Piense en la cantidad de veces que ha tomado una pastilla, un comprimido o una cápsula. ¿Estaba de pie, sentado, recostado en la cama? Dependiendo de su postura corporal es muy posible que la cantidad de medicamento absorbido por su cuerpo varíe notablemente, según un nuevo estudio publicado no en una revista médica sino en una de física de fluidos.
Todos conocemos unas indicaciones básicas a la hora de tomar un medicamento por vía oral. Generalmente, ayudamos a empujarlo esófago abajo con un vaso de agua (la leche o los zumos de cítricos están desaconsejados para ciertos fármacos) y pensamos que ya está el trabajo hecho: el medicamento ha llegado sano y salvo a su destino. Pues no es así.
Este trabajo, realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, explica que los cambios en la postura corporal pueden generar variaciones de hasta el 83% en la cantidad de medicamento que es vertido del estómago al intestino delgado, donde será absorbido.
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La razón de esta variabilidad es que nuestra postura influye en los movimientos del estómago a la hora de hacer la digestión, lo que se conoce como motilidad intestinal. Las contracciones del estómago inducen presiones que pueden generar trayectorias complejas en la píldora, lo que resulta en variaciones en la tasa de disolución del medicamento y en un vaciado no uniforme en el duodeno.
Mediante una simulación por ordenador, los investigadores demuestran que la cantidad de principio activo (el componente 'curativo' del medicamento) liberada al duodeno depende de lo que permitamos moverse al estómago.
Así, si manteniendo una postura erguida se liberarían de media 0,016 miligramos, al estar semitumbado boca arriba aumentarían a 0,024 miligramos. Lo más sorprendente, no obstante, es cuando nos recostamos (con un ángulo de 45 grados) hacia uno u otro lado: si lo hacemos sobre el lado derecho, nuestro cuerpo absorbe 0,052 miligramos; si lo hacemos sobre el izquierdo, no asimila prácticamente nada.
La postura recomendada
Aunque los resultados del estudio son más que llamativos, Carlos Fernández, experto de la Dirección de Servicios Farmacéuticos del Consejo General de Farmacéuticos, considera que todavía es pronto para aplicar sus resultados. "Se trata de una simulación y, por tanto, no podemos tomarlo al pie de la letra, no se pueden extrapolar directamente a la clínica sin estudios de confirmación".
El farmacéutico recuerda que la recomendación actual es la de tomar el medicamento en posición de pie o sentado, pero con el tronco en posición recta, "para que la gravedad favorezca el paso del comprimido". Ah, y tragarlo con suficiente agua como para "conseguir que el medicamento llegue en adecuadas condiciones al tubo digestivo". No vale solo un sorbo.
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Aunque esta es la recomendación general, hay casos en los que la postura corporal adquiere una especial relevancia a la hora de tomar la medicación. Por ejemplo, en personas que están "postradas en la cama", donde quedaría demostrado que recostarse sobre el lado derecho es mejor que sobre el izquierdo, ya que "habría una mayor alineación de los órganos intestinales y del tronco para favorecer una mayor motilidad".
También es importante en personas mayores, cuya motilidad estomacal puede verse reducida. Es lo que se llama gastroparesia y que también se puede dar con patologías como la diabetes, el párkinson o ciertos trastornos vasculares.
Fernández explica que hay enfermedades que, si bien no afectan a la motilidad, sí pueden influir en cómo el cuerpo absorbe los fármacos, como la celiaquía: "Cuando [los enfermos] están expuestos a grandes cantidades de gluten las microvellosidades, que son las encargadas de la absorción de nutrientes, se ven alteradas".
Medicamentos de estrecho margen de actuación
El funcionamiento del estómago también puede verse alterado con fármacos como los opioides que se utilizan para tratar el dolor asociado al cáncer, por ejemplo. Su uso enlentece los movimientos del aparato digestivo, por lo que tomar una píldora adecuadamente cobra especial relevancia.
Por otro lado, los autores de estudio afirman que hay fármacos que tienen un margen muy estrecho de actuación, por lo que es importante asegurarse que son absorbidos adecuadamente. Por ejemplo, la digoxina, que se utiliza para tratar la insuficiencia cardiaca y las arritmias. O la teofilina, que sirve para prevenir y tratar sibilancias asociadas al asma.
"Para estos principios activos, la biodisponibilidad es esencial", confirma Fernández. "Requieren que se absorba una cantidad concreta de principio activo y para ello se toma una mayor o menor dosis por vía oral. Si se redujera en gran medida la biodisponibilidad, no habría una gran absorción del principio activo y, por tanto, no habría efecto farmacológico y la patología estaría descontrolada".
Antes de experimentar con distintas posturas la próxima vez que se tome un paracetamol o un ibuprofeno, recuerde: lo recomendado es hacerlo con la espalda recta, pero mejor aún es atender las explicaciones de su médico o farmacéutico.