Un estudio de investigadores del Hospital Institut Pere Mata de Reus (Tarragona), el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha constatado que los hábitos de vida saludables desempeñan un papel capital para minimizar el riesgo de síndrome metabólico, con una alta prevalencia en personas con un trastorno psicótico incipiente.
Este síndrome se diagnostica teniendo en cuenta una serie de parámetros que incluyen los factores de riesgo de infarto más peligrosos y que están asociados a una mayor mortalidad:
- Elevado perímetro de la cintura.
- Elevada presión arterial.
- Elevados niveles en sangre de glucosa.
- Elevados niveles en sangre de triglicéridos.
- Niveles bajos de colesterol HDL, el 'colesterol bueno'.
El estudio, publicado recientemente en Scientific Reports, ha identificado que al inicio de los trastornos psicóticos, el perímetro de la cintura y el nivel de triglicéridos son más altos en las personas con un trastorno psicótico incipiente que en las personas sanas.
[Ésta es la enfermedad por comer mal que sufre uno de cada cuatro españoles sin saberlo]
Este trabajo también ha identificado que el sexo, la edad, el índice de masa corporal, la dieta, la actividad física, el consumo del tabaco y de cannabis y la medicación antipsicótica contribuyen a empeorar estos factores de riesgo.
Estudiando los pacientes después de un año de ser atendidos en la Unidad de Intervención Precoz del Hospital Pere Mata también se ha encontrado que, si bien estas personas presentaban una mejora clínica muy significativa, el perímetro abdominal, los niveles de glucosa y los niveles de colesterol HDL habían empeorado.
Este estudio demuestra la efectividad de la intervención precoz en la mejora clínica de las personas con trastorno psicótico, pero también evidencia la necesidad de mejorar su estilo de vida para evitar el empeoramiento de los factores de riesgo metabólico y poder prevenir el riesgo cardiovascular.
Una enfermedad prevalente
A lo largo del último siglo, la obesidad y el síndrome metabólico -un conjunto de trastornos simultáneos que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2- se han convertido en una epidemia global. Un estudio publicado en la revista Science y a cargo de June Round, profesora de patología en la Universidad de Utah (EEUU).
Actualmente hay más de 1.900 millones de personas obesas en el mundo y numerosos estudios han señalado el papel de la regulación del sistema de inmunidad en la enfermedad metabólica.
El cuerpo humano contiene unos 100 billones de microorganismos, principalmente en el tracto digestivo, incluido un millar de especies diferentes de bacterias que comprenden más de 3 millones de genes.
En condiciones saludables estas bacterias cumplen funciones vitales como la intervención en la expresión de genes y la prevención de enfermedades, y los científicos han determinado su papel clave en la regulación del metabolismo de los mamíferos.
El estudio ha encontrado que los ratones saludables tienen en su flora intestinal abundante clostridia, una clase que comprende de 20 a 30 bacterias, mientras que los ratones con deficiencia en el sistema de inmunidad pierden estos microbios a medida que envejecen.
Aun cuando se les administraba una dieta saludable, estos ratones se volvían obesos, pero cuando se les introdujo bacterias de la clase clostridia, los animales se mantuvieron delgados. "Estas bacterias han evolucionado para vivir con nosotros y nos benefician", señala Charisse Petersen, quien se aplicaba para un doctorado cuando colaboró en el estudio. "Tenemos mucho que aprender de ellas", ha agregado.
Round apunta que otras investigaciones han encontrado que las personas obesas padecen una carencia de clostridia, y hay indicios de que las personas obesas o con diabetes tipo 2 pueden tener una respuesta inmune deficiente.
Las investigadoras esperan que estas conexiones abran paso a nuevas formas de prevenir y tratar problemas de salud que son muy comunes. "Nos encontramos con un aspecto relativamente inexplorado de la diabetes tipo 2 y la obesidad", ha indicado Round. "Este trabajo -ha agregado- nos conduce a nuevas investigaciones sobre la forma en que la respuesta de inmunidad regula la microbiota y la enfermedad metabólica".