La Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana (HBM4EU), en la que participan la Comisión Europea, la Agencia Europea de Medio Ambiente e instituciones de 28 países, ya ha adelantado algunos datos sobre los niveles de exposición de la población europea al bisfenol A, alertando de que muchos europeos tienen en su organismo concentraciones altas de este contaminante.
Además, el 50 por ciento de las personas analizadas tendría también presencia de otros bisfenoles, cada vez más usados en sustitución del BPA, como el BPS y el BPF (en ocasiones en concentraciones elevadas). Denominados 'disruptores endocrinos', existen evidencias científicas de que pueden afectar al desarrollo neurológico en los niños, reducir la fertilidad, y desencadenar diabetes y obesidad. También se asocia con el cáncer de próstata.
En este sentido, el director de hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, ha considerado "inquietante" que "todas las muestras europeas tomadas" superen la concentración que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera ahora recomendable. En diciembre pasado, la EFSA propuso rebajar 100.000 veces la Ingesta Diaria Admisible (IDA) de la sustancia al tenor de la evidencia científica.
Asimismo, la iniciativa Hogar sin tóxicos, que ya hace 10 años elaboró un informe-propuesta en el que solicitaba a las autoridades la prohibición de la sustancia en todos los materiales en contacto con alimentos, ha lamentado que a pesar de los años transcurridos, tal y como muestran ahora los datos de HBM4EU, la población europea siga en riesgo por estar continuamente expuesta a niveles relevantes de BPA.
"Todo ello, mientras han pasado años y años en los que solo se han acometido medidas muy limitadas para reducir la exposición a la sustancia. En 2011 fue prohibido únicamente en los biberones infantiles en la UE a la vez que se seguía permitiendo una amplia exposición de la población, por ejemplo de mujeres embarazadas, a través de la presencia de la sustancia en muchos alimentos enlatados".
Los datos de biomonitorización europeos siguen mostrando que los niveles de BPA son superiores a los de algunas sustancias que, como el bisfenol S (BPS) y el bisfenol F (BPF), han venido usándose para reemplazarlo. También resulta preocupante que las concentraciones de estas últimas sustancias estén aumentando, ya que podrían tener algunos efectos semejantes a los del bisfenol A. El documento de la HBM4EU cita, por ejemplo, la preocupación generada por la exposición de las cajeras a los tickets de papel térmico con el sustituto BPS.
Por otro lado, la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana destaca que también tiene que considerarse el "efecto cóctel" de diferentes bisfenoles a los que una persona puede exponerse al mismo tiempo porque los sustitutos del BPA parecen mostrar efectos similares al BPA" de modo que pueden sumar sus efectos a los de esta sustancia.
"Los datos obtenidos muestran algo preocupante, toda vez que la comunidad científica alerta de que al igual que otras sustancias disruptoras endocrinas, estos contaminantes pueden causar efectos negativos sobre la salud a muy bajas concentraciones. Es más, son sustancias para las que no se puede establecer con claridad un nivel de concentración que se pueda afirmar como seguro con certeza", ha recalcado De Prada.
Ante los datos mostrados por la Iniciativa Europea, ha pedido que se dé cumplimiento a la hoja de ruta para la restricción de muchas sustancias tóxicas que publicó recientemente la Comisión Europea y en la que, entre otras cosas, se plantea la restricción o prohibición conjunta de diferentes bisfenoles.
Se trata de un amplio grupo de más de 200 sustancias, de las que se ha visto que al menos 37 pueden tener propiedades de alteración hormonal, por lo que pueden causar efectos adversos a bajísimas concentraciones. La más conocida de estas sustancias es el bisfenol A pero, como se ha comentado, la ciencia ha encontrado que algunos bisfenoles que se han usado para sustituirlo pueden ser problemáticos.