Así es la enfermedad que padecía Javier Marías: la infección grave que se confunde con la gripe

Javier Marías ha fallecido este domingo en Madrid a los 70 años a causa de una neumonía bilateral que le mantenía ingresado desde hace un mes en el hospital, según ha anunciado en un comunicado su editorial. El académico de la RAE había sufrido una afección pulmonar el pasado mes de agosto y se encontraba "en proceso de recuperación", como aseguraba la familia del escritor. Sin embargo, la gravedad de la severa afección pulmonar había ido en aumento en las últimas semanas.

La neumonía bilateral que ha terminado con la vida del novelista español es una infección —que puede ser bacteriana, vírica o fúngica— y que afecta a ambos pulmones. Las personas afectadas con esta inflamación aguda tienen un líquido en los pulmones que les provoca dificultades para respirar al modificarse el flujo normal de los gases. Y si no se consigue tratar a tiempo, puede llegar a provocar la muerte.

Aunque pueda afectar a todas las edades, las personas de mayor edad suelen correr un mayor riesgo de contraer neumonía bilateral. Otro de los factores de riesgo es el consumo de drogas y alcohol. Quienes han sufrido un reciente ataque de gripe u otra infección pulmonar que le hayan provocado un debilitamiento en su sistema inmunitario también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar neumonía.

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Los síntomas tempranos de esta enfermedad no son fáciles de reconocer porque se pueden confundir con los de un resfriado común o una gripe. Aun así, algunos de los signos más comunes son la fiebre alta, la dificultad para respirar y el dolor en el pecho. Además, el agotamiento y la falta de apetito pueden servir como señal de alerta.

Es por este motivo por el que la mejor forma de diagnosticarla es mediante una exploración física con la que el médico ausculta los pulmones y también realiza una radiografía en algunas ocasiones. Otra de las pruebas que se realizan es el análisis de sangre para comprobar el número de glóbulos blancos conocidos como linfocitos, ya que las infecciones bacterianas se traducen en una mayor presencia de éstos.

Una de las vías para prevenir la neumonía es la vacunación anual contra la gripe, ya que esta enfermedad suele seguir a la gripe común. Los médicos también suelen prescribir antibióticos orales para la mayoría de los casos de neumonía bilateral bacteriana y fúngica.

Y es que se trata de una infección pulmonar que puede provocar efectos en los pulmones pasado un año desde su primer diagnóstico, como demostró un estudio publicado en la revista The Lancet Respiratory Medicine, alertó sobre la posibilidad de que algunos afectados por neumonía bilateral sigan con efectos en sus pulmones más de un año después.

Los investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) en colaboración con científicos de Wuhan (China) hallaron que un tercio de los pacientes seguían presentando una reducción de la función pulmonar, que era más frecuente en las mujeres que en los hombres. Estas secuelas pueden agravarse en quienes han tenido que ser intubados, por lo que se recomienda realizar un seguimiento tras la neumonía.