La American Heart Association (AHA), la asociación de cardiólogos estadounidenses, ha publicado un año más su revisión sobre los patrones dietéticos más populares y su efectividad real para cuidar la salud del corazón. A pesar de su popularidad, los especialistas han determinado que algunos de ellos contradicen la guía dietética de la AHA, y no podrían clasificarse realmente como saludables.
Así lo apunta la nueva revisión científica publicada en la revista Circulation. Ha sido encabezada por Christopher D. Gardner, presidente del comité de redacción de la nueva declaración científica y de la cátedra de medicina Rehnborg Farquhar de la Universidad de Stanford, al frente del comité de revisión.
Los autores recuerdan que la salud cardiometabólica hace referencia a un grupo de factores que afectan al metabolismo y el riesgo de enfermedad cardíaca y vascular. Estos incluyen los niveles de glucosa en sangre, colesterol y triglicéridos, presión arterial y peso corporal. La alteración de uno de ellos ya es preocupante, pero que se descontrolen varios de ellos de forma simultánea lo es todavía más.
Ya en 2021, la AHA destacaba la limitación del consumo de grasas no saludables al publicar su Guía Dietética basada en diez características clave, e instaba a no excederse con los carbohidratos. En esta nueva revisión, los autores han querido analizar en qué medida los patrones dietéticos más populares en las sociedades occidentales se adhieren a estas características.
- Dieta DASH: una dieta cuyo objetivo es reducir la hipertensión, basada en verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, lácteos desnatados, carnes magras y aves, pescados y aceites vegetales no tropicales. La dieta nórdica y la dieta del mar Báltico serían variaciones de la dieta DASH.
- Dieta Mediterránea: esta dieta se caracterizaría por limitar el consumo de lácteos, enfatizando el consumo de verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, pescados grasos y aceite de oliva virgen extra, además de un consumo moderado de vino tinto.
- Dieta vegetariana/pescetariana: es una dieta basada en plantas, pero que incluye pescado como fuente de proteínas animales.
- Dieta ovo/lacto/vegetariana: es una dieta basada en plantas que incluye huevos, lácteos o ambos como fuente de proteínas animales.
- Dieta vegana: es una dieta basada en plantas si ningún tipo de producto de origen animal.
- Dieta baja en grasas: es una dieta que limita el consumo de grasas a menos del 30% de las calorías totales, como el plan de alimentación Volumetris o el plan TLC (Therapeutic Lifestyle Change).
- Dieta muy baja en grasas: es una dieta que limita el consumo de grasas a menos del 10% de las calorías totales, como son las dietas Ornish, Esselstyn, Pritikin, McDougal o la PCRM.
- Dieta baja en carbohidratos: es una dieta que limita el consumo de carbohidratos al 30-40% de la ingesta calórica total, como la dieta South Beach, la dieta de la Zona y las dietas de bajo índice glucémico.
- Dieta muy baja en carbohidratos o dieta cetogénica: es una dieta que limita el consumo de carbohidratos a menos del 10% de las calorías diarias, como la dieta Atkins y la dieta keto, siendo esta última limitada a un 5% de las calorías totales basadas en carbohidratos.
- Dieta Paleolítica: también llamada dieta Paleo, excluye cereales integrales y refinados, legumbres, aceites y productos lácteos.
Cada dieta se evaluó con respecto a 9 de las 10 características de la guía de la AHA, excluyendo el punto dedicado a "comer para lograr un equilibrio energético adecuado para mantener un peso saludable".
A las características definitorias de las dietas se les otorgó puntos en función de si estaban alineadas con la guía de la AHA: 1 punto por cumplir completamente, 0,75 por cumplir la mayoría y 0,5 puntos por cumplir parcialmente la guía. Los resultados se contabilizaron y ajustaron para estar entre 0 y 100, siendo el 100 la adherencia total con la guía de la AHA.
El único elemento de la guía que formaba parte de cada patrón dietético era "minimizar la ingesta de alimentos y bebidas con azúcares añadidos". En el resto, variaban ampliamente, con puntuaciones de 31 a 100. Finalmente, se agruparon en niveles del 1 al 4 (siendo el 1 el mejor valorado y el 4 el peor).
La peor para el corazón
En el nivel 1 se agruparían los planes de alimentación mejor valorados, con puntuaciones superiores a 85. En este caso, la dieta DASH obtendría 100 puntos, cumpliendo con todos los requisitos de la guía de la AHA: alimentación baja en sal, baja en azúcar añadido, sin alcohol, aceites tropicales ni productos ultraprocesados, además de rica en verdura, fruta, cereales integrales y legumbres. La proteína proviene sobre todo de fuentes vegetales, o de pescados, mariscos, aves, carnes magras y productos desnatados.
Por su parte, la dieta mediterránea también obtiene una elevada puntuación, pero no habla específicamente de la sal añadida, y sí aboga por un consumo moderado de alcohol. Por su parte, los planes de alimentación pescetarianos y ovolactovegetarianos también obtendrían muy buenas puntuaciones
En el nivel 2 se agruparían los planes con puntuaciones de 75 a 85, siendo la dieta vegana y las dietas bajas en grasas las más características. Como punto en contra, la alimentación vegana puede ser difícil cuando se come fuera de casa, y se ha relacionado con un aumento del riesgo de sufrir déficit de vitamina B12. Por su parte, las dietas bajas en grasas tienden a hablar de todas las grasas por igual, sin diferenciar las más saludables de las menos saludables, pudiendo llevar al consumo excesivo de carbohidratos poco recomendados.
En el nivel 3 se agruparían los planes con puntuaciones de 55 a 74, siendo la dieta muy baja en grasas y la baja en carbohidratos las más características. Si bien es cierto que ambos tipos de dietas han demostrado beneficios a nivel cardiovascular, también se caracterizan por restringir los grupos de alimentos que enfatiza la guía de la AHA. La dieta muy baja en grasa restringe el consumo de frutos secos y aceites vegetales, mientras que las bajas en carbohidratos restringen el consumo de frutas, cereales y legumbres, lo que a su vez da lugar a un menor consumo de fibra.
En el nivel 4, para finalizar, agruparía a los planes con puntuaciones inferiores a 55, donde estarían la dieta paleolítica y las dietas muy bajas en carbohidratos o cetogénicas. En el caso de la dieta keto, si bien es cierto que enfatiza el consumo de alimentos grasos saludables, no ha demostrado que su restricción al consumo de frutas, cereales y legumbres tenga ventajas tras el paso de un año.
Además, se trata de dietas ricas en grasas que no limitan el consumo de grasas saturadas, a la vez que se consume poca fibra. Esto dos factores se relacionan con un aumento del riesgo cardiovascular, y tanto para la dieta keto como muy especialmente para la paleo, se han relacionado con problemas de salud a largo plazo.