Aunque hoy en día sea un mero condimento, la sal ha tenido una gran cantidad de usos: algunos soldados romanos cobraban en sal, los japoneses la utilizaban en los escenarios para ahuyentar a los espíritus e incluso se empleaba para preservar a las momias egipcias. Hoy en día es parte de casi todas las comidas que realizamos, algo que puede suponer un problema si se realiza un abuso.
En nuestro país tenemos el problema de que "se consume mucha sal, igual que pasa en todo el mundo occidental, donde se usa excesivamente", explicaba una nutricionista a EL ESPAÑOL. Este alto consumo no se ciñe solo a la sal que nosotros mismos añadimos a los platos, sino también a la que contienen los productos que adquirimos en el supermercado.
Cabe destacar que el consumo máximo de sal diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de cinco gramos. Esta forma de medición puede despistar al lector, por lo que la especialista lo simplifica: "Cinco gramos de sal al día es el equivalente a una cucharadita de café".
La experta apunta a que consumirla en exceso puede provocar que desarrollemos ciertas enfermedades. Una de las patologías más comunes que puede potenciar la sal es la hipertensión arterial. Se trata de una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea por encima de los límites recomendados, lo que produce un aumento del riesgo de accidente cardiovascular.
Para las personas que padecen de hipertensión arterial o prehipertensión existe un remedio que no pasa por medicación: la dieta Dash. La especialista indica que esta dieta, cuyo nombre es un acrónimo de Dietary Approaches to Stop Hypertension: "Ha demostrado su efectividad en la reducción de estos problemas, por lo que es un recurso a tener en cuenta".
"No solo está la hipertensión arterial, también podemos tener problemas gástricos y úlceras", destaca. Una dieta rica en sal puede incrementar los daños producidos por Helicobacter pylori, bacteria que se encuentra presente en los estómagos de la mitad de la población mundial y puede producir úlceras.
El científico Barry Marshall demostró que esta bacteria era la principal causante de úlceras y gastritis, a pesar del escepticismo inicial de la comunidad científica, como explicamos en este artículo de EL ESPAÑOL. El australiano se bebió un caldo de bacterias, casi muere y acabó ganando el Nobel.
Además, un consumo elevado de sal "produce un incremento de la excreción del calcio a través de la orina, y puede sobrecargar el riñón con un esfuerzo para eliminarla", añade. Asimismo, puede causar otros percances como mayor retención de líquidos, varices y celulitis.
Recurrir a productos reducidos en sal
Ante el excesivo consumo de sal de esta sociedad es recomendable recurrir a productos que tengan la menor cantidad del condimento posible, como los artículos reducidos en sal y bajos en sal (independientemente de la marca que los comercialice). En este sentido, la especialista señala que: "Son más recomendables los productos con poca sal porque en nuestra alimentación diaria ya consumimos en exceso".
Pero no está todo hecho intentando evitar los productos más salados, ya que el consumo total dependerá también del resto de alimentos que ingiramos a lo largo del día. "Si compras un caldo reducido, pero a lo largo del día consumes otros productos que tienen mucha sal, el sumatorio puede estar por encima de todas las recomendaciones", ejemplifica.
Especialmente se debe acudir a productos bajos en sal "si tenemos alguna patología". En alimentos como los encurtidos puede ser más recomendable para toda la población porque "normalmente no te comes solo uno. Además, se debe moderar su consumo a lo largo del día y de la semana". La especialista destaca además que, aunque muchos no tengamos problemas asociados al consumo de la sal, "normalmente todos tenemos antecedentes familiares de hipertensión arterial o enfermedades coronarias".
[Más información: Este es el verdadero riesgo de tomar azúcar y otras seis cosas que no sabías]
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