A día de hoy, existen muchos factores de riesgo claros asociados a las enfermedades cardiovasculares: obesidad, diabetes, hipertensión, tabaquismo, etc. A esta lista se añade uno que, hasta la fecha, estaba en estado dudoso, la celiaquía. Según un gran estudio publicado en BMJ Medicine, sufrir esta patología incrementa casi un 30% el riesgo de padecer una complicación cardiovascular.
La celiaquía es un trastorno crónico del sistema inmunológico que provoca una intolerancia permanente al gluten, una proteína que se puede encontrar de forma habitual entre la composición de algunos cereales, como el trigo, el centeno, la cebada, avena y derivados.
Según estima el Ministerio de Sanidad, la prevalencia de esta enfermedad en nuestro país está en torno al 1%, calculando que oscila entre uno de cada 71 niños y uno de cada 357 adultos. No obstante, como precisa el documento, se considera que la epidemiología de la celiaquía "tiene las características de un iceberg", es decir, los afectados pueden ser muchos más, debido a que se considera que es una patología infradiagnosticada.
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Las complicaciones a largo plazo, si no se trata o no se hace de una forma adecuada, pueden ser importantes, como desnutrición, infertilidad, diabetes o hipotiroidismo. Si bien, su relación con las enfermedades cardiovasculares estaba, hasta la fecha, en el aire, ya que la evidencia al respecto era ambigua.
Más 'sanos', más riesgo
Conscientes de ello, los investigadores del nuevo trabajo, pertenecientes a la Oxford Population Health, uno de los departamentos más relevantes de la división de Ciencias Médicas de la Universidad, se percataron de que, hasta ahora, no se había medido la relación de las personas celíacas con factores de riesgo tradicionales, como el Índice de Masa Corporal, el consumo de alcohol, etc.
Después del análisis de datos de 469.095 participantes, de los que 2.083 tenían enfermedad celíaca, comprobaron que los diagnosticados con la patología tenían un IMC más bajo, consumían menos alcohol, eran menos propensos al tabaquismo y poseían una concentración de colesterol total más baja.
Sin embargo, durante el periodo de seguimiento —casi 13 años—, paradójicamente, este grupo había tenido una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares, como cardiopatía isquémica, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Concretamente, se registró una tasa anual de 9 de cada 1.000 personas al año con estos problemas, frente a la de 7,4 por cada 1.000 entre las personas sin la afección, lo que se traduce en un 27% más de riesgo de enfermedad cardiovascular.
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"Este estudio destaca la importancia de la enfermedad cardiovascular como una posible complicación de la enfermedad celíaca", describen los autores que, sin embargo, no han conseguido trazar una vía que explique el porqué de esta asociación, aunque sí teorizan con dos hipótesis.
Dos vías de explicación
Por un lado, razonan que numerosas enfermedades autoinmunes se asocian con un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, una teoría que ya se barajó en 2014, cuando se presentó en la reunión anual del Colegio Americano de Cardiología una investigación que aseguraba que las personas con celiaquía tienen casi el doble de riesgo de sufrir problemas en las arterias coronarias.
"Esta enfermedad provoca una inflamación, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado, lo que dificulta la absorción de los nutrientes. Es este proceso inflamatorio el que podría estar relacionado con un mayor desarrollo de arterioesclerosis debido a la segregación de mediadores inmunes en el torrente sanguíneo", explicó en su momento Manuel Martínez-Sellés, representante de las secciones científicas de la Fundación Española del Corazón (FEC).
La arteriosclerosis o aterosclerosis es una enfermedad de las arterias que causa estrechamiento en ellas y, por lo tanto, puede derivar en la oclusión del vaso, lo que impide el flujo adecuado de la sangre por la vía afectada.
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Este problema podría ser el desencadenante de las enfermedades estudiadas por la investigación de The BMJ, pero sus autores también teorizan con otra explicación, la de que sea la propia dieta que tienen que llevar las personas celíacas la que incremente el riesgo cardiovascular. "Otra hipótesis es que una dieta sin gluten limita el consumo de cereales integrales complejos", sentencia el trabajo.
La dieta, en el foco
Esta teoría va en la línea de un estudio previo publicado en 2017 también en la Brithis Medical Journal y que advertía del riesgo para el corazón que tenía para las personas no celíacas el comer alimentos sin gluten.
"Nuestros resultados muestran que la restricción al gluten no tienen ningún beneficio para las personas sin celiaquía. De hecho, puede causarles ciertos daños, ya que es particularmente pobre en cereales integrales, los cuales parecen tener un efecto protector contra las enfermedades cardíacas", detallaba Benjamin Lebwohl, el autor principal de la investigación e investigador de la Universidad de Columbia.
De momento, si en algo coinciden todos los expertos, es que falta trabajo en el campo para establecer las causas de este fenómeno. Desde la FEC recomiendan a las personas celíacas que, para cuidar el corazón, lleven una dieta lo más variada posible, rica en frutas, hortalizas y baja en grasas. Además, también inciden en la necesidad de realizarse controles periódicos. "Los médicos deben concienciar a los pacientes con enfermedad celíaca sobre su riesgo elevado y trabajar con sus pacientes para optimizar su salud cardiovascular", sentencian en la actual investigación.