La exposición alimentaria a bisfenol A (BPA) ya había sido catalogada como peligrosa para la salud en diversos estudios previos, como ya nos hicimos eco en EL ESPAÑOL en varias ocasiones. Pero el peligro y los problemas que ocasiona esta sustancia para la salud podrían ser incluso mayores de lo que ya se sabía.
Así lo asegura la EFSA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, en su nueva actualización sobre bisfenol A: se trataría de un problema de salud para los consumidores de cualquier edad, y la dosis máxima catalogada como "segura" debería ser menor.
El bisfenol A o BPA es una sustancia química que suele usarle en combinación con otras para fabricar plásticos y resinas. Algunos ejemplos son los plásticos usados en recipientes de almacenamiento de alimentos, incluyendo las botellas de plástico reutilizables. También en resinas epoxídicas o recubrimientos de latas.
Riesgos para la salud
El problema que ya se ha venido observando con los años es que el BPA y otros compuestos usados en estos recipientes alimentarios son capaces de migrar a dichos alimentos y bebidas en muy pequeñas cantidades, motivo por el cual los bisfenoles en general y otros microplásticos están en el punto de vida de los investigadores.
Según advierte la EFSA, Claude Lambré, presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos, Enzimas y Auxiliares Tecnológicos de la EFSA, durante los últimos años los científicos pertenecientes a esta organización han examinado la seguridad del BPA usando gran cantidad de publicaciones científicas, incluyendo más de 800 nuevos estudios publicados desde 2013.
Y, según dichos estudios, se ha podido objetivar un incremento progresivo de linfocitos T helper en el bazo, un tipo de célula inmunitaria con un papel esencial en la inmunidad celular. Su incremento se relacionaría con un aumento de la inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes, según Lambré.
Además, la Comisión Técnica también tuvo en cuenta otros efectos potencialmente tóxicos a nivel de los sistemas reproductivo y metabólico en su evaluación del riesgo. Por otro lado, y en comparación a la evaluación previa de 2015 por parte de la EFSA, la Comisión Técnica de Expertos ha reducido significativamente la ingesta diaria tolerable (IDT) del BPA; es decir, la cantidad diaria que puede ingerirse a lo largo de la vida sin presentar riesgos para la salud. En 2015 realmente se estableció una IDT "temporal", según explica la EFSA, dada la incertidumbre que rodeaba al BPA por la falta de datos en aquel momento.
Nuevos niveles
Actualmente, tras la reevaluación, los científicos de la EFSA han establecido una IDT de 0,2 nanogramos por kilogramo de peso corporal y día (0,2 mil millonésimas de gramo), en comparación al umbral anterior de 4 microgramos por kilogramo de peso y día (4 millonésimas de gramo). En otras palabras, la IDT actual sería 20.000 veces menor a la anterior.
De hecho, tras establecer esta nueva IDT, los expertos de la EFSA estiman que la exposición al BPA a través de la alimentación por parte de todos los grupos de edad es superior a los límites aconsejables, un motivo de inquietud según explican. Sin embargo, también recuerdan que sus estimaciones se basan en la exposición estudiada en 2015, y desde dicho año se han producido diversas restricciones por parte de la UE, algo que habría reducido la ingesta alimentaria real del BPA en el momento actual.
En el futuro se espera que estos nuevos datos y el asesoramiento científico por parte de la EFSA sobre el BPA sirva para que la Comisión Europea y los representantes de los Estados miembros, responsables reales de limitar la exposición al BPA por parte de la población, puedan adoptar nuevas y mejores medidas al respecto con tal de proteger a los consumidores.