historial judicial como denunciado y como denunciante", explica Fernando Cervera, biólogo y comunicador en el área de las estafas sanitarias.
La disolución milagrosa
Según Cervera, Pàmies también ha denunciado a aquellos que han evidenciado sus fraudes sanitarios: "Desconozco cuál será el desenlace judicial de todo esto, pero sí te puedo decir que los productos que ofrece son engaños manifiestos". El MMS es una disolución al 28% de clorito de sodio que empezó a ser promovido por Jim Humble, "quien contó que de forma milagrosa pudo salvar a sus hombres que enfermaron de malaria en un viaje a la amazonia solo con unas gotas del desinfectante que usaban para potabilizar el agua", explica la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (Apetp).
La Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario (Aemps) declaró ya en el año 2010 que el MMS era un producto ilegal en España y advirtió de que tomarlo en las condiciones en las que se anuncia puede producir "dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, intoxicaciones, fallo renal y metahemoglobinemia". Cervera aclara que el MMS no es más que un tipo de lejía, "no como la del supermercado, pero sí es un blanqueante con usos industriales y de limpieza. No puede curar nada, se empezó a tomar en la especie de iglesia que fundó Humble, tiene un origen místico y para nada científico".
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Además de su asociación, Josep Pàmies es uno de los titulares de la empresa Pàmies Horticoles donde se cultivan productos de la huerta y otros productos. "Está claro que Josep Pàmies vive de la venta de remedios mágicos y de engañar a personas en situaciones difíciles, pero es difícil decir cuánto factura. Se puede ver que las empresas superan el millón de euros de facturación, pero a saber cuánto procede de cada actividad", explica el biólogo. Aparte del MMS, Pàmies también es conocido por promocionar otras plantas.
Pseudoterapias en España
En este otro artículo de EL ESPAÑOL se explica que Pàmies llega a asegurar que las infusiones de kalanchoe, que él mismo cultiva, pueden curar el cáncer o que la planta de la stevia puede acabar con la diabetes. "Donde haya una enfermedad o un síndrome que provoque alguna preocupación surge el charlatán de turno que ofrece un remedio. Pàmies dice ser negacionista de los virus, ¡pero vende supuestos remedios para las enfermedades que provocan!", destaca Cervera.
Cervera explica que las plantas que vende no son ilegales, pero sí promocionarlas como un remedio cuando no han sido autorizadas. Y esto, según dice, es lo que es tan difícil de demostrar: "Tiene que haber alguien que lo denuncie, si el Estado no lo hace de oficio —que debería—. Por otro lado, hay que demostrar que ofrece las plantas con esos fines. Eso sí, yo mismo tengo registrado cómo él ofrecía estas plantas con efectos terapéuticos. Es una persona que ha dejado un rastro muy grande en internet", sostiene Cervera.
Si Pàmies continúa con su negocio es porque, según el experto, la presión judicial sobre él sigue siendo muy baja y no se ejerce control sobre lo que hace. "El Estado no es suficientemente estricto con las pseudociencias. No sé si es falta de fondos o desinterés por su parte, pero hay una legislación de centros y de profesionales sanitarios que a día de hoy no se cumple", afirma Cervera, que hace referencia a este informe de Apetp en el que calculan que podría haber 18.000 centros en toda España en los que se promocionan pseudoterapias.
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"Si Pàmies cree que lo que vende funciona, no lo sé. Lo que está claro es que no funciona. En el mundo de las pseudociencias he visto personas que las ofrecen y que sí creen en ellas y otras que saben perfectamente que están participando en un fraude", cuenta Cervera. "A qué tipo pertenece Pàmies, no sé decírtelo. Pero que ofrece pseudoterapias y que se está enriqueciendo con ellas, eso es innegable".