Actualmente existen multitud de dietas diferentes cuyo objetivo es perder peso o mejorar la forma física. La conocida como dieta paleo es una de las más populares. Dicha dieta se basa esencialmente en el consumo de carne, pescado, plantas, frutas y frutos secos, pero evita las legumbres, los lácteos, los granos enteros e incluso las patatas. Además, prohíbe totalmente el consumo de alimentos procesados.
Sin embargo, las fechas no cuadran. Según un nuevo trabajo llevado a cabo por el Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Wits, en Johannesburgo, hace 170.000 años los seres humanos ya consumían granos, y el periodo paleolítico abarca desde hace 2,5 millones de años hasta alrededor del año 9.600 a.C.
Teóricamente, una dieta paleo intenta imitar la forma de alimentarse de los seres humanos que vivieron en este periodo de la Historia, basándose en la teoría de que la agricultura fue un desarrollo posterior, y que el ser humano no digiere correctamente determinados alimentos. Pero, según este nuevo estudio, hay datos que no cuadran.
Los investigadores han encontrado evidencias de que los individuos que habitaban la zona sur de África ya cocinaban plantas con almidón hace cientos de miles de años. Semejante conclusión se extrae del hecho de haber detectado restos carbonizados de "patata africana".
De hecho, esta no es la primera evidencia que contradice los preceptos de una la dieta paleo. En estudios anteriores ya se habría demostrado que nuestros antepasados ya consumían granos con almidón hace más de un millón de años, y que por tanto sus organismos eran capaces de digerirlos. Y, por su parte, otros trabajos sugieren que el ser humano no evolucionó necesariamente para comer carne como muchos defensores de este método alimentario han afirmado.
Como bien afirma al periódico The Guardian Meredith Price, dietista en la ciudad de Nueva York, la dieta paleo suele esgrimir una serie de pautas muy específicas y restrictivas que, en el fondo, no tienen la evidencia científica que se les suele asociar. No existen pruebas consistentes de que en el Paleolítico se consumiesen alimentos en la magnitud que sugiere la dieta, evitando muchos otros muy interesantes y beneficiosos para la salud: los granos enteros (integrales), las legumbres o los lácteos han demostrado beneficios para la salud cardiovascular, asociándose a una reducción del riesgo de sufrir determinados tipos de cáncer y diabetes tipo 2.
Si bien es cierto que los nutrientes que contienen estos alimentos eliminados de la dieta pueden encontrarse en otras fuentes, para Price no tiene sentido poner dificultades en la alimentación del día a día. Asimismo, como suelen recordar también los detractores de esta dieta, cabe recordar que en la Edad de Piedra la edad media de supervivencia eran los 35 años, menos de la mitad de la esperanza de vida actual del Mundo Occidental.
Aún así, cabe destacar que cualquier tipo de dieta cuyo requisito principal sea eliminar los alimentos ultraprocesados debería tenerse en cuenta, dado que cada vez son más los estudios que culpan a dichos alimentos de diversas enfermedades, e incluso del aumento del riesgo de muerte prematura. Sin embargo, para Price y muchos expertos en nutrición, el beneficio real de una Dieta Paleo parece radicar más en la eliminación de los ultraprocesados en general, y no tanto en la reducción o eliminación de los carbohidratos saludables.