Terminar el mes de junio con más de doce grados menos de lo habitual para la época del año no es algo común en España. Pero es lo que va a suceder en esta primera semana del verano de 2024 en lugares como Burgos, donde los efectos de la próxima Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) desplomarán las máximas de los 30ºC a casi la mitad entre el martes y el miércoles. La situación es más insólita teniendo en cuenta que, entre 2010 y 2020, las posibilidades de haber sufrido ya una ola de calor temprana a estas alturas del año han sido del 50%. Y poner la vista sobre los datos globales confirma la anomalía dentro de nuestras fronteras.
Mayo de 2024 ha puesto el broche a doce meses de récords de calor en todo el planeta según el servicio climático de la UE Copernicus. La escalada comenzó en junio de 2023 espoleada por una serie de factores, que abarcan del calor insólito de las aguas oceánicas al paso a la fase cálida del ENSO (siglas del 'Niño-Oscilación del Sur' en inglés) en el Pacífico Ecuatorial. Sin embargo, 'El Niño' se dio por concluido con el final del invierno en el hemisferio norte, y los últimos meses han sido de fase neutra, preludio de 'La Niña' que esperamos este verano.
Este cambio de tendencia no ha evitado que el pasado mayo fuera el más cálido tanto a nivel global —con 0,75°C por encima de la media 1991–2020— como en Europa. Sin embargo, la situación en España ha sido completamente diferente. El primer trimestre de 2024 también fue el más caluroso jamás registrado, pero abril se alejó de los récords y mayo se normalizó, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La explicación hay que encontrarla en los "bruscos" y "extraordinarios" contrastes entre episodios fríos y cálidos que se han sucedido en los últimos meses.
"Junio nos está sorprendiendo en cuanto a temperaturas se refiere", confiesa Mar Gómez, meteoróloga de eltiempo.es. "Las tendencias nos indican que julio comenzará dentro de lo normal, y no será hasta la segunda quincena cuando se registren temperaturas por encima de la media en la Península y Baleares". No obstante, la especialista subrayaba la diferencia entre tiempo y clima. "Que estemos teniendo un periodo de temperaturas algo más bajas no significa que no vaya en consonancia con la tendencia de calentamiento global que estamos viviendo".
Aemet ofrecía una demostración mediante datos de la magnitud de los contrastes. "En los últimos diez años, los récords de carácter cálidos han sido veintiocho veces superiores a los récords de carácter frío en España". E incluso si ha habido este mismo mes días notablemente fríos, como el 11, se han batido ya 21 hitos de calor en lo que va de año en nuestro país cuando "lo esperable en un año completo, en un clima sin alterar, serían cinco". Todo sumado, sin embargo, los episodios fríos han tenido mayor duración que los breves picos de calor, lo que inclina la balanza en su favor.
Así lo explicaba en su cuenta de X (Twitter) Juan Jesús González Alemán, investigador en ciclones, modelización atmosférica y cambio climático en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El pasado mes de mayo, varias zonas del planeta experimentaron anomalías "extremas" de temperaturas elevadas. Notablemente, México y el Caribe, África Central o el Sureste Asiático. Pero también otras inesperadas como Escandinavia o Sudáfrica. "La península Ibérica se ha mantenido al margen", observaba.
La causa de estos episodios húmedos y fríos hay que buscarla en la corriente en chorro o chorro polar que recorre el hemisferio norte y viene sufriendo una ondulación debido al calentamiento global que favorece los extremos anómalos. En la fase cálida de 'El Niño', esto se ha traducido en los descensos de aire frío y húmedo que han brindado las borrascas de los últimos meses, ya que los anticiclones en el norte de Europa impedían el transcurso por su latitud norteña habitual.
"Indudablemente, la configuración atmosférica tiene mucho que decir", confirma Gómez. "Por ejemplo, esta semana, la nueva DANA que nos acompañará va a provocar descenso térmico y tormentas. En otras ocasiones, cuando tenemos por estas fechas el anticiclón robusto y bien instaurado sobre la península, este bloquea la llegada de masas de aire más húmedas y frías y predominan las altas presiones. Pero este año, en general, no está ocurriendo así".
El peligro de la "falsa seguridad"
"A veces se dan interpretaciones simplistas de la evolución del clima, que insisten en que cada año debe ser más caluroso que el anterior", valora Valérie Masson-Delmotte, profesora del Laboratorio de Ciencias del Clima y del Medioambiente de París y ganadora del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático 2024. "Esto no es así: hay fluctuaciones naturales que se superponen a las tendencias globales, pero eso no debe darnos una falsa sensación de seguridad. El calentamiento global está ocurriendo, y España está en primera fila".
La especialista citaba en conversación con EL ESPAÑOL episodios como la sequía de larga duración, el aumento de las olas de calor o los fenómenos extremos como las DANAs de alto impacto vistas a 10 años. "A escala anual, las variaciones del ENSO podrían dar una sensación engañosa durante dos o tres años de que el calentamiento global se está reduciendo, en función de las fases de 'El Niño' y 'La Niña'. Pero tenemos la certeza de que no se va a frenar, al menos, hasta 2050".