Casi una de cada cuatro personas en España padece enfermedades cardiovasculares, lo que representa alrededor de 11 millones de afectados. Este grupo de enfermedades abarca diversos trastornos del corazón y del sistema circulatorio, como la cardiopatía isquémica, el ictus, la insuficiencia cardiaca, las alteraciones del ritmo cardiaco y las enfermedades valvulares. Además, otros trastornos estrechamente relacionados, como las complicaciones microvasculares de la diabetes y la demencia vascular, también se incluyen en esta categoría.
Como es lógico, existen muchos factores que pueden incrementar los riesgos. Algunos de ellos están fuera de nuestro control, como la genética. Pero otros no, ya que se relacionan con los hábitos personales, como el ejercicio físico, el tabaco y el alcohol o la alimentación. Precisamente, sobre este último alerta Kevin Rabii, cardiólogo del Memorial Hermann. "Si comprendemos qué alimentos nos proporcionarán más beneficios y causarán menos daños, podremos mantener nuestro sistema cardiovascular en la mejor forma posible", explica en Parade.
Entre los alimentos preferidos por este especialista para cuidar su sistema cardiovascular se encuentran los frutos secos, sobre todo, las almendras. Una preferencia que choca con la clásica -aunque cuestionada - recomendación de escoger una dieta baja en grasas."Es importante recordar que las grasas son una parte esencial de nuestro cuerpo", afirma Rabii. "Sin embargo, no todas las grasas son iguales. Los frutos secos tienen niveles más altos de ácidos grasos insaturados, que pueden tener efectos protectores sobre nuestro sistema cardiovascular y reducir los niveles de colesterol malo".
Almendras, las más saludables
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), existen dos grandes variedades de almendras: las dulces y las amargas. Las dulces son las que se suelen consumir como frutos secos con un sabor suave y lechoso. Cada 100 gramos de almendras contienen 604 calorías, 53,5 g de grasas, sobre todo monoinsaturadas y poliinsaturadas, 3,5 g de carbohidratos, 20 g de proteínas, 14,3 g de fibra, 860 mg de potasio, 510 mg de fósforo, 254 mg de calcio y 20 mg de vitamina E.
Las almendras ofrecen numerosos beneficios nutricionales. Son ricas en proteínas, aminoácidos esenciales y fibra, lo que ayuda a controlar el peso y mejora el tránsito intestinal. Su contenido de hidratos de carbono de absorción lenta proporciona energía de alta calidad, mientras que sus grasas saludables facilitan la absorción de vitaminas A, D, E y K. Además, las almendras son una fuente de antioxidantes, especialmente vitamina E, que ofrece propiedades antiinflamatorias.
Las almendras ofrecen varios beneficios nutricionales destacados. Son una excelente fuente de proteínas y aminoácidos esenciales, y su contenido de hidratos de carbono, predominantemente de absorción lenta, proporciona energía de alta calidad. Las grasas presentes en las almendras son saludables, lo que facilita la absorción de vitaminas A, D, E y K. Además, las almendras tienen un alto contenido de antioxidantes, especialmente vitamina E, que contribuye a sus propiedades antiinflamatorias.
El fruto del almendro también ayudan a controlar el peso debido a su alto contenido en fibra, lo que favorece un tránsito intestinal saludable. Entre sus beneficios adicionales se incluyen la reducción del colesterol, la regulación de la presión arterial y la prevención de la diabetes, gracias a su bajo contenido en carbohidratos. También mejoran el estado de ánimo debido a su contenido en magnesio.
Los beneficios
Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas presentes en las almendras pueden reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) en la sangre, disminuyendo así el riesgo de formación de placas en las arterias. Estas grasas también pueden elevar los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno), que ayuda a eliminar el colesterol LDL del torrente sanguíneo. Además, mejoran la elasticidad de las arterias, reduciendo el riesgo de hipertensión.
Con propiedades antiinflamatorias, estas grasas también ayudan a disminuir la inflamación en el sistema cardiovascular y reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. Finalmente, los antioxidantes y grasas saludables de las almendras pueden prevenir la formación de coágulos sanguíneos, reduciendo el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Una revisión de 2018 concluyó que comer almendras enteras podría ayudar a controlar la dislipidemia, un término clínico que se refiere al colesterol elevado que pone a una persona en riesgo de sufrir arterias obstruidas, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Otro análisis publicado en 2020 concluyó que consumir 42,5 gramos de almendras por día podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas a corto plazo, y tal vez incluso a largo plazo. Una revisión sistemática y un metanálisis de 2019 concluyeron que el consumo de almendras se asociaba con niveles de colesterol significativamente más bajos.
A pesar de todos estos beneficios, Rabii recomienda controlar las porciones al consumir frutos secos por su alta densidad calórica. También apunta a cómo las diferentes formas en la preparación de los frutos secos puede afectar a la salud; los tostados con aceites procesados y condimentos añadidos pueden ser menos saludables. Por tanto, optar por frutos secos crudos o tostados sin sal ni azúcar es mejor para la salud cardiovascular.