La inflamación es un proceso fisiológico complejo, que puede manifestarse en cualquier zona del organismo. Es una reacción que se produce cuando el cuerpo trata de defenderse de agresiones o de lo que cree que lo son, como en el caso de las alergias. Esta respuesta empieza a ser un problema cuando la hinchazón se mantiene en el tiempo y además ocurre a nivel celular, también llamada inflamación celular. Es entonces cuando puede favorecer la aparición de enfermedades como diabetes tipo 2, obesidad, problemas cardiovasculares o alzhéimer.
Además, la inflamación puede esconder enfermedades como el síndrome metabólico o problemas vasculares. Sin embargo, la dieta es capaz de promover la inflamación del organismo hasta el punto de hacernos sentir hinchados y apreciarse físicamente. "Algunos de los alimentos que se han asociado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas también se asocian con un exceso de inflamación", señalan desde la Universidad de Harvard.
Algunos alimentos tienen un poder inflamatorio sobre el cuerpo y la consecuencia de elegir comida poco saludable puede repercutir en la salud a medio y largo plazo, además de los inconvenientes de la propia hinchazón. La Universidad señala los cinco alimentos que más propician esta reacción.
Carbohidratos refinados
Tanto los carbohidratos refinados como las propias harinas refinadas tienen mala fama, el problema de estos alimentos está en su procesado, el refinamiento, que elimina parte de los beneficios que traen de base. En este proceso de transformación se elimina parte de los componentes del grano entero, quitando el salvado y el germen, dejando solo en endospermo, que consiste básicamente en almidón.
Esta eliminación se lleva también parte de los nutrientes de cereales como el arroz o el maíz, perdiendo proteína, fibra, minerales y vitaminas en el proceso. Esta es la razón por la que el aporte nutricional de los carbohidratos refinados es pobre y además, por la pérdida de los elementos que aportan fibra, provocan un alto índice glucémico.
Es decir, incrementan los niveles de glucosa en sangre, que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades como diabetes tipo 2, según señalan algunos estudios, además de producir una reacción inflamatoria. De hecho, un estudio publicado en 'The American Journal of Clinical Nutrition' reveló que una alimentación con productos con un alto índice glucémico aumentaba en tres la probabilidad de morir de una enfermedad inflamatoria, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
"Lo mejor es escoger siempre harina, cereales y arroz integral. No hay tanta diferencia de sabor o textura y los beneficios para el organismo son muchísimos", explica Rosa López, dietista-nutricionista. De igual modo, el pan blanco y la bollería industrial formarían parte de este grupo de alimentos que propician una reacción inflamatoria.
Alimentos fritos
Las patatas fritas y otros alimentos fritos favorecen la inflamación del organismo. Pero no es el único problema que tiene el consumir frituras de forma habitual. En una investigación publicada por la revista Journal of Clinical Nutrition, se analizó la dieta de distintos individuos a lo largo de los años, centrándose en el consumo de comida rápida y fritos. Concluyendo que el consumo habitual de este tipo de alimentos se asoció significativamente con el riesgo de incidencia de diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria. En el caso concreto de las patatas fritas, "este alimento en sí no presenta ningún inconveniente, el problema es que esté frito en aceite. Además, depende mucho de la calidad del mismo, no es lo mismo el aceite de oliva virgen extra que el de girasol", explica Bárbara Sánchez, dietista y nutricionista.
Añadiendo que la fritura convierte las patatas en un alimento con grasas saturadas que pueden elevar el colesterol en sangre, aumentando la probabilidad de sufrir enfermedades del corazón y cerebrovasculares. De igual modo también provocan el aumento de los niveles de 'colesterol malo' (LDL) y reducen los niveles del 'colesterol bueno' (HDL). Favoreciendo así un aumento de peso. Además, los alimentos fritos producen en el cuerpo los compuestos llamados productos finales de glicación avanzada, relacionados con los procesos de inflamación en el cuerpo.
Bebidas azucaradas
Los alimentos azucarados y en concreto, las bebidas azucaradas como los refrescos, tienen dos mecanismos que pueden desencadenar una reacción inflamatoria. En primer lugar, estimulan la producción de ácidos grasos en el hígado, que puede provocar a medio o largo plazo la esteatosis hepática no alcohólica o hígado graso. Una enfermedad asociada a la obesidad que se caracteriza por una acumulación de grasa en las células del hígado, acompañada por un proceso inflamatorio capaz de provocar lesiones similares a las que sufren las personas que consumen alcohol en cantidades tóxicas.
Asimismo, el consumo habitual de alimentos azucarados empuja al organismo a producir insulina, esta en grandes cantidades puede provocar una resistencia a la misma por parte del organismo, lo que a su vez resulta en inflamación y el desarrollo de diabetes, según señalan algunos estudios.
Carne roja y/o procesada
En el caso de la carne, si es roja y sobre todo si es procesada. La evidencia científica es clara al respecto, consumir este tipo de alimento aumenta el riesgo de padecer cáncer colorrectal, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares general, como señala el presidente del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, Frank Hu, en The New York Times.
Además, estas carnes tienden a tener un alto contenido en grasas saturadas, un elemento que según relacionan muchas investigaciones, consumido de forma habitual, conduce a un aumento de peso e inflamación. En concreto, el caso de la carne roja, contiene ácido N-glicolilneuramínico (Neu5Gc) que los humanos no pueden sintetizar, sin embargo, al consumir carne, esta pasa al organismo y podría ser reconocido como un agente extraño, generando inflamación,
Se piensa que este Neu5Gc puede ser dañino pues hace que el sistema inmunológico lo reconozca como agente extraño y produzca anticuerpos contra él, lo que genera inflamación, como señalan algunas investigaciones.
Grasas trans
Las grasas trans artificiales, como las presentes en algunas margarinas, palomitas de maíz para microondas o comida rápida, formadas por el hidrogenado de las grasas no saturadas, un proceso de elaboración que convierte las grasas líquidas a temperatura ambiente en sólidas, se vinculan con una reacción inflamativa en el cuerpo, además de un aumento en el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Reducen también el colesterol HDL (bueno) y afectan a la función de las células endoteliales que recubren las arterias, promoviendo la aparición de problemas cardíacos. Algunas investigaciones relacionan el aceite hidrogenado con la inflamación en mujeres posmenopáusicas.