Las reservas en los embalses en España suben un 64% en sólo seis meses: "No hay que confiarse"

Éste era precisamente el mapa que se dibujaba a principios de abril. Por las lluvias de Semana Santa, las reservas de la cuenca del Guadalquivir aumentaron su capacidad en 1.490 hectómetros cúbicos desde el inicio del año hidrológico. Las cuencas internas de Cataluña, en cambio, se situaban al 16,4% de su capacidad, uno de los peores datos desde que se tiene registro.

El último Boletín Hidrológico, que publica semanalmente el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), muestra un escenario opuesto. En las cuencas internas de Cataluña se ha duplicado el agua almacenada en sólo dos meses, con un 32,8% de capacidad en la actualidad. Por el contrario, en el conjunto de los embalses para uso consuntivo (aquellos que se utilizan para consumo humano y agricultura) se ha registrado un descenso por tercera semana consecutiva.

"Es curioso que en estas dos últimas semanas no ha llovido en general en toda España. Pero en Cataluña sí que lo ha hecho", señala Jesús Carrera, investigador del Instituto de Diagnosis Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA CSIC), a EL ESPAÑOL. De hecho, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el mes de mayo fue seco en cuanto a precipitaciones, siendo el octavo más seco del siglo XXI.

Un incremento del 63,8%

A pesar de la tendencia negativa de las últimas tres semanas, el volumen de agua en los embalses para el consumo ya supera los 21.310 hm3. Esta cifra supone un incremento del 63,8% en sólo seis meses. Para el mismo periodo, el año anterior había almacenado 15.340 hm3; es decir, casi un 40% menos que actualmente.

También se ha consolidado la mejoría con respecto a la media de los últimos cinco años. Sin embargo, aún no se ha superado la media de los últimos 10 en lo que llevamos de año hidrológico.

"Teniendo en cuenta cómo veníamos, estos números son motivo de celebración", valora Carrera. "Pero no hay que confiarse. Con el cambio climático, los extremos van a aumentar. Tendremos sequías más intensas que hasta ahora", advierte.

Antes de que se produjeran las últimas precipitaciones registradas en primavera, en algunos puntos de la Península se encontraban ante una situación que no se había vivido durante décadas. En el sur peninsular, por ejemplo, las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir experimentaron la sequía de larga duración más prolongada desde el año 1961.

Cataluña también ha sufrido la peor sequía desde que existen registros. La más duradera hasta la fecha había sido la del 2008, que duró 18 meses; es decir, la mitad de lo que se ha prorrogado esta última. "Ha habido un alivio considerable, se ha roto la dinámica atmosférica que nos ha traído esta sequía excepcional", comenta Martín Vide acerca de las últimas precipitaciones en la zona.

Posible cambio de tendencia

Aunque, como señala el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona (UB), el volumen de agua almacenada en los embalses es "claramente inferior" a los promedios de los últimos 5 y 10 años. En el caso de las cuencas internas de Cataluña, esta diferencia es mayor incluso que en el conjunto peninsular: la reserva actual se sitúa al 32,8% de su capacidad, mientras que la media de la última década ronda el 80%.

"Estamos lejos todavía", apunta Martín Vide. "Pero con este aumento de temperatura, la tónica será la de ver los embalses casi todo el tiempo semivacíos. Por eso habrá que gestionar cada vez mejor los recursos hídricos que tenemos".

Al igual que sucedió con la sequía de 2008, que finalizó en mayo de aquel año, las lluvias primaverales se han convertido en una 'salvación' para Cataluña. El profesor de la UB considera que aún es pronto pero podríamos estar ante un cambio de tendencia: "En los últimos tiempos, lo que estábamos observando es que tendía a llover menos durante la primavera en muchos puntos de España; y ahora vemos que en algunos puntos sí que lo hace y en otoño, en cambio, no llueve nada".

Toca hacer los deberes

El escenario más dramático parece haberse trasladado ahora desde Cataluña hasta la Región de Murcia. Aunque esta zona es característica por su escasez pluviométrica, la cuenca del Segura apenas alcanza el 20% de su capacidad. "Es cierto que esta situación entra dentro de lo normal, pero no se están aprovechando los periodos de lluvia", señala Carrera. Este doctor en Hidrología lamenta que en esta zona los acuíferos estén prácticamente secos porque la capacidad de almacenamiento es escasa.

Martín Vide conviene con él en que debemos adaptarnos a una nueva realidad: "Puede que la solución sea depender cada vez menos del agua de lluvia y más del agua depurada". De hecho, de no haber existido dos plantas desalinizadoras, sospecha que el 14% que se registró en las cuencas internas de Cataluña en marzo hubiera sido "más bajo todavía".

Valora positivamente que en esta región se haya puesto sobre la mesa un plan de gestión del agua, ya que tras la sequía del 2008 "no se trabajó como se debería". Entiende, además, que estas medidas deberían trasladarse a toda la España mediterránea, ya que su clima es consustancial a las sequías.