No sólo nos encanta el embutido en España, sino que además elaboramos algunos de los mejores del mundo. Su valor gastronómico es incuestionable, pero por desgracia su efecto sobre nuestra salud ha entrado en debate en los últimos años. Aunque algunos científicos ya habían advertido de que el consumo habitual de estos alimentos puede aumentar el riesgo de ciertas enfermedades, fue en 2015 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo una advertencia global en este sentido.
En aquel año la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) publicó en la revista científica The Lancet Oncology una revisión de hasta 800 estudios que habían investigado el impacto de la carne roja y procesada para la salud. Esta investigación concluyó que, mientras que la carne roja era "probablemente cancerígena para el ser humano", cada porción de 50 gramos de carne procesada que se toma de forma diaria es capaz de elevar un 18% el riesgo de cáncer colorrectal.
¿Debemos, por tanto, huir de los embutidos? La OMS no ha pedido que la dejemos de tomar, sino que indica que tomar una menor cantidad puede disminuir el riesgo de cáncer de colon y el número de casos de esta enfermedad en general. Por eso, la carne procesada debe ser considerada como un alimento de consumo ocasional y en pequeñas cantidades. Además, hay que tener en cuenta que no todas las carnes procesadas han sido igualmente procesadas y, por tanto, existen algunas que son mejores para la salud que otras.
A continuación, cuatro embutidos que, aunque deberías reducir, son más aconsejables para la salud:
El jamón cocido extra
Los españoles utilizamos el concepto jamón de York a la ligera y es que con él hablamos de un montón de productos que, en realidad, no son lo mismo. Y dentro de toda esta enorme variedad se encuentra desde el jamón cocido más natural hasta el fiambre que utilizamos para rellenar sándwiches mixtos y que tiene menos carne de lo que pensamos. En este sentido, el mejor que podemos elegir es el jamón cocido extra.
Si observamos el etiquetado de los fiambres que pensábamos que eran jamón tienen un 55% de carne y el resto son productos como fécula de patata, jarabe de glucosa, otros tipos de azúcares y aditivos. Por su parte, el jamón cocido extra puede llegar a tener un porcentaje de carne muy cercano al 100%; algunos pueden encontrarse con un 97% de carne y el resto, aunque también son azúcares y aditivos, representan un porcentaje muy bajo. En cualquier caso, incluso este jamón es de consumo esporádico.
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El jamón ibérico
Sin duda, el embutido favorito de los españoles es el jamón serrano y, más concretamente, el ibérico. Pero, por desgracia, encaja en la descripción de lo que la OMS describe como una carne procesada porque se somete a una salazón y a una curación de la carne. Sin embargo, muchos expertos sostienen que no se puede comparar los jamones que se producen en nuestro país con las salchichas más procesadas del supermercado.
De hecho, algunos expertos de la salud han salido en defensa de esta carne tan típica de nuestro país. "El jamón serrano o ibérico, es decir, el jamón curado por salazón del modo tradicional, no es un ultraprocesado", sostiene el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González en su libro ¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir (Planeta, 2020). Es más, este experto afirma en su libro que consumir hasta 50 gramos de ese jamón curado entre cuatro y cinco días a la semana no produce daños.
La pechuga de pavo
Cuando queremos perder peso y empezar una nueva dieta, el sobre de lonchas de pavo se convierte en un producto indispensable en nuestra compra diaria. Nos gusta tomarlo de desayuno y no sólo pensamos que puede ayudarnos a adelgazar, sino también que es saludable. Sin embargo, debemos tener en cuenta que casi todos ellos son productos muy procesados y, por lo tanto, malos para nuestra salud.
Al igual que sucede con el jamón cocido del supermercado, debemos fijarnos en el listado de ingredientes que lleva en su parte trasera. De esta manera, podemos observar que hay algunos fiambres de pavo que contienen en torno a un 50% o un 60% de carne de pavo y el resto son azúcares e ingredientes de relleno. También existen otros pavos más recomendables cuyo contenido de carne alcanza el 90% y esos son los que, en todo caso, deberíamos consumir.
El lomo ibérico
Al igual que el jamón ibérico, el lomo es uno de los embutidos más típicos de nuestro país y, además, también tiene fama de ser de los más saludables. Debemos recordar que también es una carne procesada y que, por tanto, no es un bocado para todos los días ni tenemos que pasarnos. En cualquier caso, dentro de los embutidos el lomo destaca por tener uno de los perfiles más interesantes.
El lomo es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, muy ricos en vitaminas del grupo B y en minerales como el zinc, el hierro y el potasio, como explica la nutricionista Verónica Chazín en este artículo de EL ESPAÑOL. De hecho, esta experta afirma que el lomo es más saludable que el jamón ibérico debido a que contiene menos calorías y menos grasa.