El nuevo embutido que arrasa en Mercadona: 100% español y con menos grasa
Se trata de una carne que contiene menos grasa de forma natural, y que resulta más beneficiosa al proceder del cerdo ibérico.
28 mayo, 2022 12:18Noticias relacionadas
La recomendación general, que a muchos le resultará familiar a estas alturas, es la siguiente: en lo que respecta a las carnes rojas y procesadas, lo mejor es tomarlas lo menos posible. Ahora, caben matices: no es lo mismo un cárnico ultraprocesado, cargado de grasas, ingredientes de baja calidad y aditivos como una salchicha envasada, que un embutido de cerdo ibérico con el mínimo procesamiento. En estos casos, menos es más: entre 4 y 5 raciones de 50 gramos a la semana, "lo que cabe en una tostada", es un consumo que los expertos consideran saludable.
Efectivamente, los principales problemas de fiambres y embutidos son las grasas saturadas, relacionadas con un aumento del riesgo cardiovascular y la acumulación de depósitos en las arterias, y los aditivos insanos que fomentan la inflamación, un factor desencadenante del cáncer de colon además de otros problemas cardíacos y metabólicos. Cuando adquiramos un embutido, recordaba recientemente la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es importante asegurarnos de que la carne es el ingrediente principal, ya que dejará menos espacio al "relleno" menos saludable.
La carne de cerdo ibérico, además, tiene mejor perfil nutricional que otras carnes rojas: su alimentación natural a base de bellotas en dehesa hace que incorpore en su grasa muscular ciertos ácidos grasos monoinsaturados que, sin ser comparables al omega-3 como se ha llegado a decir, mejoran su perfil lipídico. Por otro lado, ciertos cortes del cerdo son naturalmente más magros que otros. Estos requisitos los cumple el nuevo producto que llega ahora a Mercadona, el 'Lomo de bellota ibérico' de 'La Hacienda del ibérico', una marca exclusiva del proveedor español Incarlopsa para la cadena de supermercados.
Así explicaba a EL ESPAÑOL el valor del lomo como corte magro Leticia Garnica, miembro del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (CODINMA). "El cerdo tiene partes magras como son por ejemplo, el solomillo o el lomo que son partes más saludables porque tienen menos grasas saturadas. Por ello, cuando optemos por tomar cerdo, mejor escoger esas partes magras. Las partes más grasas, mejor tomarlas sólo de vez en cuando".
Este lomo, que es 50% ibérico, destaca por su enorme aporte proteínico: cerca del 38% del producto corresponde a proteínas de calidad, por lo que la ración diaria recomendada (recordemos, 50 gramos) puede aportar de un tercio a la mitad de la cantidad recomendada para un adulto, dependiendo de su peso y su actividad física. La carne de cerdo es de por sí densa en nutrientes, y es una de las mejores fuentes de hierro alimentario, así como de zinc y vitaminas B6 y B12.
Sin embargo, como recordaba también la OCU, las grasas -más abundantes en preparaciones como el chorizo o el salchichón- no son lo único que debemos vigilar al elegir un embutido. Durante el proceso de curado de la carne, se añade una pequeña proporción de azúcar -salvo en el caso del jamón de Trevélez- para alimentar a las bacterias responsables del proceso, y una gran cantidad de sal.
Este es precisamente el segundo aditivo a vigilar, ya que a menudo la sal oculta en los alimentos nos lleva a rebasar el límite de 5 gramos diarios que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para combatir la prevalencia de problemas de hipertensión arterial. En este lomo encontramos 3,2 gramos de sal por cada 100 de producto, lo que supondrían 1,6 g si respetamos la limitación de 50 g de ibéricos al día. Conocer este dato nos permitiría planear nuestro consumo para no excedernos al salar la alimentación de cada jornada.
Eso sí, y a ser posible, el consumo de este embutido debería excluir el de otros en el mismo día, y acompañarse de carnes blancas, pescados, verduras y legumbres tan propias de la Dieta Mediterránea. La 'tabla de ibéricos' debe reservarse para ocasiones especiales: el jamón ibérico, compartiendo todos los beneficios aquí descritos, no deja de tener un mayor porcentaje que el lomo de grasas y sal.