La carne es un pilar de la gastronomía española, un tipo de alimento que es consumido cada día por millones de personas. A pesar de que cada vez existe una mayor conciencia acerca de su impacto medioambiental y de los riesgos que puede tener un consumo excesivo de carne, sigue estando muy presente en las mesas españolas, pero ahora un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid ha arrojado luz al respecto y ha dejado claro cuáles son las tres carnes que los expertos piden que no comas más.
Esta investigación publicada en la revista BMC Medicine ha concluido que un elevado consumo de carnes procesadas, como el salami, el bacon o las salchichas, pueden deteriorar la función física. En este sentido, la investigadora Ellen Struijk ha recalcado que el efecto beneficioso que pueden aportar las proteínas de calidad de la carne, desaparecerá cuando la carne está procesada, considerando como tal cualquier carne que haya sido transformada con curado, fermentación, ahumado, salazón u otros procesos enfocados a la mejora del sabor y preservación del alimento.
Por otro lado, la profesora Esther López García, profesora del departamento de Medicina Preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid ha querido hacer hincapié en la importancia de mantener una dieta equilibrada en la que se añadan proteínas de distintas fuentes, como frutos secos, pescado, legumbres y carnes no procesadas.
Carnes que debes eliminar de tu dieta
De esta forma, a pesar de que la carne es importante en la dieta, es necesario moderar su consumo y, sobre todo, extremar las precauciones sobre tres variedades de carne, que son las siguientes:
- Carnes procesadas: las carnes procesadas son un grupo alimentario que incluye todo tipo de alimentos básicos como las salchichas, el bacon, el salami, el chorizo o el embutido envasado, entre otros. Son productos que cuentan con una gran popularidad en nuestro país, sobre todo porque tienen un sabor intenso y tienen un coste económico. Sin embargo, los expertos no las recomiendan por tener altas cantidades de grasas poco saludables, así como aditivos como el sodio y nitritos que pueden tener un efecto muy negativo sobre la salud.
- Carnes rojas: las carnes rojas también han sido relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que, al ser ricas en ácidos grasos saturados, incrementan el colesterol LDL (colesterol “malo”) en la sangre. Por este motivo, aunque pueden ser una fuente importante de proteínas y otros nutrientes, los expertos recomiendan limitar su consumo y sustituirlo por opciones más saludables.
- Embutidos: se trata de uno los tipos de carne procesada que se consumen en mayor medida en España, como es el caso de la morcilla, la choriza o el lomo embuchado, entre otros, siendo variedades que tienen un alto nivel de grasas saturadas y otros aditivos que son poco saludables. Su consumo frecuente puede ayudar a que aumente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
¿Cuánta carne a la semana?
Las recomendaciones nutricionales con respecto al consumo de carne han cambiado mucho en los últimos tiempos, y es que cada vez hay más estudios que recomiendan limitar la cantidad de carne consumida a la semana por razones de salud.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que hay que reducir a menos de 500 gramos el consumo semanal de carne procesada a la semana, y hasta los 500 gramos el de carne roja magra.
Por su parte, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda que los ciudadanos sigan un consumo moderado de carne roja (cerdo, cordero, ternera) así como procesada (embutidos), no superando las 2-3 raciones semanales, mientras que el Fondo Mundial de Investigación contra el Cáncer aconseja consumir entre 350 y 500 gramos semanales.
Ventajas y desventajas de consumir carne
El consumo de carne tiene algunos beneficios, y es que es una fuente rica en nutrientes y proteínas de alta calidad, además de aportar vitaminas y minerales como el zinc, el selenio o el hierro, que son esenciales para la salud. A ello hay que sumar que promueve la saciedad por su composición nutricional, lo que ayuda a controlar el apetito y el consumo excesivo de alimentos, por lo que puede ayudar al control del peso.
Aunque depende de cada persona, la carne cocinada acostumbra a ser más sencilla de digerir, y ayuda a la hora de mantener y ganar masa muscular. Aunque no es imprescindible al existir otras fuentes de proteína de alta calidad, el consumo de carne contribuye a mantener la masa muscular y prevenir su pérdida a medida que se envejece.
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Sin embargo, su consumo tiene algunas contraindicaciones que llevan a los expertos a limitar su consumo, y es que, si se ingiere en una mayor cantidad de lo recomendado, se aumentará la posibilidad de sufrir cáncer. El consumo excesivo de carne procesada y carne roja está relacionado con el mayor riesgo de padecer esta enfermedad, sobre todo cáncer colorrectal.
Además, también se encuentra vinculado con enfermedades cardíacas y el mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Por otro lado, aunque no es común, el consumo excesivo de carne se puede asociar con diferentes enfermedades renales o empeorarlas, ya que puede incrementar la carga de trabajo de los riñones. Asimismo, un consumo excesivo de carnes procesadas puede dar lugar a un aumento de peso y riesgo de sufrir un problema de obesidad o sobrepeso.