Era algo habitual, al menos en el mundo prepandemia: estando con amigos en un bar en torno a un café o unas cervezas recordabas que no te tomaste la pastilla a su hora, ya fuera por algo temporal como una infección o una enfermedad crónica como la hipertensión. En lugar de pedir al camarero un vaso de agua, la engullías con ese café o esa cerveza.
Estas pequeñas infracciones del prospecto de los medicamentos pueden tener sus consecuencias, dependiendo del tipo de pastilla o de con qué lo tomas. Es más que obvio que mezclar alcohol y medicamentos no es bueno (aunque sea una única cerveza), pero no tanto que bebidas más inocentes, como un café con leche o un zumo, pueden tener un efecto determinante en cómo actúa el fármaco en nuestro cuerpo.
"Hay medicamentos para los que la leche está totalmente prohibida", sentencia el farmacéutico Iván Espada. Por ejemplo, medicamentos para la osteoporosis, antibióticos como las tetraciclinas u otros fármacos para tratar infecciones como la griseofulvina. En general, la leche (y otros alimentos ricos en grasa) impiden que el cuerpo absorba el medicamento, por lo que es como si no te lo hubieras tomado.
El café y otros productos con cafeína y derivados, como los refrescos de cola, el té o incluso el cacao, también juegan un papel muy importante en cómo el cuerpo absorbe una pastilla. "Aparte de que tiene un efecto diurético, nos puede hacer subir la presión arterial", explica a EL ESPAÑOL Guadalupe Blay, médica de familia y coordinadora del área de endocrino-metabólica y nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Con ansiolíticos como el diazepam o broncodilatadores como el Ventolín "aumenta la frecuencia cardiaca, la irritabilidad, el nerviosismo… incluso puede incrementar los niveles en sangre [del fármaco] e intoxicarnos. Incluso con la aspirina y otros salicilatos", advierte. Sin embargo, en personas cuyo estómago segrega pocos ácidos gástricos, acompañar algunos medicamentos con un refresco de cola puede ser positivo.
El pomelo, enemigo número uno
Mejor evitar el zumo de naranja u otros cítricos con las estatinas, populares medicamentos para controlar el colesterol, o con fármacos para controlar la tensión como el amlodipino. "Van a disminuir su efecto porque interaccionan con el cítrico",
El caso paradigmático de estas interacciones entre alimentos y medicamentos es el zumo de pomelo. "Actúa sobre el citocromo p450, donde se metabolizan muchos medicamentos: el pomelo va al mismo lugar, compite con ellos y por tanto el fármaco ya no hace efecto". Los anticoagulantes como el clopidogrel, antihistamínicos, inmunosupresores (ciclosporina) e incluso la famosa Viagra (cuyo nombre científico es sildenafilo) se ven afectados por este cítrico arrasador.
Espada atribuye este estrellato del pomelo a su mayor prevalencia en el mundo anglosajón, lo que ha propiciado que haya más estudios sobre él que sobre la naranja o la mandarina, más presentes en la dieta española. No obstante, estas "posiblemente tengan menos efecto inhibidor del metabolismo".
El farmacéutico hace un inciso: no pasa nada por tomarnos un pomelo un día, "el problema viene cuando se trata de una tónica habitual". La dieta, en general, influye en cómo el cuerpo asimila los medicamentos, y si es poco equilibrada (por un exceso o defecto de proteínas, hidratos, etc.) posiblemente no tenga un efecto positivo. Por ejemplo, un exceso de hidratos en la comida provoca un retraso en la absorción del paracetamol, por lo que su efecto se retrasa. Así que mejor no abusar de los refrescos azucarados.
Ibuprofeno con el estómago vacío
La recomendación general, cómo no, es tomar los medicamentos con agua. En el caso de la aspirina, por ejemplo, este simple hecho favorece la absorción y la eliminación, es decir, su efecto es más rápido.
Lo mismo ocurre con el ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroideos si se toman con el estómago vacío, "los efectos se ven más rápido", comenta Espada. Parece algo contraproducente, pues siempre recomiendan tomarlo con el estómago lleno. "La absorción no se ve afectada con el estómago vacío o lleno; la cuestión es que tomarlo en ayunas puede perjudicar a aquellas personas que sufren de algún tipo de daño gástrico, pero en población general no debería pasar nada".
Y si nos tomamos la pastilla con agua después de comer, ¿podemos seguir la sobremesa con un café? La médica de familia Guadalupe Blay recomienda esperar media hora antes de continuar con un café o una bebida alcohólica. Pero, sobre todo, hacer caso al médico: "Ya sea de familia o especialista, lo mejor es que él dé la pauta".