La gallineta (Sebastes spp.) es un pescado de agua fría que se encuentra en las profundidades del Atlántico Norte, en zonas como el Mar de Noruega, el Mar de Barents y el Atlántico Noroeste. Pertenece a la familia de los escorpénidos, la misma que los cabrachos y otras especies de pez roca. Es un pescado de cuerpo rojizo con carne blanca, muy sabrosa y apreciada por su textura firme. Se consume mucho en países del norte de Europa, como Noruega, Islandia, Dinamarca o Reino Unido. En España, es particularmente apreciada en las regiones del norte, como Galicia, el País Vasco, Asturias y Cantabria.
Para acercarlo todavía más al público de nuestro país, Mercadona ha puesto a su disposición estos filetes de gallina descongelada con agua añadida en bandejas de 380 g, capturado en el Océano Atlántico Noreste con redes de arrastre, por un precio de 4,92€. Según el etiquetado, además de la gallineta, entre los ingredientes encontramos agua añadida (10%), sal, corrector de acidez (E-331) y antioxidantes (E-330, E-301 y E-316).
Por cada 100 g, aporta 81 calorías y contiene 1,8 g de grasas, de las cuales solo 0,5 g son saturadas. Además, no contiene hidratos de carbono ni azúcares, y destaca por su alto contenido en proteínas, con 17 g por ración, y un bajo nivel de sal, con 0,28 g. Este pescado no solo contribuye a una alimentación equilibrada y saludable gracias a su alto contenido en proteínas de calidad y su bajo aporte calórico, sino que también fortalece el corazón y las arterias gracias a la presencia de omega 3 en sus filetes.
Pocas calorías y rico en proteínas
La gallineta es rica en proteínas de alta calidad, lo que la convierte en una excelente fuente de este macronutriente esencial para la reparación y el crecimiento de los tejidos, así como para la formación de enzimas y hormonas. Con aproximadamente 17 g de proteínas por cada 100 g, es una opción nutritiva para aquellos que buscan incluir más proteínas en su dieta.
Otro aspecto en el que destaca es su bajo contenido en grasas. Esto lo convierte en una opción ideal para quienes desean seguir una dieta baja en grasas o reducir el consumo de grasas saturadas. Además, su bajo aporte calórico, con apenas 81 calorías por cada 100 g, lo hace perfecto para quienes buscan controlar su peso sin comprometer el valor nutricional.
La gallineta también es una valiosa fuente de minerales esenciales, como el fósforo, fundamental para mantener la salud ósea y dental, y el selenio, un poderoso antioxidante que protege las células del daño oxidativo y refuerza el sistema inmunológico. Asimismo, proporciona pequeñas cantidades de potasio y yodo, vitales para el correcto funcionamiento del organismo.
Rico en omega 3
Uno de los principales atributos de la gallineta es su contenido en ácidos grasos omega-3, conocidos por sus múltiples beneficios para la salud. Estos ácidos grasos son clave para reducir los niveles de triglicéridos en la sangre, lo que disminuye significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, infartos y accidentes cerebrovasculares. Además, promueven una mejor circulación sanguínea, reducen la inflamación en las arterias y ayudan a prevenir la formación de placas arteriales, minimizando así el riesgo de arteriosclerosis.
El omega 3 es ampliamente reconocido por sus potentes efectos antiinflamatorios, especialmente beneficiosos para quienes padecen enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide. Estos ácidos grasos ayudan a aliviar el dolor, reducir la hinchazón y mejorar la movilidad articular. Al reducir la inflamación, también contribuyen a una mejor salud general y a la prevención de afecciones crónicas relacionadas con la inflamación sistémica.
Además, son esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro. Forman parte de las membranas celulares del cerebro, mejorando la función cognitiva, la memoria y la concentración. Un consumo adecuado de omega-3 ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y ayudar a prevenir el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento.
Por último, juega un papel vital en el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso. Durante el embarazo y la lactancia, su consumo es crucial para el desarrollo cerebral del feto y del recién nacido. En la edad adulta, los omega-3 contribuyen a mantener una adecuada comunicación entre las neuronas, promoviendo un sistema nervioso saludable. Además, su consumo ha mostrado tener efectos positivos en el estado de ánimo, ayudando a reducir los síntomas de depresión y ansiedad.